La irrupción de la Covid-19 colapsó los sistemas sanitarios y desplazó del foco de atención a varias enfermedades. Sin embargo, para otras resultó 'beneficioso', ya que se empezó a controlar qué tipo de virus se encontraba detrás de los diagnósticos de enfermedades respiratorias, como fue el caso del virus respiratorio sincitial (RSV, por sus siglas en inglés). Más desconocido que el de la influenza, los expertos alertan de que se debe apremiar la investigación en su campo, puesto que cifran en 100.000 los menores de seis años fallecidos en 2019.
Así lo atestigua un estudio que publica The Lancet y que advierte del peligro de este virus, que supone la principal causa de las bronquiolitis, infecciones respiratorias muy frecuentes en menores de dos años, ya que estos todavía no tienen el sistema inmune suficientemente desarrollado.
"Nuestras estimaciones actualizadas revelan que los niños de seis meses y menores son particularmente vulnerables", comenta Harish Nair, director del área de enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y coautor de la investigación.
El experto, además, considera que la situación ha ido empeorando en estos grupos de riesgo "a medida que las restricciones de la Covid-19 se han ido aliviando en todo el mundo", ya que "la mayoría de los niños pequeños nacidos en los últimos dos años nunca han estado expuestos y, por lo tanto, no tienen inmunidad contra este virus".
33 millones de afectados
Efectivamente, como puntualiza Nair, cuando surgió el debate sobre el mantenimiento de las mascarillas, personalidades médicas advirtieron de que hacerlo podría ser contraproducente para virus como el que atañe a este artículo. "Convertiríamos enfermedades, en general, benignas en enfermedades graves para todo el mundo", sentenciaba el catedrático de Parasitología de la Universidad de Valencia Rafael Toledo, en un hilo de Twitter.
Así las cosas, según el artículo de The Lancet, en 2019 se produjeron en el mundo 33 millones de episodios de infecciones respiratorias asociadas al VRS en niños menores de cinco años, lo que provocó 3,6 millones de ingresos hospitalarios, 26.300 muertes intrahospitalarias y 101.400 muertes atribuibles al VRS en general.
Esos datos se traducen en que el VSR representa una de cada 50 muertes entre los niños menores de cinco años. Más grave es la cifra que se arroja si se pone el foco en bebés menores de seis meses, una de cada 28.
Los resultados de esta investigación hunden sus implicaciones en la importancia de dedicar más esfuerzos al desarrollo de la vacuna y, en el momento que se obtenga, priorizar la vacunación para los grupos más vulnerables, concretamente en menores de seis meses. Los autores, incluso, recomiendan técnicas de inmunización pasiva, es decir, vacunación durante el embarazo.
"Con numerosos candidatos a vacunas contra el VRS en preparación, nuestras estimaciones por rangos de edad más concretos ayudan a identificar los grupos a los que hay que dar prioridad, incluidas las embarazadas, para poder proteger a los niños de los grupos de edad más jóvenes, de forma similar a las estrategias actuales que ofrecen vacunas contra la tosferina, la fiebre tifoidea y el tétanos a las embarazadas", explica Nair.
Vacunas, en ensayo
Como informábamos a finales de 2021, en la actualidad hay varias vacunas en fase de ensayo. Una de ellas está en manos del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Frente al proyecto, se encuentra Belén Ruiz Antorán, especialista en Farmacología Clínica del centro. Según declaró a EL ESPAÑOL, "ha habido diferentes intentos, pero ninguno ha llegado a buen puerto".
Desde la Asociación Española de Pediatría (Aeped) detallan que uno de los inconvenientes que presenta esta vacuna es que ha de ser eficaz en niños de tres meses, que es cuando la infección tiene más incidencia y gravedad. "Sin embargo, a estas edades pueden persistir algunos anticuerpos transmitidos desde la madre que neutralizarían la acción de la vacuna", sentencian. Otro inconveniente que observan desde la institución es la necesidad de administrar varias dosis de vacuna.
A pesar de las trabas, Pfizer y una alianza entre AstraZeneca y Sanofi están desarrollando otras.
Lograr encontrar una vacuna es una prioridad para países de ingresos medios y bajos, ya que, como señala el estudio de The Lancet, el 97% de las muertes por VRS en niños menores de cinco años se produjeron en estas naciones. ¿El motivo? Tan sólo una de las cuatro muertes asociadas a este virus se produjo en un hospital, por lo que la falta de acceso a medios es un factor de riesgo muy importante a tener en cuenta.
En España, desde la Aeped estiman que las infecciones por el virus respiratorio sincitial causan anualmente hasta 20.000 visitas pediátricas de urgencia y hasta 14.000 hospitalizaciones. Sin embargo, el número de niños fallecidos en nuestro país entre 70 y 250 al año.
Un brote en verano
Aun así, en junio de 2021, médicos pediatras advertían del extraño brote que estaban experimentando de RSV en urgencias. Además, se sorprendían de la época del año, ya que el virus es mucho más frecuente en invierno. "Fuera del hospital un calor asfixiante propio del verano. Dentro del hospital la urgencia, la planta de pediatría y la UCI repleta de niños con bronquiolitis por VRS como si fuese un mes de diciembre", escribía en Twitter David Andino, pediatra de urgencias del madrileño Hospital Niño Jesús.
Entre las hipótesis que manejaban los expertos en aquel momento estaba la misma que la del estudio de The Lancet, la no inmunización a causa de las medidas de protección ante la Covid-19.
Sea como fuere, lo que recomiendan las autoridades sanitarias para frenar la propagación del RSV es mantener una buena higiene de manos, ya que la mayor vía de contagio es a través de las gotitas que se desprenden de las secreciones de las vías respiratorias de los contagiados.