La viruela del mono no constituye una emergencia de salud pública de interés internacional (ESPII, también conocida como PHEIC en inglés). Esta ha sido la decisión del comité de expertos que reunió la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado jueves en Ginebra tras valorar los últimos datos del avance de la enfermedad en el mundo. Según los últimos datos, 4.147 casos registrados en todo el mundo; de todos ellos, 736 proceden de España, aunque se sospecha que el número de casos reales es mayor.
A pesar del aumento de los casos —sobre todo en países fuera de África, donde la infección no es endémica—, la OMS ha decidido por unanimidad no elevar el grado de alarma sobre esta enfermedad debido a que los síntomas observados están siendo leves, apenas se transmite fuera del principal grupo de riesgo —los hombres que tienen sexo con hombres— y que no existe transmisión explosiva. Además, han señalado que quienes han sido afectados no estaban vacunados contra la viruela, que también protege en este caso.
La última enfermedad que fue declarada como una ESPII por la OMS fue la covid-19; eso sí, este concepto no significa lo mismo que una declaración de pandemia. En dicho último caso, la covid fue primeramente nombrada como una ESPII el 30 de enero de 2020 y, posteriormente, declarada como pandemia el día 11 de marzo de aquel mismo año. La OMS declara una pandemia cuando se propaga una enfermedad a nivel mundial y ocurren dos casos: que afecte a más de un continente y que se produzca transmisión comunitaria y no sólo casos importados.
¿Cuándo se declara una ESPII?
Si se produce un evento grave que pone en peligro la salud pública internacional, la OMS convoca un Comité de Emergencias que decide considerarlo una ESPII en función de dos aspectos. El primero es que constituya un riesgo para otros países por la diseminación internacional de la enfermedad y el segundo que la solución del evento requiera una respuesta internacional coordinada. Esta denominación no sólo está pensada para las enfermedades infecciosas, aunque las siete ESPII que se han dado hasta la fecha se refieren a una de estas. También pueden ser declaradas ante alertas por sustancias químicas o, incluso, nucleares. La ESPII se trata de un mecanismo legal que está recogido en el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) cuya última adaptación proviene de 2005.
¿Por qué no se ha declarado?
A pesar de que el número de casos registrados no ha parado de crecer en las últimas semanas y se cree que el número real de casos es mayor, se espera que en adelante se controle. Además, algunos expertos explican estas cifras en alza con el incremento de la vigilancia y la detección de casos antiguos: "buena parte de los últimos casos registrados habrán sido diagnosticados retrospectivamente por el trazado. Cuando trazas bien, la gente se inquieta y se incrementa la vigilancia, se observan casos en los que incluso el paciente ha superado la enfermedad", razona Salvador Peiró, especialista en Salud Pública de la Comunidad Valenciana. Peiró se muestra optimista y considera que con una buena comunicación al público, trazado de los casos y el aislamiento de quienes sean positivos y sus contactos sería suficiente, ya que la transmisión no ha sido explosiva y se trata de una enfermedad relativamente benigna.
¿La decisión de la enfermedad es definitiva?
No, la OMS puede volver a convocar al Comité de Emergencias y reconsiderar su decisión. Por eso, observarán la evolución de la enfermedad en el mundo y si los datos se vuelven preocupantes, cambiará el estatus de la viruela del mono. "La idea de nombrar una ESPII es llamar la atención sobre la enfermedad, que se respeten los aislamientos de tres semanas que deben hacer quienes contraen la enfermedad y que sus contactos estrechos no tengan otros contactos", explica Joan Caylá, coordinador de la Unidad de Investigación en Tuberculosis en Barcelona y ex jefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. El experto señala que en esta fase es muy importante la vigilancia de los casos y que no se produzca el paso de la enfermedad a especies animales que actúen como reservorio: "lo mejor es que esta viruela desaparezca y se convierta en una enfermedad de transmisión sexual endémica".
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¿Qué pasará ahora?
Cuando se nombra una ESPII, la OMS moviliza recursos y establece recomendaciones. Por tanto, al no convocarse serán los propios países quienes deberán responsabilizarse de tomar medidas para frenar el avance de los contagios. A pesar de la decisión final, Caylá observa con buenos ojos el establecimiento de una ESPII para esta enfermedad para que se respeten las medidas de contención. "En los próximos días se celebrarán muchas fiestas del Orgullo Gay y se debe tomar conciencia sobre las medidas para evitar la transmisión". El experto se refiere a que el 99,4% de los afectados por este brote son hombres y más específicamente aquellos que mantienen relaciones sexuales con otros hombres y la transmisión se ha relacionado con eventos de esta comunidad. En cualquier caso, la OMS recomienda que no se cancelen los eventos multitudinarios del verano, como el Orgullo LGTBI debido a que no aumentan la transmisión de la enfermedad por sí mismas, sino su comportamiento en ella. Es decir, se debe incidir en el respeto de los aislamientos y las medidas preventivas.
¿Qué medidas se pueden tomar para evitar nuevos casos?
La viruela del mono es una enfermedad vírica que se contagia a través de contacto estrecho entre dos personas. No es una enfermedad de transmisión sexual, pero esta práctica facilita el contagio de una persona a la otra. La manera de prevenir esta enfermedad, tal y como recoge la OMS en su página web, es evitando el contacto directo con las personas que tienen viruela del mono o creen tenerla. Si debemos tener contacto con estos pacientes, debemos animarles a guardar aislamiento, a cubrir sus lesiones si es posible, acercarnos con mascarillas y también cuando manipulemos ropa que haya estado en contacto con la piel del enfermo, lavarnos las manos con regularidad y lavar las sábanas, ropa o superficies con las que haya entrado en contacto.
Si somos nosotros mismos quienes hemos contraído la viruela del mono, debemos guardar aislamiento durante tres semanas y avisar a las personas con las que hemos tenido contacto. Usar mascarilla para hablar de cerca con otra persona y evitar el contacto piel con piel. La OMS destaca: "El riesgo de contraer viruela símica no se limita a las personas que son sexualmente activas o los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Cualquier persona que tenga contacto físico estrecho con alguien que es infeccioso corre el riesgo de contraer el virus". Y añade: "Es probable que, a medida que se amplíen nuestros conocimientos al respecto, identifiquemos casos en la comunidad en general".
¿Qué sabemos de la enfermedad?
El virus de la viruela símica es una zoonosis vírica, que significa que puede propagarse de animales a personas. Es una enfermedad endémica en África central y occidental, zonas donde habitan animales que pueden portar la enfermedad. De manera esporádica se identifican casos de personas infectadas fuera de la zona endémica, como ha sucedido ahora en este brote de 2022. Los principales síntomas de esta enfermedad son la fiebre, las cefaleas, dolores musculares, de espalda, falta de energía, ganglios linfáticos inflamados y lesiones cutáneas. Estos síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas y se curan solos, sin necesidad de tratamiento. En el brote actual los casos que se están observando parecen generalmente leves y no se ha producido ninguna muerte, sin embargo esta enfermedad es potencialmente mortal, aunque en población infantil e inmunodeprimida.