La terapia con estatinas, los medicamentos más recetados para las enfermedades cardíacas y el colesterol alto, no es la principal causante de los dolores musculares que padecen algunos pacientes, según constató un estudio que publica este lunes The Lancet.
La investigación, liderada por la Universidad de Oxford (Reino Unido), analizó datos de 155.000 sujetos sometidos a 23 pruebas aleatorias mientras eran tratados con estatinas, y detectó que en más del 90% de casos que reportaron dolores musculares o debilidad, la terapia no fue la causante de estos síntomas.
Por ello, los expertos concluyen que el riesgo de padecer molestias por las estatinas es "bajo" y, en consecuencia, compensa por los beneficios que aportan este tipo de terapias.
"La idea de que las estatinas causan frecuentemente dolor muscular ha calado entre algunos pacientes y médicos, sin embargo nuestro estudio confirma que raramente provocan dolores musculares en aquellos que las toman", subraya en un comunicado Colin Baigent, coautor del trabajo y director de la Unidad de Investigación de Salud de Oxford.
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Cualquier tratamiento con estatinas, prosigue, debe mantenerse, ya que, "lo más probable", es la aparición de los citados síntomas "se debe a otras causas".
En este sentido, Baigent recomienda que se lleven a cabo revisiones sobre las indicaciones de estos medicamentos para "aclarar" que la "mayoría de dolores musculares" reportados durante la terapia "no están causados por las estatinas".
En los pocos casos, menos del 10%, en los que detectaron que las estatinas podían ser un factor de riesgo, los síntomas citados se observaron sobre todo durante el primer año de tratamiento, después del cual no hubo un aumento significativo en el reporte de dolor muscular.
Asimismo, observaron que, en general, la pequeña proporción de pacientes que experimentó dolores musculares debido a las estatinas no abandonó el tratamiento, lo que sugiere que los síntomas eran "clínicamente leves".
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"Aunque nuestro estudio demuestra que algunas personas pueden desarrollar síntomas musculares, es importante destacar que las que no toman estatinas también pueden padecerlos", precisa la coautora Christina Reith.
Es importante, insiste, que "médicos y pacientes" tomen decisiones a partir de la información disponible ahora para "empezar o mantener" una terapia con estatinas, "teniendo en cuenta que ofrecen importantes beneficios en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular".
Beneficios a largo plazo
El estudio de la Universidad de Oxford no es el último gran trabajo sobre las estatinas. Otro, esta vez presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2022, concluye que la interrupción temprana del tratamiento con estatinas podría reducir sustancialmente la protección de por vida contra las enfermedades cardíacas, ya que una gran parte del beneficio se produce más tarde en la vida.
El autor principal, el doctor Runguo Wu, de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido), destaca que "las personas de 40 años con una alta probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, y las personas de todas las edades con enfermedades cardíacas existentes, deben ser consideradas para el inicio inmediato del tratamiento de reducción del colesterol. Suspender el tratamiento, a menos que lo aconseje un médico, no parece ser una opción acertada", subraya.
Las enfermedades cardiovasculares son la causa más común de mala salud y muerte en todo el mundo, y el colesterol alto es un factor de riesgo modificable clave. Hay pruebas sólidas que demuestran que la reducción del colesterol de lipoproteínas de baja densidad en 1 mmol/L con estatinas reduce los riesgos de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular en un 24%-25%.
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Las estatinas son el fármaco modificador de lípidos más utilizado: se estima que en 2018 las tomaron más de 145 millones de personas. Sin embargo, el retraso en el inicio del tratamiento y la mala adherencia son comunes. Las afirmaciones exageradas sobre los efectos secundarios de las estatinas también pueden ser responsables de la infrautilización entre los individuos con mayor riesgo de eventos cardiovasculares.
Existe cierta incertidumbre sobre cuándo iniciar el tratamiento con estatinas y cuánto tiempo se debe persistir en él para optimizar sus efectos. Este estudio estimó la acumulación de beneficios con las estatinas en función de la edad en el momento de iniciar el tratamiento mediante un modelo de microsimulación que se desarrolló con datos de 118.000 participantes de grandes ensayos internacionales sobre estatinas de la Cholesterol Treatment Trialists' (CTT) Collaboration y de 500.000 individuos de la cohorte poblacional del Biobanco del Reino Unido.
El modelo utilizó las características individuales (por ejemplo, la edad, el sexo) y los antecedentes de enfermedad para simular el riesgo anual de infarto de miocardio, ictus, revascularización coronaria, diabetes, cáncer, muerte vascular y muerte no vascular de cada participante.
Se utilizó el tratamiento con una dosis estándar de estatina (40 mg diarios) para estimar el efecto de la terapia frente a la ausencia de la misma en estos escenarios: (1) terapia de por vida (utilizada hasta la muerte o hasta los 110 años de edad si es anterior), (2) terapia interrumpida a los 80 años de edad, y (3) retraso del inicio de la terapia en cinco años en los participantes menores de 45 años.
Años ajustado por calidad
El beneficio de las estatinas se midió en años de vida ajustados por calidad (AVAC), que es la duración de la vida ajustada por salud para reflejar la calidad de vida. Un AVAC equivale a un año de vida en perfecto estado de salud. Los beneficios también se comunicaron por separado según el riesgo cardiovascular de referencia, que se refiere a la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio o un ictus en los próximos 10 años, y se basa en la edad, la presión arterial, los niveles de colesterol, el hábito de fumar y las condiciones médicas.
Los investigadores descubrieron que una gran parte de los AVAC ganados con el tratamiento con estatinas se acumulaban más tarde en la vida. Cuanto mayor era el riesgo cardiovascular a 10 años de los participantes, mayor y más temprano era el beneficio de las estatinas.
En comparación con las estatinas de por vida, la interrupción del tratamiento a los 80 años eliminaba una gran parte del beneficio potencial, especialmente en el caso de las personas con un riesgo cardiovascular relativamente bajo.
"Nuestro estudio sugiere que las personas que empiezan a tomar estatinas a los 50 años pero las dejan a los 80 en lugar de continuar de por vida perderán el 73% del beneficio QALY si tienen un riesgo cardiovascular relativamente bajo y el 36% si tienen un riesgo cardiovascular alto, ya que los que tienen un riesgo elevado empiezan a beneficiarse antes", señala el doctor Wu.
"El riesgo cardiovascular de las mujeres suele ser menor que el de los hombres –prosigue–. Esto significa que, en el caso de las mujeres, la mayor parte del beneficio de las estatinas a lo largo de la vida se produce más tarde, y que interrumpir el tratamiento prematuramente es probablemente más perjudicial que en el caso de los hombres".
En las personas menores de 45 años con bajo riesgo cardiovascular, es decir, con una probabilidad inferior al 5% de sufrir un infarto de miocardio o un ictus en los próximos 10 años, un retraso de cinco años en la toma de estatinas tuvo escasa repercusión: sólo perdieron el 2% del beneficio potencial en términos de AVAC de la terapia de por vida.
Sin embargo, el impacto fue mayor en las personas menores de 45 años con alto riesgo cardiovascular, es decir, con una probabilidad superior al 20% de sufrir un ataque al corazón o un ictus en los próximos 10 años: perdieron el 7% del beneficio potencial en términos de calidad de vida del tratamiento de por vida.
El doctor Wu resalta que, "una vez más, esto se debe a que las personas con mayor riesgo cardiovascular empiezan a acumular beneficios desde el principio y tienen más que perder si retrasan el tratamiento con estatinas que las de bajo riesgo".