Una persona absolutamente excepcional para la historia de la ciencia está viviendo en estos momentos en España. Esta mujer no ha cumplido aún los cuarenta años y ya ha sobrevivido a doces tumores diferentes, cinco de ellos malignos. Una rara mutación genética la predispone al cáncer: sufrió el primero cuando solo era un bebé. Pero al mismo tiempo, sus características únicas hacen que responda mejor al tratamiento. A día de hoy, hace una vida "prácticamente normal" ante el asombro de los investigadores: los antecedentes indican que no debería haber nacido.
"Es un caso único. Nunca se han descrito estas mutaciones en los dos alelos del gen MAD1L1 en la historia de la literatura científica", explica Miguel Urioste, responsable de la Unidad Clínica de Cáncer Familiar del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) hasta su jubilación este año. "Era algo, por decirlo de algún modo, impensable. Hablamos de un gen esencial para la división de los cromosomas. Hemos visto en ratones que, cuando sufre mutaciones, se vuelve incompatible con el desarrollo embrionario. No imaginábamos que un ser humano así podía llegar a nacer, crecer y tener una vida tan larga".
Una mutación en ambas copias -materna y paterna- del gen MAD1L1 habría frenado la gestación, ya que provoca una alteración en el número de cromosomas que contienen las células. En un organismo sano, la división celular copia correctamente los 23 pares de cromosomas, pero esta función está alterada en la paciente. Esto provoca mayores probabilidades de sufrir cáncer, además de otros síntomas. Sufre microcefalia, retraso en el crecimiento y presenta "manchas color café con leche" en la piel, según describe el artículo publicado en Science Advances.
"La mutación hace que vaya acumulando alteraciones cromosómicas aneuploidías en sus células", explica Urioste, que trata a la paciente desde años. La predisposición al cáncer, paradójicamente, le proporciona una defensa única. "Esta inestabilidad activa probablemente su sistema inmune, que reconoce que el material genético no es el adecuado y actúa contra esas células. Sus cánceres se han tratado de manera convencional, con cirugía y quimioterapia, y la respuesta ha sido muy favorable. Los tumores han desaparecido, en parte gracias a la colaboración de sus defensas".
Los rasgos anteriormente descritos de la paciente, junto con su historial, indicaron a Urioste que podría estar frente a uno de los tres síndromes de aneuploidía en mosaico variegada reconocidos. Pero la secuenciación genética determina que están ante un cuarto síndrome dentro de esta familia, desconocido hasta la fecha. "Habría que ver si en otros pacientes ocurre lo mismo, y si se puede estimular el sistema inmunitario frente a los tumores que van apareciendo", valora el investigador. "A nivel general, puede ayudarnos a controlar el cáncer mucho mejor".
"Este caso muestra la importancia del trabajo de las unidades de cáncer familiar, y en particular subraya la calidad del trabajo que lleva a cabo la Unidad de Cáncer Familiar del CNIO. Es un tipo de investigación que aúna la aplicación inmediata para los pacientes y sus familias, como se puede observar en este magnífico y exhaustivo trabajo de Carolina Villarroya, Marcos Malumbres, Miguel Urioste, Sandra Rodríguez y otros investigadores del CNIO, y el beneficio para toda la sociedad", valora por su parte María A. Blasco, directora del centro, en declaraciones a Science Media Alert.
Nuevas tecnologías de análisis
Las muestras de ADN de un tumor están formadas por un conglomerado de células diferentes. Una nueva técnica empleada por el CNIO, el análisis de células únicas, ha permitido ir una por una, explican los investigadores, determinando qué ocurre en cada estirpe celular. En este caso, se hallaron linfocitos de la estirpe B con una alteración cromosómica concreta, que se perpetúa de células madre a hijas. Estas células del sistema inmune estarían relacionadas con su reacción incrementada contra el cáncer, pero también con la génesis de nuevos tumores.
"La vida de esta persona es ahora prácticamente normal", subraya Urioste, que apunta que lleva casi una década libre de cáncer. La mujer permanecerá bajo "un seguimiento médico estrecho" ya que, dadas las características del gen doblemente mutado que posee, "no es presumible que esto se pare". Como caso extraordinario, sin embargo, su organismo excepcional tiene todavía tiene enigmas por desvelar. "Tenemos que seguir investigando por qué su organismo evade los mecanismos que impiden la duplicación de células anómalas", concluye el investigador.