Así son los conspiranoicos: por qué los terraplanistas también creen que el microondas da cáncer
Un 42% de los encuestados en un estudio sobre factores oncogénicos respalda que usar el microondas o el móvil puede causar un tumor.
22 diciembre, 2022 02:41El cáncer continúa aumentando su número de víctimas. En 2020, acabó con la vida de diez millones de personas, convirtiéndose en la segunda causa de muerte en el mundo. Para los expertos, lo frustrante de estas cifras es que muchos de esos fallecimientos se podían haber evitado, aplicando medidas de prevención y eliminando factores de riesgo asociados, como el tabaquismo. El problema es que cada vez se topan con más obstáculos para hacerlo. Cuando no es el colapso de la Covid son los amantes de las teorías de la conspiración.
Así lo sentencia un estudio publicado en The BMJ y que se ha propuesto analizar los vínculos entre creer en teorías de la conspiración, como que la tierra es plana, que nos dominan los reptilianos o que las vacunas son instrumentos de los gobiernos para controlarnos, y el conocimiento que tienen sobre causas del cáncer y cómo prevenirlas.
Para ello, reunieron una muestra de 1.494 personas a las que se preguntó sobre su proximidad hacia estas creencias, por un lado, y, por otro, sobre qué validez daban a afirmaciones como que usar el microondas daba cáncer.
Así, un 42% de los encuestados encontró razonable que tomar edulcorantes, alimentos transgénicos, el mencionado empleo del microondas, utilizar el teléfono móvil o vivir cerca de una red eléctrica produce cáncer. Y, precisamente, en este porcentaje, había una importante carga de conspiranoicos.
[España sigue temiendo a las brujas: el 33% cree que hay personas que lanzan hechizos y maldiciones]
"Evaluamos los patrones de conocimientos sobre el cáncer entre personas que creían en conspiraciones, rechazaron la vacuna contra la Covid-19 o prefirieron la medicina alternativa y observamos que los participantes que pertenecían a estos grupos tenían más probabilidades de respaldar las causas irreales [las referidas arriba] del cáncer, mientras que tenían menos probabilidades de respaldar las causas reales del cáncer", sentencia el estudio.
Es decir, mientras que los amantes de la conspiración apostaban más por creer en mitos sobre el cáncer, daban menos validez a factores con evidencia científica, como el ser fumador, consumir alcohol, quemarse la piel por el efecto del sol, baja inactividad física, sobrepeso, tener antecedentes familiares o la infección por el virus del papiloma humano (VPH).
Peligroso para la salud
Esto tiene sus implicaciones en la salud pública. Como señalan los autores, en primer lugar, "puede provocar retrasos en la búsqueda de un tratamiento oncológico eficaz y, en consecuencia, empeorar los resultados en pacientes con cáncer".
En este punto resuena con fuerza la denuncia que hace la médica Esther Samper en su libro El lado oculto de la farmacia (Planeta). En él cuenta la historia de Rosa, una mujer fallecida a causa de un cáncer de mama. "Fue muy mediático el caso de Rosa, una mujer que tenía cáncer de mama y que, probablemente, se hubiera curado con un tratamiento convencional, pero cuando se dio cuenta de que los tratamientos que estaba recibiendo, entre ellos homeopatía, no funcionaban, fue ya demasiado tarde", explicó a EL ESPAÑOL Samper.
[La España enganchada a Iker Jiménez: la ciencia revela por qué te crees las historias de fantasmas]
Además, los investigadores del actual trabajo consideran que la adhesión a este tipo de pensamientos influye directamente en que las cifras del cáncer crezcan día a día. "La información errónea sobre las causas del cáncer puede llevar a que las personas se nieguen a adoptar medidas preventivas", dilucidan.
Uno de los métodos referidos en este sentido es la vacuna contra el VPH, virus conectado con el 80% de los cánceres de cuello de útero, además de pene, otorrinolaringólogos y de recto. Por ejemplo, en relación al primero, a finales de 2021, un estudio publicado por la revista The Lancet confirmó que hasta un 87% de las mujeres que habían sido vacunadas cuando tenían entre 12 y 13 años habían desarrollado inmunidad.
El problema, como puso de manifiesto la Covid, es que aproximadamente un 5% de la población de países desarrollados rehúsa cualquier tipo de vacuna, como denunciaba Francesc Xavier Bosch, especializado en estudios de Ciencias de la Salud en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Conspiranoicos made in Spain
En España, no hay cifras concretas que ofrezcan un mapa de los amantes de lo conspiranoico. Si atendemos, por ejemplo, en los últimos datos de vacunación de la Covid, se ve que el 93,1% de los mayores de 12 años ha recibido, al menos, una dosis. Esto da un total de 39.278.311 personas. En comparación con el objetivo de vacunación de Sanidad, 42.185.033 personas, se aprecia que 2.906.722 personas han rehusado la inyección, casi tres millones de personas.
Por otro lado, un estudio reciente publicado en Plos One, cifró en un 33% el porcentaje de españoles que piensan que alguien les puede lanzar un hechizo o maleficio, lo que puede aproximar una imagen de la tendencia a dar veracidad a pensamientos irracionales.
El trabajo de The BMJ pide que se atienda especialmente a este tipo de población y que se les intente hacer llegar información veraz, sobre todo en un asunto de salud tan importante como es el cáncer. Ya lo dejó claro el Informe mundial sobre el cáncer de 2020: entre el 30% y el 50% del cáncer diagnosticado se puede prevenir mediante cambios en el estilo de vida y estrategias de prevención existentes basadas en la evidencia.