Aunque parezca que lleva con nosotros demasiado tiempo, la variante ómicron del SARS-CoV-2 hizo su aparición a finales del otoño y todavía ha pasado poco tiempo para estimar la duración de sus efectos en el sistema inmune.
Se conoce que la protección de las vacunas contra esta variante aumenta notablemente tras la vacunación de refuerzo, pero hasta ahora no había datos de cuánto duraba esa protección conferida por la tercera dosis.
Ahora, los CDC (la red de centros de salud pública de Estados Unidos) han publicado un informe donde realiza las primeras estimaciones. Como era de esperar, la protección de la dosis de refuerzo cae con el paso de los meses, pero sigue manteniéndose alta pese a todo.
Se basa en los registros de 241.204 visitas a urgencias y 93.408 hospitalizaciones en 10 estados de EEUU entre el 26 de agosto de 2021 y el 22 de enero de 2022. Es decir, que tiene en cuenta el predominio de la variante delta y de la ómicron, aunque esta última solo supuso el 23% de las visitas a urgencias y el 11% de las hospitalizaciones.
Los autores establecieron la efectividad de la pauta completa con ómicron en 69% a los dos meses y 37% a los cinco meses de inoculada. Con la dosis de refuerzo, se ha calculado en 87% a los dos meses, 66% entre los cuatro y los cinco meses, y 31% más allá de los cinco meses, aunque hay pocos datos disponibles todavía en este último caso.
Respecto a las hospitalizaciones, la efectividad se fija en un 71% a los dos meses de administrada la pauta completa, y en un 54% tras cinco meses. Al añadirle el booster, se eleva al 91% a los dos meses y al 78% a los cuatro meses.
Este informe proporciona una pista de la duración de la inmunidad conferida por las vacunas frente a ómicron, aunque no se han hecho análisis ajustados por edad o estado inmunitario ni otros indicadores de salud que podían ayudar a esclarecer el efecto de los sueros.
Con todo, los CDC aclaran que la protección conferida a todos los niveles por la dosis de refuerzo es superior a la de la pauta completa, tanto en el periodo de predominancia de delta como en el de ómicron.
Reinfecciones multiplicadas
El otro frente abierto por ómicron ha sido el de las reinfecciones. Hasta ahora anecdóticas con las variantes anteriores, su número ha crecido tras la llegada de ómicron. De hecho, un informe del Imperial College de Londres de finales de diciembre indicaba que la protección de la inmunidad generada por infecciones pasadas era del 19% y que el riesgo de reinfección se multiplicaba por 5,4 frente al que tenía delta.
Los datos en España corroboran dicho análisis. Las reinfecciones suponían el 0,27% del total de contagios antes de la llegada de ómicron. De hecho, antes del 15 de diciembre, es decir, antes de que ómicron pasar a dominar claramente en España, se contaban 14.689 reinfecciones, según los datos proporcionados por los informes epidemiológicos del Instituto de Salud Carlos III.
En el último de estos informes se registran 135.051 reinfecciones, 120.362 más en poco menos de dos meses, lo que supone alrededor del 2,35% de los casos notificados desde que ómicron es predominante. En el total de la pandemia, las reinfecciones suponen ya un 1,28%.
No es infrecuente haber oído, en los últimos meses, dos casos de Covid que se han sucedido en muy corto espacio de tiempo en la misma persona. "Hemos visto bastantes casos, pero da la impresión de que se trata de que se contagiaron por delta y ómicron dentro de la misma sexta ola", comenta Salvador Peiró, investigador en salud pública de Fisabio. Delta predominó, al menos, durante el primer mes y medio de esta oleada.
Estas reinfecciones a velocidad récord incluso desafían el propio concepto de reinfección determinado por el Ministerio de Sanidad, pues deben pasar 90 días para ser calificadas como tales. No obstante, el propio departamento que dirige Carolina Darias aclara que este plazo es un consenso y que ello no implica que la inmunidad se desvanezca pasados tres meses… Ni que una persona se pueda recontagiar antes.
Es difícil determinar con claridad estas reinfecciones tan rápidas, ya que habría que haber secuenciado ambos virus y comprobar que son diferentes y no la misma infección rediviva. Sin embargo, Peiró considera las reinfecciones con ómicron tras un contagio previo con la misma variante como algo anecdótico.
Después de todo, la posibilidad de escape inmunitario de esta nueva variante siempre se determina frente a variantes anteriores y vacunas desarrolladas dichas variantes. No hay nada que indique que la infección por ómicron genere una inmunidad más débil frente a la propia variante o futuras, ya que para ello dependerá de lo mucho que cambie el virus.
Como señala Peiró, el coronavirus no tiene la capacidad de mutar de la gripe, donde se pueden producir recombinaciones de distintos linajes en un tiempo récord y eso hace que nos tengamos que vacunar (si somos población de riesgo) cada año.
El médico recuerda: "Del coronavirus esperamos que puedan aparecer otras variantes, que sean más transmisibles o que puedan contagiar más, pero nos resultaría muy extraño que causara enfermedad grave". Después de todo, las vacunas se han mostrado eficaces frente a hospitalización aun con dos dosis.
Ya desde el comienzo de la pandemia se estimó que la duración de la inmunidad frente al SARS-CoV-2 podía durar un mínimo de ocho meses y un máximo de dos años. A tenor de lo vivido hasta ahora y de no haber sido por la nueva variante, ha sido un plazo bastante acertado. Sin nuevas variantes que pongan en compromiso esa inmunidad, esto no tiene por qué cambiar con ómicron.
El último misterio es el de la inmunidad celular, aquella que no impide la infección pero sí interviene para cortar la posibilidad que evolucione a enfermedad grave. Un estudio realizado antes de la llegada de ómicron por el Instituto de Investigación del Hospital La Paz (IdiPaz) afirmaba que, tras ocho meses, esta inmunidad era similar en personas vacunadas y en aquellos que habían pasado la enfermedad.
Posteriores investigaciones han confirmado que la inmunidad celular se mantiene aún con ómicron. "Está aguantando bien con respecto a hospitalización, UCI y demás", señala Peiró. "Una cosa es infectar el sistema respiratorio, que ómicron lo ha hecho bastante bien, y otra es que sea capaz de causar enfermedad grave".