No todos los pacientes de vitíligo son como Winnie Harlow, la exótica modelo que ha dado a conocer la enfermedad al mundo. La simetría de sus manchas (o, mejor dicho, de su piel despigmentada) le ha dado fama mundial. Sin embargo, el vitíligo condiciona la calidad de vida de hasta el 3% de la población, y un medicamento puede ser la clave para recuperar la pigmentación perdida.
Se llama ruxolitinib y, en su forma oral, sirve para tratar algunos tipos de cánceres hematológicos (mielofibrosis y policitemia vera) y las complicaciones serias del trasplante de médula ósea, la enfermedad de injerto contra huésped.
En cambio, aplicado como crema tiene poder para volver a dar color a las partes de la piel que lo han perdido. El vitíligo es una enfermedad autoinmune crónica, lo que significa que son las propias células defensivas las que atacan y destruyen los melanocitos, que producen el pigmento de la piel y el pelo, conocido como melanina.
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El fármaco en cuestión reduce los mediadores de la inflamación asociada a la destrucción de los melanocitos. En dos estudios en fase 3, la previa a su comercialización, publicados en el New England Journal of Medicine, ruxolitinib en crema –aplicado dos veces al día– ha reducido la despigmentación de la cara en un 50% como mínimo en el 45% de los pacientes tratados, y un 30% logró reducciones del 75% al año de uso.
Un total de 674 pacientes participaron en ambos estudios entre 2019 y 2021. Los porcentajes de reducción del 75% fueron similares en los dos estudios: 29,8% en el TRuE-V1 y 30,9% en el TruE-V2. El perfil de los eventos adversos fue similar, con alrededor de un 6% de personas que sufrió acné y picores en la zona de aplicación.
Los ensayos, financiados por la farmacéutica Incyte, mostraron que el proceso de repigmentación asociado al ruxolitinib es lento y afecta sobre todo a la cara: solo un 20% de pacientes mejoraron su piel un mínimo del 50%.
Combinaciones de fármacos
"Sería una herramienta más pero aún quedaría por definir mejor su eficacia real en la práctica clínica habitual", comenta la dermatóloga Maite Truchuelo, portavoz de la Asociación Española de Dermatología y Venereología.
"Se aplicaría mañana y noche sobre piel limpia. A continuación, por la mañana se aplicaría el fotoprotector, que puede ser con color para unificar y camuflar los defectos". Aquí la doctora hace un inciso: en los ensayos, ruxolitinib no ha mejorado significativamente la calidad de vida de los participantes en el ensayo, mientras que la aplicación de maquillaje corrector "sí que ha demostrado mejorar la calidad de vida en pacientes con vitíligo".
Por eso, considera que esta opción se podría ofrecer a aquellas personas que no han mejorado con terapias previas "y se podría valorar combinar con otros tratamientos estándar como la fototerapia o láseres, antioxidantes u otros inmunomoduladores".
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En declaraciones al Science Media Centre, el director del servicio de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Lluís Puig, apunta a que el ensayo es "de excelente calidad" pero que, pese a que la eficacia queda demostrada, "hay que tratar a cinco pacientes durante seis meses para conseguir una respuesta de repigmentación igual o superior al 75% en un paciente". Además, no se puede descartar la recaída tras un tiempo.
Sin embargo, el principal problema para este médico es el precio, de uno 50 dólares (similar precio en euros) el gramo. "Un paciente con vitíligo en la cara debería aplicarse 0,5 gramos dos veces al día durante seis meses, lo que equivale a 180 gramos; para mejorar un 75% o más en un paciente, habría que tratar a cinco". Es decir, el gasto por cada caso de éxito se elevaría a unos 45.000 euros.
Una cuestión que no ha sido evaluada en el estudio es el tipo de piel de los pacientes. Sí que están descritos que las personas incorporadas a la investigación debían ser mayores de 12 años y tener, como mucho, un 10% del cuerpo con vitíligo, al menos el 0,5% de la cara y un 3% de la superficie del cuerpo restante.
En cambio, la mayoría de las personas tratadas en los dos ensayos multinacionales –participaron diez centros españoles, públicos y privados– tenían la piel blanca. Con todo, el análisis de algunos subgrupos en ensayos anteriores han mostrado que puede ser igualmente eficaz en personas con pieles más claras y más oscuras.