Es una noticia habitual en los medios de comunicación: Europa autoriza el medicamento X. A ojos del lector, esto no significa otra cosa que lo que parece, que la Agencia Europea del Medicamento ha dado luz verde a una sustancia que antes no estaba autorizada y que a partir de ese momento lo estará. Como tal, cabría suponer, se podrá adquirir en las farmacias o en los hospitales.
Sin embargo, esta traslación no suele ser inmediata y, en ocasiones, directamente, no sucede nunca. Ocurre sobre todo cuando hablamos de fármacos financiados por la sanidad pública. Según qué patologías traten, que no lo estén no es una opción para los pacientes, debido a los precios de los tratamientos.
En el primer caso, hablamos de retrasos a la hora de incorporar los medicamentos al Sistema Nacional de Salud; en el segundo, directamente, de negárselos a los pacientes. La lectura fácil propone culpar de este hecho a las autoridades sanitarias que, al final y al cabo, son las que autorizan la financiación y en qué circunstancias se produce. Pero, según ha podido saber EL ESPAÑOL, no siempre es así y también puede deberse al atasco en las negociaciones; es decir, que el laboratorio fabricante del medicamento se niegue a bajar de un determinado precio.
[El fármaco 'milagro' que ha logrado eliminar el cáncer en todos los que se han tratado con él]
Este problema, un viejo conocido de todos los actores del sistema sanitario español, se ha vuelto a poner de manifiesto a raíz de un tuit del director científico del grupo de investigación en cáncer de mama SOLTI, Tomás Pascual, también oncólogo en el Hospital Clínic de Barcelona.
"Mi tuit es muy aséptico", explica el especialista a EL ESPAÑOL. Pero, aséptico o no, el mensaje llama la atención: diez medicamentos o combinaciones están aprobadas para distintas indicaciones por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), pero no financiadas por la sanidad pública española. A efectos prácticos, para los pacientes es muy difícil -aunque no imposible- acceder a ellos.
Fármacos e indicaciones
En concreto distintos fármacos para determinadas indicaciones. Algunos de ellos sí están aprobados y financiados en España, pero no para tipos de enfermedad concreta para los que los ha autorizado la EMA.
En la lista se incluyen medicamentos que España ha decidido directamente no financiar. En concreto, comenta Pascual, serían el olaparib para la indicación de cancer de mama metastásico en pacientes con mutación germinal en BRCA1 o BRCA2, el pertuzumab en tratamiento adyuvante del cancer mama HER2-positivo y el talazoparib para la indicacion de cáncer de mama metastásico en pacientes con mutación germinal en BRCA1 o BRCA2.
Pero el tuit también menciona otros que han sufrido un primer rechazo no definitivo o sobre los que las autoridades todavía no se han pronunciado, un retraso que Pascual afea en conversación con este diario. "Por la ley europea, debería de pasar un máximo de 180 días hasta la resolución, pero ahora mismo estamos en una media de 460 días", comenta.
Este oncólogo denuncia, sobre todo, la opacidad del proceso. "Lo que nosotros podemos saber es si un fármaco está financiado o no, pero en ningún caso se explican las razones", comenta. "Por esta razón, no se puede decir si la culpa es del Ministerio o de las farmacéuticas, necesitamos transparencia".
Para este oncólogo, hay tres medidas que deberían aplicarse para "hacer la lista más corta". Además de la ya mencionada transparencia, el especialista cree que algunos fármacos tendrían que priorizarse sobre otros y que tendría que haber seguimiento del beneficio de esos fármacos a posteriori. Esto podría implicar, por ejemplo, introducir relativamente rápido un medicamento o indicación en la sanidad pública para retirarlo en caso de que el efecto positivo no sea el esperado.
Un debate abierto
El tuit de Pascual ha generado cierto debate, con respuestas diversas incluso de colegas de profesión. Por ejemplo, Isabel Lorenzo, oncóloga del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, responde: "Pues yo creo que es imprescindible poner límites a lo que estamos dispuestos a pagar. Ninguna de esas drogas ha curado ni a un solo paciente. Los beneficios de PFS son muy discutibles. Y los precios y costes inasumibles. Alguien tenía ya que poner cascabel al gato".
A esto responde el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ruber Juan Bravo, Javier Cortés, que afirma que uno de los fármacos concretos -el pertuzumab para la indicación de adyuvancia- sí lo ha conseguido, a lo que Lorenzo contesta: "Estoy segura de que los oncólogos explican a sus pacientes que tienen más de tres veces más probabilidades de dañar el corazón que de retrasar la muerte, que ellas lo entienden y aún así quieren ese tratamiento". La discusión tuitera sigue, pero Cortés coincide en algo: "El precio ha de considerarse".
El autor del tuit original, que rechaza entrar en polémicas, sí que cree que algunos de estos fármacos han demostrado mejorar la supervivencia global pero que, además, eso no sería todo. En ocasiones, sostiene, aunque se vean recaídas al principio del tratamiento se llega "a una especie de meseta" en la que la supervivencia puede alargarse años.
En definitiva, un debate muy actual, en el que no hay malos y buenos establecidos, pero sí está claro quiénes sufren las consecuencias: las pacientes de cáncer de mama. No obstante, Pascual comenta a este diario que un retraso en la pronunciación sobre la financiación o incluso un rechazo de esta no tiene por qué implicar que el fármaco no se administre, aunque sin duda lo dificulta. "Existen situaciones de uso compasivo, lo que depende de cada hospital, también hay farmas que tienen programas de acceso expandido, pero no es una situación que se pueda mantener eternamente. Además, existen ensayos clínicos en fase III B y, por último, hay pacientes que se lo financian de su bolsillo.