España se prepara para una ola Covid veraniega protagonizada por nuevas variantes
La incertidumbre de BA.4 y BA.5 aumenta tras la publicación de un estudio que muestra su escape inmunitario.
18 junio, 2022 03:00Algunos han llamado a la séptima ola de Covid la 'ola oculta'. No porque fuera difícil de ver sino, más bien, porque nadie ha querido hacerlo. Con los únicos referentes de la incidencia en mayores de 60 años y los pacientes en el hospital, hemos visto cómo se alcanzó un pico a mediados de mayo para disminuir en las semanas siguientes, provocando un aumento inesperado de las muertes en el último mes. Los últimos datos muestran un frenazo en los indicadores y a unos números no lo suficientemente bajos se le añadirá en las próximas semanas la imposición de nuevas subvariantes más transmisibles y con mayor escape inmune, caldo de cultivo para una ola Covid veraniega.
Tras alcanzar su punto más bajo la semana pasada, la incidencia acumulada ha comenzado a subir de nuevo: 612 puntos, 23 más que lo indicado el martes. La cifra de contagios comunicada este viernes, 48.272, es la más alta desde el pasado 20 de mayo. Los 6.788 hospitalizados en la actualidad son 25 más que el martes, pero la cifra lleva fluctuando por debajo de los 7.000 cuatro semanas.
Los pacientes más graves, los ingresados en UCI, siguen por debajo de 350, pero la cifra de muertes reportada aumenta de nuevo: 243 fallecimientos desde el martes. En lo que va de junio ya son 685. Las defunciones diarias están por debajo de las 50, lejos del pico de 82 alcanzado el 12 de mayo pero aún más lejos de los momentos entre olas del último año.
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Estas cifras dejan un aire de momento indeterminado tras la 'gripalización' de la Covid. La oleada prevista por el fin de las mascarillas en interiores y de los aislamientos ya ha pasado y nos enfrentamos a un verano de intensa vida social, sí, pero también de espacios abiertos y ventilados, que no favorecen el contagio de la misma manera que los entornos cerrados típicos del invierno.
Sin embargo, desde Europa ya avisan de que los casos de Covid van a crecer en las próximas semanas, impulsado por el predominio en el continente de nuevas subvariantes de ómicron, etiquetadas como BA.4 y BA.5.
Al igual que pasó con la variante ómicron original, al Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) solo le ha hecho falta comprobar sus primeros pasos para advertir que acabarán imponiéndose.
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Esta misma semana lo anunciaba: BA.4 y BA.5, que fueron detectadas por primera vez en Europa en marzo, serán las variantes dominantes en las próximas semanas. Portugal es el país más 'adelantado', donde ya suponen más del 80%. En el resto del continente todavía no superan el 50% de los casos, pero la tendencia es clara y el Centro no duda de que generará una nueva onda epidémica.
Mayor escape inmunitario
Son más transmisibles que BA.2, la que ha protagonizado la séptima ola en España, que a su vez es más contagiosa que BA.1, la ómicron original. Además, un estudio recién publicado en Nature avisa de que los anticuerpos adquiridos con las vacunas y las infecciones con BA.1 no tienen una alta capacidad neutralizante frente a las nuevas protagonistas.
Realizado por investigadores de la Universidad de Pekín, concluía que las nuevas subvariantes, junto a BA.2.12.1 (predominante en Estados Unidos pero con pocos casos en España), evadían la repuesta inmune del plasma de personas vacunadas con tres dosis (de CoronaVac, suero no autorizado en Europa y de efectividad inferior a los de ARN mensajero) e incluso de aquellas que además, ya se habían infectado de BA.1 con posterioridad a la última inyección.
Además, la gran mayoría de tratamientos con anticuerpos monoclonales tampoco neutralizarían eficazmente estas nuevas variantes, con una excepción: bebtelovimab y cilgavimab. Este último está disponible en España bajo la marca comercial Evusheld.
Los autores del trabajo concluyen que dichos resultados "indican que ómicron puede haber evolucionado con mutaciones que evaden la inmunidad humoral elicitada por la infección con BA.1, sugiriendo que una vacuna de refuerzo derivada de BA.1 puede no alcanzar un gran espectro de protección frente a las nuevas variantes".
La polémica de la cuarta dosis
En España, la presencia de BA.4 y BA.5 varía según la comunidad autónoma, alcanzando proporciones de entre el 5,5% y el 44,3% de las muestras secuenciadas. Estas cifras y la baja capacidad de neutralización de los vacunados infectados por la ómicron original que refleja el estudio advierten de un verano de reinfecciones en aquellos que pasaron la Covid durante el último invierno.
Precisamente, esta semana ha saltado a la palestra la polémica sobre la cuarta dosis de la vacuna Covid tras las declaraciones de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmando que se generalizaría a toda la población en otoño.
Posteriormente, Darias se desdijo aunque dejó la puerta abierta a una nueva campaña de vacunación masiva. Los expertos consultados por EL ESPAÑOL se inclinaban por vacunar solo a los mayores de 60 años, en otoño y con vacunas de nueva generación, si bien se mostraban abiertos a variar esta estrategia dependiendo de la situación epidémica.
Como explicaba Salvador Peiró, investigador de Fisabio, "si aumentaran los casos graves tocaría correr, poniendo las vacunas que tuviéramos en este momento". El estudio recién publicado en Nature plantea la incertidumbre de si merece la pena vacunar con sueros desactualizados, incluso si hacerlo con aquellos que se han basado en la variante BA.1.
Sin embargo, hay una buena noticia: no está demostrado que las variantes BA.4 y BA.5 sean más virulentas que las anteriores versiones predominantes de ómicron. A su vez, estas provocaban una enfermedad más leve que la causa por delta o por alfa.
Además, el estudio de Nature ha medido la inmunidad humoral, mediada por anticuerpos, pero no la celular, implicada en el desarrollo de enfermedad grave. Hasta ahora, las vacunas actuales se han mostrado eficaces reduciendo la carga de hospitalizaciones y muertes proporcional a los casos, y no hay pruebas de que este panorama pueda cambiar con las nuevas subvariantes.
No obstante, la pandemia ya ha demostrado que un aumento de los contagios acaba provocando el crecimiento de las admisiones hospitalarias y de las muertes. La sexta ola, en parte causada por delta y en parte por ómicron, causó más de 10.000 muertos. La séptima, protagonizada por BA.2, ha provocado unos 4.000 fallecimientos.
Como se empeñan en advertir los médicos, la pandemia no ha acabado. Lo peor de la misma sí lo ha hecho, y es poco probable que volvamos a las grandes oleadas mortales de estos dos últimos años, pero el SARS-CoV-2 no ha desaparecido. Y esto quiere decir que, cuanto más se expanda, más daño hará.