El cáncer de páncreas mata en Europa cada año a unas 95.000 personas. Tiene la menor tasa de supervivencia de todos los tumores: si para 2020 se estimaron unos 8.338 nuevos casos, se registró 7.427 muertes por este cáncer. Y la incidencia va aumentando, con 9.252 casos previstos para 2022. Un grupo de investigadores británicos ha buscado cómo mejorar el diagnóstico de una parte de ellos, que podría adelantarse y así tener más posibilidades de extirparlo mediante cirugía.
El estudio ha sido presentado este martes durante la reunión europea de la Gastroenterología, que se celebra esta semana. "Normalmente, hay solo un periodo muy corto de tiempo para la cirugía curativa en el cáncer de páncreas", explica Nosheen Umar, especialista en aparato digestivo de la Universidad de Birmingham y uno de los investigadores, "lo que quiere decir que es vital diagnosticar a los pacientes tan pronto como sea posible para darles las mayores oportunidades de supervivencia".
Umar y sus compañeros analizaron los registros de 600 pacientes diagnosticados de cáncer de páncreas entre 2016 y 2021, de los que 46 recibieron el diagnóstico entre 3 y 18 meses después de haberse sometido a una prueba de imagen que dio un resultado negativo.
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Las imágenes (por resonancia magnética o tomografía computarizada) fueron revisadas por radiólogos expertos en enfermedad hepatobiliar, que hallaron signos de cáncer que habían sido desestimados en el 48% de los pacientes examinados. En el 28% de los casos no se reconocieron ni investigaron signos como los conductos biliares o pancreáticos dilatados.
Con las revisiones de expertos se desarrolló un algoritmo que categorizara los casos desestimados. El número de cánceres que podrían haber sido detectados antes alcanzó el 36%. Esto quiere decir que un tercio de los pacientes que fueron diagnosticados de cáncer de páncreas tras una primera prueba de imagen con resultado negativo podían haber sido operados precozmente, mejorando así sus posibilidades de supervivencia.
Según Umar, los resultados de este estudio ayudarán "a estandarizar futuros estudios sobre este tema y guiar los esfuerzos de mejora de la calidad, de tal forma que podamos aumentar la probabilidad de un diagnóstico temprano del cáncer de páncreas, incrementando las posibilidades de supervivencia del paciente y, finalmente, salvar vidas".
¿Pancreatitis o cáncer?
Los resultados de este estudio no sorprenden a los especialistas. "Es un problema conocido por los radiólogos en general y especialmente por los especialistas en radiología gastrointestinal", afirma Alexandre Pérez Girbes, portavoz de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram).
De hecho, un estudio publicado el año pasado que analizaba imágenes desechadas o malinterpretadas de adenocarcinoma pancreático ductal arrojaba que el 59% de estas últimas fueron diagnosticadas como una pancreatitis sin complicaciones.
En total, casi uno de cada diez escaneos mostraba signos secundarios al cáncer, como la dilatación de ls conductos pancreáticos. En la mitad de los casos esto se debió a un sesgo de ceguera por falta de atención, es decir, que el examinador no prestó atención a dichos signos porque no eran lo que estaba buscando.
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"En el cáncer de páncreas, los hallazgos pueden ser muy sutiles, especialmente en tumores pequeños y cuando no presentan características habituales como la dilatación del conducto pancreático o tumores que no deforman el páncreas", explica Pérez Girbes.
Hay tumores, además, que pueden verse como un páncreas normal. Son los llamados tumores isoatenuados, que "resulta muy difícil diferenciarlos del páncreas normal. También en ocasiones pueden quedar ocultos en el contexto de otras enfermedades del páncreas, como la pancreatitis aguda, y no detectarse adecuadamente hasta que no se resuelva".
Aunque el estudio presentado a los gastroenterólogos europeos se refiere a Reino Unido, el radiólogo afirma que es algo generalizado. "La situación en España es similar al resto de Europa, al igual que Estados Unidos, Canadá, Japón, etc."
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Por su parte, el oncólogo Javier Gallego Plazas, del Hospital General Universitario de Elche, cosidera que es un problema de difícil solución. "El estudio es interesante pero no plantea alternativas a las convencionales para el diagnóstico de aquellos pacientes en los que las pruebas de imagen falla inicialmente".
Para él, un estudio de este tipo puede plantear una alarma injustificada en pacientes que están en estudio y para los que no se tenga pruebas concluyentes del cáncer. "No es que los cánceres fuesen evitables sino que podrían dejar de poder operarse por no diagnosticarse cuando aún son pequeños y no diseminados, y no concreta qué porcentaje de pacientes perideron esta oportunidad".
El radiólogo Alexandre Pérez Girbes apunta posibles soluciones, como aumentar la tasa de detección de los tumores especialmente difíciles implantando protocolos específicos para la valoración del páncreas, empleando otras técnicas de imagen si fuera necesario.
"Los radiólogos también aplicamos estrategias para minimizar los llamados sesgos cognitivos, por ejemplo, examinando activamente el páncreas en pacientes a lo que se les realizan estudios por otros motivos o utilizando informes estructurados". Además, se están planteando herramientas de inteligencia artificial que analizan las imágenes para ayudar a la detección de tumores pequeños, especialmente los pequeños.