Una científica manejando una pipeta en un laboratorio.

Una científica manejando una pipeta en un laboratorio.

Salud

El sueño imposible de la vacuna universal contra el cáncer: "A día de hoy es ciencia ficción"

A pesar de la ingente investigación de los últimos años, no hay nada claro en el futuro de una vía que se promete revolucionaria contra el cáncer.

18 octubre, 2022 03:18

El matrimonio de científicos fundadores de BioNTech revolucionó el mundo de las vacunas hace dos años, al crear la primera basada en ARN mensajero y dirigida a un objetivo completamente nuevo: la Covid-19. Ahora, ha anunciado en una entrevista en la BBC que están trabajando en un proyecto más ambicioso todavía: el de la vacuna contra el cáncer. Pero no son los únicos.

El campo de las vacunas oncológicas es una de las grandes promesas de la investigación biomédica y lleva avanzando durante años para ser una realidad. En verdad, vacunas contra el cáncer ya existen: el principal objetivo de la del virus del papiloma humano es evitar los tumores de cuello uterino; la de la hepatitis B busca impedir que la infección crónica del hígado generae daños cancerosos.

En una reciente entrevista con la BBC, Uğur Şahin y Özlem Türeci han afirmado que las vacunas contra el cáncer llegarán "antes de 2030". El camino no está siendo nada sencillo. Hay una decena de ensayos clínicos de fase 3 (la última antes de lanzar un fármaco a la calle) activos en todo el mundo que evalúan distintos sueros para una amplia gama de tumores, desde vejiga a glioblastoma, pasando por cáncer colorrectal y de pulmón.

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"Se están estudiando en muchísimos tumores. Sin embargo, a día de hoy hay pocos resultados", confiensa Isabel Echevarría, oncóloga del Hospital Universitario Gregorio Marañón y secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología (SEOM).

En los últimos tiempos ha habido avances espectaculares en ciencia básica, algunos de ellos casi milagrosos. Un estudio publicado esta primavera en Nature daba cuenta de un producto con potencial de ser una vacuna universal contra el cáncer. Probado en ratones y monos, se mostró muy eficaz en los primeros para combatir los tumores basándose en unas proteínas que alertan al sistema inmune de daños en el ADN producidos por las células tumorales y que estas inhiben para poder crecer.

En 2023 comenzarán los ensayos en seres humenos pero Echevarría, de momento, cree que hablar de vacuna universal, "a día de hoy, es un poco ciencia ficción: todavía nos pilla muy lejos. Tiene que demostrara que es segura y eficaz, y eso es un proceso de años".

Historia de un fracaso

Aunque se han encontrado multitud de proteínas expresadas por las células cancerígenas que pueden servir de objetivos terapéuticos, "no han conseguido desencadenar respuestas inmunes y, por eso, los datos son todavía peores de lo que nos esperábamos", reconoce la oncóloga.

El ejemplo de los esfuerzos infructuosos en vacunas dirigidas a un tumor específico es tecemotide, una vacuna contra el cáncer de pulmón de células no pequeñas, uno de los más frecuentes. Descubierta a finales de los años 90, fue adquirida por el laboratorio alemán Merck en 2007 y puso en marcha una serie de ensayos clínicos (incluído uno para cáncer de mama) para evaluarlo como terapia de mantenimiento tras quimio y radioterapia.

Los resultados supusieron un jarro de agua fría: la eficacia de tecemotide no se diferenciaba de la del placebo. Pero Merck no se desanimó y lanzó un nuevo ensayo en un subgrupo de pacientes en 2014. Antes de que acabara el año, basándose en el análisis de un pequeño ensayo realizado en Japón, el laboratorio decidió poner fin a la investigación del compuesto. Tras quince años y cientos de millones gastados, tecemotide pasó a engrosar en amplísimo cementerio de grandes promesas que se quedan en el camino.

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Por cierto, en los ensayos de la malograda vacuna, España tuvo un protagonismo especial, con más de una docena de centros participantes. Otros cinco candidatos han sido ensayados en nuestro país: tres para cáncer de pulmón, y los restantes a vejiga y al glioblastoma.

Pero que nadie se imagine –de momento, y con la excepción del VPH y la hepatitis B– grandes campañas de inmunización de la población. Las vacunas que se estudian contra el cáncer tienen otra función: la de estimular el sistema inmune para que sea éste el que combata un tumor existente.

Porque al sistema inmune se le da bastante bien combatir las células que se desmadran. La creación de tumores es un proceso habitual en el cuerpo humano, pero no suelen llegar muy lejos porque nuetras defensas los reconocen como una amenaza y acaban con ellos.

El cáncer se presenta cuando el sistema inmune ya no reconoce al tumor como peligroso y le deja proliferar. Los investigadores llevan décadas buscando el mecanismo por el cual las células cancerígenas se vuelven invisibles al arsenal de defensa del cuerpo, como los linfocitos B y T, protagonistas de la inmunidad humoral (anticuerpos) y celular, respectivamente.

Inmunoterapia y vacunas

Esa estrategia ya ha dado resultados en la última década: la inmunoterapia ha supuesto una revolución en cánceres como el melanoma y el de pulmón, y está avanzando a paso firme en otros tumores.

"La inmunoterapia lo que hace es, directamente, ir a las respuestas inmunes para activarlas, pero no específicamente frente a un antígeno concreto", explica Isabel Echevarría. "Activan, por ejemplo, los linfocitos con idea de que ataquen el tumor, pero las vacunas son antígenos específicos del tumor para hacerlo más visible, es algo más dirigido".

Muchas de las vacunas se han estudiado en combinación, precisamente, con la inmunoterapia. "Con una haces el tumor más visible y con otra estás quitando el freno al sistema inmune para que la respuesta sea mucho mayor", señala la oncóloga.

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La historia de las vacunas contra el cáncer no es nueva, pero su camino ha sido tortuoso. Son numerosos los casos de compuestos que llegaron hasta las últimas fases de investigación solo para ver cómo las promesas no se cumplían.

La investigación no ha parado desde entonces. BioNTech tiene varias vacunas en estudio basadas en ARN mensajero para otros tantos cánceres: de ellas, cuatro (para melanoma, cabeza y cuello y cáncer colorrectal) están en ensayos de fase 2, donde se mide seguridad y respuesta inmune.

¿Cuánto se tardará en llegar al éxito? Los fundadores de BioNTech hablan de 2030 pero la oncóloga no se atreve a dar una fecha. "Habrá ensayos más avanzados, pero sería difícil decir algo". Lo que sí rescata es la posibilidad de que estas vacunas acaben siendo preventivas. Eso sí, en personas que ya han pasado previamente por un cáncer, para evitar la recurrencia. "Se está estudiando mucho: ahí sí que se podría evitar el tumor, pero hay que seguir avanzando".