Carlos Sarriá, más conocido en las redes sociales como Charlie, ha fallecido a causa del sarcoma de Ewing, según lo han comunicado sus familiares este lunes 22 de agosto a través de su perfil de Instagram. A los pocos minutos de hacerse pública la noticia, las redes se inundaban de comentarios de apoyo a los seres queridos de este joven de 20 años que tenía más de 3 millones de seguidores.
Su testimonio en Internet comenzó cuando hace ya cuatro años tuvo que ingresar en el hospital después de que le diagnosticaran este cáncer raro que afecta a los huesos o la parte blanda que los rodea. Como se acostumbra a ver en quienes narran este tipo de situaciones a través de la pantalla del móvil, Charlie se caracterizaba por contarlo de una manera honesta y sin tapujos, como demuestra las descripciones que hacía de sí mismo en sus perfiles de redes sociales: "Un chaval normal pero con cáncer" o "El calvo de Tiktok".
El joven alicantino sufrió en un primer momento un sarcoma de Ewing que consiguió finalmente superar. Sin embargo, tras hacerse una resonancia por unos dolores que venía teniendo en la cabeza, le comunicaron que tenía un tumor en la coronilla que era metástasis del primero.
En los últimos meses se encontraba haciendo frente a su cuarta recaída. En esta ocasión, se trataba de un tumor que estaba afectando al nervio pudendo, y por el que estaba recibiendo quimioterapia. El mensaje de Instagram con el que la familia de Charlie ha querido dar a conocer su fallecimiento mantiene, sin duda, el coraje característico del joven: "Adiós hijos de puta, nos vemos en la otra vida", se podía leer.
Por qué en jóvenes
Los expertos califican el sarcoma de Ewing como un cáncer pediátrico, pues el 90% de los casos aparece en pacientes entre los cinco y los 25 años. Aun así, se desconoce la razón exacta del porqué afecta sobre todo en esos rangos de edad. Una de las hipótesis apunta a unas alteraciones en los cromosomas 11 y 22, anomalía que genera una proteína anormal.
Como especifica la Asociación Española Contra el Cáncer, la esperanza de vida de los pacientes con cáncer de huesos ha aumentado considerablemente en los últimos 30 años gracias al desarrollo de la quimioterapia. Con un tratamiento multimodal (aplicación de cirugía y quimioterapia) se estima que dos tercios de los pacientes que no presenten metástasis superen la enfermedad.
Y es que, pese a no contar con un registro específico en España, la tasa de supervivencia de está cancer se sitúa en el 82% a los cinco años, según la American Cancer Society. Eso sí, las cifras se reducen drásticamente si éste se propaga por otras partes del cuerpo, como le sucedió a Charlie, por lo que conviene prestar atención a las primeras señales para poder acudir a un médico cuanto antes.
De forma general, los primeros síntomas con los que se manifiesta esta enfermedad son dolor de huesos, inflamación y dolor en los alrededores de la zona afectada, fracturas recurrentes en la misma zona, fatiga y pérdida de peso involuntaria.
La Asociación Española de Afectados por Sarcomas (AEAS) especifica que el dolor también suele aumentar tras el ejercicio, ya que en algunos casos puede darse la aparición de una masa de tejido blando adherida al hueso, que causa dolor al palparla. Además, este bulto puede afectar a la funcionalidad de una articulación si se encuentra cerca de alguna.
Para el sarcoma de Ewing la localización también es un punto clave a la hora de determinar el riesgo. Según un artículo publicado por la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, si el tumor se localiza en la zona pélvica, el pronostico empeora bastante.