El coronavirus todavía deja tras de sí muchas incógnitas. Nadie pasa la enfermedad de la misma forma y de hecho es frecuente que, tiempo después, algunos pacientes sigan sufriendo sus consecuencias. Sin embargo, hay que diferenciar las secuelas del Covid-19 de lo que se ha denominado Covid persistente o long Covid, una afección distinta que se caracteriza por la continuidad de los síntomas después de haber superado la infección.
Según la definición establecida en la revista científica The Lancet Infectious Diseases, el Covid persistente se refiere a los síntomas que se producen en personas con antecedentes de infección, probable o confirmada, de Covid-19, por lo general hasta tres meses después del inicio de la enfermedad.
Los estudios realizados hasta el momento apuntan a que el Covid persistente puede afectar aproximadamente al 10% de los pacientes que hayan pasado la enfermedad, y aumenta hasta el 15% en el caso de aquellos que la sufrieron de forma grave. Se ha observado también que esta patología puede afectar a cualquier persona, incluso en edades pediátricas, aunque existe un predominio en las mujeres (80%) y en la mediana edad: al menos el 50% de los pacientes tienen entre 36 y 50 años.
¿En qué se diferencia el Covid persistente de las secuelas de la enfermedad?
El jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, Luis Manuel Entrenas, apunta que “se trata de una patología nueva que es importante distinguir de las secuelas de Covid, aunque algunos pacientes con secuelas también sufren esta patología persistente”. Según la guía clínica que ha desarrollado la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), cuando se habla de secuelas es porque ha habido un antecedente de afectación grave por la enfermedad en su fase aguda, que en la mayoría de casos ha requerido ingreso hospitalario. Mientras que la aparición de Covid persistente no está relacionada con la gravedad de la infección inicial y “puede afectar tanto a pacientes leves como a graves hospitalizados, y normalmente no tienen antecedentes de patologías previas”, aclara Entrenas.
Algunas de las principales secuelas que se han observado en los pacientes de Covid son “disfunción ventricular (en un 17% de los pacientes) o edema miocárdico residual (entre un 60 y 70% de los enfermos), concluye el doctor José Ángel Cabrera, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, que ha puesto en marcha una consulta de COVID persistente en su hospital junto al servicio de medicina Interna. Además del corazón y los pulmones, la infección puede dañar otros órganos como los riñones o el cerebro.
Por otro lado, los síntomas más frecuentes del Covid persistente son cansancio, malestar general, dolor muscular y articular, mareos, fiebre, tos y hasta trastornos del sueño. “Estos enfermos se caracterizan por la fatiga, dificultad para respirar o disfunción cognitiva (niebla mental), que son los síntomas más comunes de hasta 50 descritos en este grupo de enfermos. Los síntomas pueden fluctuar y recaer en el tiempo”, describe el doctor Javier Urmeneta, cardiólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
También se han descrito con frecuencia otros síntomas como diarrea, pérdida de apetito y dolor de estómago. Manifestaciones dermatológicas como erupciones, caída del pelo y debilidad en las uñas y, entre los neurológicos, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, pérdida de gusto y olfato, parestesias y alteraciones del estado de ánimo. También puede producir dificultad para tragar, pitidos en los oídos, ojos secos y conjuntivitis, así como cardiovasculares como palpitaciones y cambios en la tensión arterial.“El Covid persistente es una afectación multiorgánica muy frecuente y que, tras la fase aguda de la enfermedad, permanecen con síntomas más de 12 semanas, explica el doctor Pablo Guisado, internista del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
El problema de identificar estos síntomas es que muchos son “poco medibles”, argumenta el doctor Entrenas. No hay, por ejemplo, una analítica que "nos haga fácilmente diagnosticable el Covid persistente con signos como sensación de falta de aire, dolor de cabeza o pitidos en los oídos". Esto hace que el tratamiento de la enfermedad sea, en general, sintomático. Además, advierte el especialista, en los pacientes que han sufrido un Covid grave "hay que implementar medidas correctoras de los déficits nutricionales, de la reposición de masa muscular y añadir rehabilitación e incluso tratar el daño psicológico”
Aún no se han esclarecido las causas exactas que llevan a los enfermos a padecer Covid persistente, pero se manejan tres hipótesis. La primera es que el virus permanece provocando un estado de infección crónico; en segundo lugar, estaría la hipótesis que establece que la permanencia de restos virales fomenta un estado inflamatorio a largo plazo; y, por último, un trastorno de la inmunidad que se da “cuando el sistema inmune del paciente reacciona de manera exagerada”, explica el especialista.
Lo que probablemente ocurra, según Entrenas, es “una combinación en diferente proporción de estas tres hipótesis, provocando así la aparición de diferentes formas clínicas de intensidad y afectación muy variada”. Lo que sí se ha probado, insiste el especialista, es que la posibilidad de desarrollar Covid persistente se reduce a la mitad en personas que han completado la pauta de vacunación.