Los últimos datos que parecen confirmar la levedad de la variante ómicron del SARS-CoV-2 pueden dejar una falsa sensación de seguridad ante el desatado crecimiento de la incidencia de las últimas semanas. Y es que, a pesar de ser menos grave y de apoyarnos en las vacunas, el número de hospitalizaciones y de ingresos en UCI cada 24 horas se acerca peligrosamente a los niveles de las navidades pasadas, cuando la tercera ola ya estaba cogiendo carrerilla.
Al comienzo de estas, el número de contagios diarios era casi seis veces menor (72.912 frente a 12.386) y la incidencia unas tres veces y media más baja (911,31 puntos en comparación con 253,74). Ambas cifras han batido este jueves récords absolutos de toda la pandemia.
Sin embargo, en 2020 había unos 3.400 hospitalizados más que en la actualidad: 11.328 frente a 7.924. El 9,24% de las camas de hospital estaban ocupadas por personas infectadas, frente al 6,40% actual, y así como el 20,20% de las UCI, cifra que es hoy del 16,27%.
Las diferencias entre las personas que ingresaban al hospital diariamente son más ajustadas, de solo un centenar: 1.265 en 2020 frente a las 1.135 actuales. Y un detalle a tener muy en cuenta: en aquel momento, las altas (1.409) superaban a los ingresos; ahora (929) sucede al contrario.
Donde sí se aprecia diferencia es en la cantidad de muertes: el 23 de diciembre de 2020 se registraron 129, mientras que en el último día han sido 82. Con todo, hay que reconocer que los datos consolidados suelen tardar unos días: una parte de las defunciones no se notifican hasta tiempo después.
A estas alturas del año pasado quedaba menos de una semana para que se inyectara la primera vacuna contra la Covid-19, por lo que las únicas armas que tenía la población eran las mascarillas, la higiene de manos y la distancia social. Ahora, con 37,8 millones de españoles con la pauta de vacunación completa, 12 millones de ellos con su respectiva dosis de refuerzo, la situación a nivel hospitalario está pareciéndose cada vez más a la de aquella época indefensa.
Desciendo a nivel de las comunidades autónomas, la realidad es dispar: si bien los datos de la mayoría son mejores que los de las navidades de 2020, ya hay algunos signos de alarma: Murcia (6,70%) y Navarra (7,01%) tienen un porcentaje mayor de enfermos Covid en sus hospitales, porcentajes que, de cualquier manera, no implican un cambio sustancial.
Más delicada es la situación de las UCI. Siete territorios –Navarra incluida pero no Murcia, y se añaden Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, País Vasco y Melilla– superan la ocupación del 23 de diciembre de 2020.
Son Canarias y Navarra las que viven una situación más peliaguda. La primera con casi 4 puntos porcentuales más (está al 13,42%); la segunda con casi 8 puntos (está ahora en el 21,19%).
En el resto de regiones, la diferencia no es tan amplia, pero eso no quiere decir que se puedan relajar: las UCI de Aragón están al 20%; en Cantabria están al 20,34%; las de Cataluña, al 32,04%; País Vasco las tiene al 21,30% y Melilla al 29,41%.
Los contagios se duplican cada 9 días
La realidad a nivel nacional puede dar la vuelta en poco tiempo. Si el retraso entre los contagios y las hospitalizaciones es de unas dos semanas, eso quiere decir que en enero se superarán estas cifras, ya que la cantidad de infecciones notificadas en los últimos 14 días cuadruplica la cifra de 2020: 432.422 frente a 119.323 casos.
El investigador de la Universidad de Murcia Antonio Guirao ha concluido que, a finales de año, los casos diarios pueden superar los 100.000 diarios y llegar a los 150.000, como si la variante delta se estuviera expandiendo sin oposición ninguna (mascarilla o vacuna).
"Aunque las tasas de hospitalización son menores gracias a las vacunas, al duplicarse o triplicarse el pico de contagios de enero pasado el resultado sería similar al de entonces en términos de ingresos y de mortalidad".
Según sus cálculos, el tiempo en duplicarse los contagios ha pasado de 14 días a finales de diciembre a 9 días en la actualidad, producto de la irrupción de ómicron. Prevé que en enero del próximo año ese ritmo alcance los entre 3 y 4 días. Con unas cifras así, y a pesar de la pretendida levedad de la nueva cepa, no cabe duda de que la atención hospitalaria (la primaria ya está colapsada) se verá en serios aprietos.
El profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública Joan Carles March también muestra su preocupación. "Puede que superemos las cifras de hospitalizaciones y UCI [del año pasado]. Quizá no con tanta mortalidad, pero sin duda alguna es un peligro".
Por eso se muestra tan crítico con las "medidas" estéticas tomadas por gobiernos central y autonómico durante la última Conferencia de Presidentes este miércoles. "Son poco útiles, no están basadas en la evidencia y no solucionarán la pandemia".
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