El nombre de una nueva enfermedad desconocida se ha popularizado en los medios de comunicación en los últimos días: se trata de la gripe del tomate y, hasta ahora, ha afectado únicamente a niños en zonas concretas de la India. A pesar de lo que pueda parecer por su nombre, no hay por qué temer a los tomates. La han bautizado de esta manera porque su síntoma más característico son unas ampollas rojizas que pueden alcanzar un tamaño considerable. Las comparan con tomates, pero la fruta no es sospechosa de provocarlas.
La principal voz de alarma a nivel mundial sobre la enfermedad es un artículo científico que ha sido publicado en la revista científica The Lancet. El estudio comienza explicando que en los casos observados la enfermedad no comprometía la vida de los pacientes, que eran niños menores de cinco años en la región de Kerala. "Kerala es una región muy grande y en ella aparecen a menudo casos de enfermedades víricas", explica Raúl Rivas, catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca.
El biólogo explica que en esta zona hay una presencia importante del dengue, en los últimos años ha contado con varios casos chikungunya —una infección provocada por un virus a través de la picadura de mosquitos— y en los últimos meses se han observado casos de nipah —que se describe en este artículo de EL ESPAÑOL— y del virus bocamanopié —el coxsackievirus A16 que ha sido muy habitual en India y Malasia en este tiempo, posiblemente, por una variante muy agresiva—.
Teorías de su origen
De hecho, la gripe del tomate se ha asociado con la mayoría de estas enfermedades. Lo primero que hay que explicar es que los científicos todavía no saben realmente qué es la gripe del tomate: "Es una enfermedad diagnosticada por descarte. Observan los casos, ven que no se corresponden con las enfermedades típicas de la zona o un tipo de virus nuevo y lo califican como gripe del tomate", dice Rivas. De todas formas, aunque la enfermedad no se conozca sí que existen algunas teorías sobre qué puede ser.
La gripe del tomate podría ser un virus, o bien nuevo, o bien una variante del virus bocamanopié al que se asemeja por la ampollas rojizas; pero también se contempla la posibilidad de que sea una consecuencia secundaria de haber padecido el dengue o el chikungunya. En cuanto a esta segunda teoría, el experto explica que puede parecerse a lo que sucede con la covid y los efectos a largo plazo encontrados en algunos pacientes: "se observan unos síntomas, pero el virus ya no se encuentra en el organismo".
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The Lancet nombra al coronavirus en su estudio. Asegura que, aunque el SARS-CoV-2 y la gripe del tomate tienen síntomas en común —como la fiebre, la fatiga, el dolor corporal e, incluso, en algunos casos, las lesiones de la piel—, no tienen nada que ver una y otra. Aunque no existen tratamientos efectivos conocidos para la gripe del tomate, los autores del estudio sostienen que se trata de una enfermedad autolimitada, es decir, que remite por sí misma tiempo después de contraerla. Además, no se han observado víctimas mortales.
Su estado actual
Hasta ahora se han registrado más de 82 casos de gripe del tomate y todos los pacientes son niños menores de 5 años. El primer caso de la enfermedad se notificó el 6 de mayo de 2022 en Kollam, que es un distrito de Kerala. Posteriormente, se observaron casos en otras localidades de esta misma región, como Anchal, Aryankavu y Neduvathur. La enfermedad, sin embargo, ha traspasado la frontera de Kerala y ha puesto en alerta a las regiones de Odisha, donde se observaron 26 casos y en Tamilnadu.
El síntoma más destacado de la gripe del tomate son las ampollas rojizas que aumentan de tamaño y que, según Rivas, pueden parecerse a las del virus bocamanopié. Pero, además, se han descrito en el artículo de The Lancet otros síntomas: "fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, fiebre, deshidratación, hinchazón de las articulaciones, dolor corporal y otros síntomas parecidos a los de la gripe común y el dengue". Aunque no existe un tratamiento específico, se está siguiendo un protocolo similar al del chikungunya, el dengue o el virus bocamanopié.
Los pacientes de la gripe del tomate deben aislarse durante un período de entre cinco y siete días —al ser niños se está concienciando para que los infectados no compartan ropas ni juguetes, ni objetos y que, además, se manipulen los pañales con cuidado—. Por lo demás, los afectados deben descansar, tomar muchos líquidos, paracetamol para el tratamiento de algunos síntomas y baños con esponjas de agua caliente para aliviar las irritaciones y las lesiones de la piel.
¿Puede la gripe del tomate causar una emergencia internacional al estilo de la covid y la viruela del mono? Raúl Rivas explica que todavía es muy pronto para determinarlo porque la información sobre la enfermedad es muy escasa. "No sabemos ni siquiera si es una nueva enfermedad, ni cómo se transmite: ¿por vectores, como los mosquitos del dengue y el chikungunya?, ¿por los fluidos, como el nipah? o ¿por aerosoles, como la covid? Es difícil determinar cómo de peligrosa es y, por eso, se debe insistir en el aislamiento y la higiene".