El sobrepeso afecta al 53% los adultos en España, y la obesidad, hasta a una cuarta parte de los españoles. Durante la pandemia, se han reconocido como comorbilidades agravantes frente a la Covid-19: sus alteraciones inflamatorias, cardiovasculares y metabólicas están relacionadas con un peor pronóstico. Sin embargo, según una amplia revisión publicada en The Lancet Diabetes & Endocrinology, la vacunación completa redujo ese riesgo en un 70%, de forma equiparable a las personas con normopeso.
Reino Unido reconoció esta condición de vulnerabilidad colocando a los pacientes con un Índice de Masa Corporal superior a 40, equivalente a obesidad mórbida, como grupo prioritario para recibir las vacunas. España no lo hizo, una medida que arrastró polémica y que provocó que los obesos jóvenes fueran el perfil-tipo de los ingresos en UCI de la ola de verano de 2021, al no haber sido vacunados a tiempo.
Sin embargo, la decisión británica tampoco escapó a la controversia: la obesidad ha demostrado ser un factor reductor de la eficacia de las vacunas contra la gripe estacional, y persistía la duda de si las dosis de los fármacos anti-Covid tendrían la eficacia deseada. "Nuestros descubrimientos respaldan la evidencia de que las vacunas para la Covid-19 salvan la vida de personas de todas las tallas", resume la Dra. Carmen Piernas del Departamento Nuffield de Ciencias de la Salud de Asistencia Primaria de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
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Para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron los datos anonimizados de más de doce millones de pacientes británicos que cedieron su información para el proyecto QResearch, una base de datos sanitarios disponibles para investigadores. La muestra se redujo finalmente a 9.171.524 individuos mayores de edad, que no habían sido infectados con el coronavirus SARS-CoV-2 y con su Índice de Masa Corporal registrado.
Este último dato permitió agruparlos en cuatro perfiles según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS): un IMC inferior a 18,5 se consideró 'bajo peso'; entre 18,5 y 25, 'peso normal'; entre 25 y 30, 'sobrepeso'; y a partir de 30, 'obesidad' en diversos grados. A continuación se ajustaron factores como la edad, el sexo y hábitos como el tabaquismo. También se aplicaron correcciones en las personas de origen asiático al determinarse que sufrían mayores riesgos con bajo IMC.
De los más de nueve millones de pacientes bajo seguimiento, 566.461 dieron positivo por coronavirus entre el 8 de diciembre de 2020, fecha de inicio de la vacunación en Reino Unido, y el 17 de Noviembre de 2021, término de la recogida de datos. 32.808 de los infectados fueron hospitalizados, y 14.389 murieron. Al término del periodo, solo un 14,2% del grupo obeso y un 16,8% de los de sobrepeso no había recibido la vacuna de la Covid, un porcentaje que aumentaba al 23,3% del grupo de peso normal y hasta un preocupante 32,6% en los de bajo peso.
A continuación, los investigadores compararon el riesgo de enfermedad grave en las personas vacunadas frente a las no-vacunadas transcurridos al menos 14 días después de recibir la pauta completa. Tanto las personas con normopeso como aquellos en los grupos de IMC más elevado vieron reducirse un 70% su riesgo de hospitalización y muerte como resultado de una infección, pero aquellos con bajo peso se beneficiaron de una reducción menor.
Aquellos en el grupo de menor IMC que seguían sin vacunar tuvieron el doble de posibilidades de sufrir Covid grave o y terminar muriendo por la infección. Pero en los grupos de aquellos con peso saludable, sobrepeso u obesidad, la mortalidad se redujo en dos tercios tras recibir la pauta completa de vacunación. Sin embargo, en la minoría de vacunados que sí tuvo que ser ingresada se encontraban los extremos de masa corporal: tener un IMC de 17 supuso un riesgo un 50% mayor, y uno de 44, el triple de posibilidades de requerir hospitalización.
Los investigadores precisan que los mecanismos tras estos resultados no se conocen por completo. La obesidad puede alterar la respuesta inmunitaria, como demuestran la mayor proporción de casos de gripe en este grupo, mientras que el bajo IMC suele estar asociado a estados de fragilidad y enfermedades crónicas. Sin embargo, según apunta la Dra. Piernas, la conclusión más inmediata es que los grupos de bajo peso han ido rezagados en la vacunación contra la Covid cuando deberían estar incluidos entre los grupos de mayor vulnerabilidad.