La ola de Covid-19 que marcó récords en Alemania, Bélgica o Países Bajos durante el otoño ha sido rápidamente olvidada. Estos países parecieron librarse durante un primer momento del caos provocado por la variante ómicron en la mitad de Europa, España incluida, pero solo estaban retrasando lo inevitable.
Tal y como ha señalado la OMS, el 60% de los europeos puede llegar a estar infectados en marzo, y los números no andan desencaminados. Mientras, en nuestro país la sexta ola ha alcanzado su pico pero los casos no parecen comenzar a disminuir. Al menos, no de la forma tan rápida que algunos vaticinaron tras observar el rápido descenso de contagios en Sudáfrica, primera 'víctima' de ómicron.
El fin de semana ha dejado en nuestro país 305.432 casos nuevos, a razón de 102.000 casos por día. A pesar de seguir por encima del umbral de las 100.000 infecciones diarias, el ritmo de crecimiento ha descendido a los niveles previos a las navidades: 1,13%, cuando ha habido cinco días en que ha superado el 2%. Pese a ello, la incidencia acumulada 'solo' ha bajado 37 puntos, marcando la tercera cifra más alta de la pandemia.
Las hospitalizaciones también han crecido pese a los pronunciados descensos de finales de la semana pasada, pero es algo lógico, pues en los fines de semana el número de altas hospitalarias se reduce notablemente: los médicos prefieren dejar a los pacientes en observación.
Así y todo, el aumento de 942 camas respecto a los datos del jueves es el menor de los últimos fines de semana. Hay que remontarse hasta el lunes 20 de diciembre para observar unos datos menos pronunciados. Las UCI, por el contrario, alcanzan su pico de la sexta ola con 2.261 camas ocupadas con pacientes Covid, 59 más que el jueves. Al igual que con las hospitalizaciones, es de esperar que en los próximos días ese repunte se vaya moderando: la tendencia de las dos últimas semanas era al descenso.
El fin de semana también ha registrado 253 decesos, la segunda cifra más alta de esta sexta ola. Este indicador siempre es el último en alcanzar el pico, por lo que es posible que en los próximos días se sigan viendo cifras elevadas.
España está entre los países europeos que han vivido la ola de ómicron de forma más temprana. Reino Unido e Irlanda, que llegaron a tener incidencias superiores al récord español, han sido los primeros en superarla y llevan desde mediados de mes reduciendo su tasa. Italia, en cambio, lleva una evolución similar a la nuestra, en una meseta de contagios diarios desde hace diez días.
En cambio, los protagonistas de la ola de Covid que vivió el continente durante el otoño, el último coletazo de la variante delta antes de que ómicron arrasara, vivieron un descenso en sus notificaciones de contagios a lo largo de diciembre, situación que ha cambiado con el nuevo año.
Alemania, Bélgica y Países Bajos empezaron a experimentar un nuevo crecimiento de los casos a partir del 1 de enero. En el primero de ellos la incidencia ha superado la tasa de mil casos por 100.000 habitantes, a la que se acercó a principios de diciembre, y llega a 1.453,9, según datos de la región europea de la OMS.
Los niveles de locura que alcanzó Bélgica en su momento, con tasas por encima de los 2.000 puntos, llegan a parecer ingenuos hoy en día, cuando el país ha reportado una incidencia de 3.500. Países Bajos y Austria, por su parte, no parecen lejos de llegar a duplicar los datos que registraron a finales de noviembre, alrededor de los 2.000 de incidencia, cuando el segundo de ellos dictó un confinamiento para toda la población (primero fue para lo no vacunados).
Dinamarca sigue disparada
Esta Europa de dos velocidades con ómicron se completa con países que vivieron la primera ola de la nueva cepa pero no parecen ver el final de su onda epidémica, como Dinamarca, que fue donde ómicron se asentó más rápidamente y cuyos casos no han parado de crecer desde entonces, siendo actualmente el país –no microestado, pues Andorra le supera– europeo con mayor incidencia acumulada: 7.356 casos.
A estas cifras de locura se unen Francia y Portugal, segundo y tercero entre los países con mayor crecimiento de la Covid e incidencias superiores a los 5.000 puntos. Su caso es similar al español: vivieron el comienzo de una nueva oleada de delta entre finales de noviembre y principios de diciembre, pero ómicron impuso su ley a partir de la segunda mitad del mes. Suecia y Noruega (que pareció vivir un descenso a finales del mes pasado pero ha seguido creciendo desde entonces) están viviendo algo similar, aunque con menor intensidad de momento.
El caso danés es el que está dando que hablar, pues el sublinaje de ómicron BA.2 está viviendo un rápido crecimiento y ya supone el 45% de los casos notificados. Existen sospechas de que esta subvariante es incluso más transmisible que BA.1, el linaje de ómicron más presente en Europa, pero, aunque Reino Unido le ha puesto la coletilla de variante 'bajo investigación', no parece que vaya a afectar a las hospitalizaciones.
De hecho, pese a que esa explosión de casos no parece tener fin, Dinamarca (al igual que Francia) está por debajo de España en cuanto a hospitalizaciones semanales. Según el portal Our World in Data, desarrollado por la Universidad de Oxford, nuestro país ingresa 313 personas por Covid por cada millón de habitantes por 260 de la península del Mar del Norte.
No obstante, la tendencia es similar a los contagios: en España se ha alcanzado una meseta, mientras que en Francia y Dinamarca siguen creciendo. De los países que han entrado tardíamente en la ola de ómicron, solo Bélgica ha notado un claro repunte en las admisiones, mientras que Países Bajos y Alemania no han experimentado un cambio de tendencia en el descenso que comenzaron a observar desde la segunda semana de diciembre.
Por su parte, Reino Unido, Italia e Irlanda, con tasas inferiores a las de España, Dinamarca y Francia, muestran signos de descenso (sobre todo Reino Unido), aunque, como en el caso español, parece pronto para afirmar que hay una clara bajada en los ingresos.