El Lorazepam es uno de los medicamentos que se usan para aliviar los síntomas de la ansiedad y pertenece al grupo de las benzodiacepinas, que ralentizan la actividad cerebral permitiendo la relajación. En los últimos años, el consumo de este tipo de pastillas en España se ha disparado y, al igual que ocurrió en 2017, la ingesta de hiposedantes en nuestro país se ha incrementado en 2019 hasta registrar la máxima de la serie histórica con un 22,5%, según los datos de la encuesta EDADES del Observatorio de las Drogas del Ministerio de Sanidad.
Son los de 2019-2020 los últimos datos registrados en el informe que se publica bianualmente, pero se prevé un gran aumento del consumo en la publicación que saldrá este año, sobre todo teniendo en cuenta el crecimiento de diagnósticos de ansiedad que han surgido desde el inicio de la pandemia. Los españoles empezamos a consumir Lorazepam o similares a partir de los 34,4 años para controlar los niveles de ansiedad y combatir el insomnio, en otros casos. En su composición figuran depresores del sistema nervioso central que contribuyen a que el neurotransmisor GABA se una con su receptor produciendo efectos relajantes.
Las personas que sufren ansiedad tienen que ponerse en manos de un profesional que determine qué tipo de tratamiento precisan. En la mayoría de los casos se requiere terapia psicológica para ahondar en los motivos que desencadenan el malestar y, en paralelo, a veces es importante combinarla con el uso de algunos fármacos como el Lorazepam para que los pacientes suavicen la sintomatología, muchas veces incapacitante, y variable. De hecho, pueden sufrir molestias que van desde las arritmias a la presión en el pecho pasando por la falta de aire, los mareos o los temblores, entre otros muchos.
Qué efectos secundarios tiene el Lorazepam
El prospecto del Lorazepam nos advierte primeramente de un buen número de efectos secundarios que se han registrado, tales como somnolencia, mareos, cansancio, debilidad, boca seca, diarrea, náusea, cambios en el apetito, agitación o excitación, estreñimiento, dificultad para orinar, micción frecuente, visión borrosa y cambios en el deseo o capacidad sexual. Entre los que considera graves y motivo, por lo tanto, de acudir al médico enumera el caminar arrastrando los pies, temblores persistentes o incapacidad para estar sentado sin moverse, fiebre, urticaria intensa, ictericia en piel u ojos o ritmo cardíaco irregular.
Medicaciones a base de benzodiacepinas, como es el caso del Lorazepam, no son ni mucho menos inocuas, tal y como demuestra el estudio publicado en JAMA Internal Medicine, alertando del desarrollo de dependencia a la sustancia. Se trata de una investigación de la Universidad de Michigan y Filadelfia, en Estados Unidos, que alerta de que uno de cada cuatro pacientes estaría desarrollando un hábito de consumo a largo plazo que puede derivar en adicción, especialmente preocupante para la población de la tercera edad, con más probabilidad de caerse o quedarse dormida al volante.
Asimismo, otro estudio publicado en el British Medical Journal y dirigido por el doctor Rafael Gafoor y sus colegas del King's College de Londres ha demostrado que las personas que consumen el medicamento tienen un mayor riesgo de aumentar de peso. Tambien conviene tener en cuenta que consumir Lorazepam puede hacernos dar un falso positivo, tal y como ha advertido la DGT, puesto que del 17% de conductores sometidos al test de drogas un 2% han dado positivo a causa de medicamentos como este.
Combinarlo con otras sustancias puede ser peligroso, como ocurre con los opioides para la tos como la codeína o hidrocodona, y podrían producir síntomas como somnolencia extrema o respiración difícil. Tampoco se recomienda el uso de drogas ni la ingesta de alcohol durante el tratamiento y alertan, asimismo, de que puede causar dependencia física, por lo que no se recomienda dejar de tomar Lorazepam de golpe para evitar los síntomas de abstinencia.
Usar Lorazepam correctamente
Un estudio publicado en la revista Psychiatric Services ha desvelado que, en muchos casos, el uso del Lorazepam es incorrecto. Muchos de los consumidores de benzodiazepinas las toman sin contar con la pauta médica. La encuesta EDADES viene también a confirmarlo, apuntando que el 3,1% de la población de 15 a 64 años admite haberlas consumido sin receta médica. Además, el 23,2% de los que han tomado hiposedantes sin receta en el último año lo han hecho mezclándolos con alcohol, el 16,2% con drogas ilegales y el 13,4% con ambas sustancias, con los enormes riesgos para la salud que eso conlleva.
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