El cáncer de colon y recto es el que más casos nuevos registra cada año en España: el año pasado se dieron 43.581 nuevos casos, según los datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), y en este 2022 se espera que se produzca otros 43.370 casos, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). El último año del que se tienen registros de mortalidad es el año 2020, en el que se produjeron algo más de 15.000 muertes por este motivo. La lucha contra este cáncer es, por tanto, una de las más importantes para nuestra salud pública.
Por suerte, si el cáncer de colon y recto se detecta a tiempo puede curarse hasta en un 90% de las ocasiones, tal y como recordó la FEAD en el Día Mundial contra el Cáncer de Colon, que se celebra todos los 31 de marzo. Por esta razón, participar en los programas de cribado de esta enfermedad es tan importante: cuanto antes se detecte la enfermedad, más probabilidad existe de superarla. Pero, además es importante tener en cuenta cuáles son los principales factores de riesgo de esta enfermedad y cambiar nuestros hábitos.
En este sentido, la Sociedad Americana del Cáncer (AMC, por sus siglas en inglés) explica que hay algunos factores de riesgo que sí se pueden evitar. Éstos son el sobrepeso y la obesidad, la inactividad física, el consumo alto de carnes rojas y procesadas y, sobre todo, si son cocinadas a temperaturas muy altas, el consumo abusivo de alcohol y, por supuesto, el tabaquismo. De todas formas, algunos científicos han recogido un posible nuevo factor de riesgo: el alto consumo de antibióticos.
Dos estudios
Desde hace varios años, la comunidad científica ha pedido a los consumidores que hagan un consumo responsable de los antibióticos: sólo tomarlos cuando los recete un médico y durante el tiempo que éste establezca. Hasta ahora, la principal razón por la que se pedía responsabilidad era evitar la aparición de bacterias resistentes a este tipo de tratamientos. Cuando se usan de manera abusiva, las bacterias pueden mutar y ser inmunes al efecto de estos fármacos, lo que supone un problema para tratar a los infectados.
Ahora, la limitación de los antibióticos también podría basarse en su relación con el cáncer de colon y recto. Esta relación ha sido observada en dos estudios: el primero, realizado por investigadores británicos que fue presentado el año pasado en el Congreso Mundial sobre el Cáncer Gastrointestinal de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés); y el segundo, un estudio sueco que fue publicado en la revista científica Journal of the National Cancer Institute.
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El estudio británico estudió a una población de 8.000 pacientes que padecían cáncer colorrectal y 30.000 personas sanas. En él, observaron que aquellos que eran menores de 50 años y tenían historial de consumo de antibióticos tenían un incremento del 49% de riesgo de desarrollar cáncer en el colon, pero no en el recto. Por su parte, el estudio sueco estudió una población de más 40.000 personas con cáncer colorrectal y más de 200.000 sin cáncer. Los que habían consumido antibióticos durante más de seis meses tenían 17% más de riesgo de padecer uno de estos cánceres.
Microbiota arrasada
Estos estudios no pretenden infundir miedo hacia los antibióticos: estos medicamentos son fundamentales en ciertos casos de infecciones. Pero sí viene a insistir en la necesidad de hacer un consumo responsable de ellos. De hecho, de momento no es comparable el riesgo que supone para el desarrollo de este cáncer el consumo de antibióticos con el que suponen los factores de riesgo ambientales —la obesidad, la falta de ejercicio, el consumo de alcohol, la carne roja y procesada y el tabaco—.
Pero, ¿cuál es la razón por la que estos fármacos son capaces de provocar un cáncer en este órgano? Los antibióticos tienen la capacidad de destruir las bacterias que producen enfermedades en nuestro organismo, pero también pueden eliminar aquellas que son beneficiosas y con las que vivimos en simbiosis. Estas son las bacterias que se encuentran en el intestino y que actúan como una barrera protectora que evita la entrada de otros microorganismos patógenos.
El hecho de que los antibióticos puedan eliminar también a las bacterias que tienen un efecto beneficioso en nuestra salud hace que la microbiota se descompense. En este sentido, el estado de la microbiota tiene una gran importancia en el desarrollo de los cánceres, tal y como se apunta en este estudio publicado en Genomics, proteomics & bioinformatics. "Varios estudios sugieren que la microbiota y sus metabolitos no sólo están relacionados con la carcinogénesis al inducir inflamación y desregulación inmunitaria —lo que conduce a inestabilidad genética—, sino que también interfieren con la farmacodinámica de los agentes anticancerígenos", reza el estudio.