El misterio del cáncer de pulmón en Asturias: nadie sabe por qué mueren más que en el resto de España
Las tasas de decesos en esta comunidad son mucho más altas que la media. Los expertos apuntan algunos factores, pero no hay un motivo claro.
6 febrero, 2023 02:46Chema Castanón vive tranquilo en una aldea de Asturias. Aprovecha el día a día e intenta aplicar en todo momento una filosofía positiva. "Si te toca algo, te ha tocado y no hay más", expresa haciendo gala del estoicismo con el que vive su día a día. Ni siquiera abandonó esta actitud en 2019, cuando le diagnosticaron un cáncer en estadio IV en el pulmón izquierdo. "Cuando te dicen algo así, te quedas bloqueado", recuerda sobre el momento en el que le leyeron su diagnóstico. "Luego te das cuenta de que no tienes otra que seguir para adelante", sentencia. Su historia es como la de muchos otros asturianos afectados por tumores de pulmón, pues parece que esta enfermedad se ceba con especial inquina en las tierras de Pelayo.
El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en España. Según el último informe emitido por la Sociedad Española de Oncología Médica, este tumor fue el responsable del fallecimiento de 22.438 personas en 2021. De todas ellas, 732 fueron asturianos.
La cifra puede no parecer muy alta si se compara con la de otros territorios, como Madrid, que acumula 2.592; o Barcelona, con 2.454. Pero la cosa cambia si se presta atención a las tasas, es decir, a la proporción de fallecimientos por habitantes. En este caso, Asturias ostenta un 73 por 100.000 habitantes, la más alta de España con diferencia. Para que el lector se haga una idea, Madrid se coloca en un 38, mientras que Barcelona en un 43, cifras por debajo de la media nacional, que se sitúa en 48 muertes por 100.000 habitantes.
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El fenómeno de Asturias se replica año tras año. Así, mirando una década hacia atrás, Asturias ya se posiciona como el territorio más machacado por el cáncer de pulmón. En ese momento, lo hacía junto a Cáceres, que igualaba la tasa de la provincia norteña, ambas con 69 muertes por 100.000 habitantes.
Cambios desde 2012
Lo de Cáceres podría decirse que tiene una explicación plausible."Normalmente, la mayor incidencia de cáncer de pulmón se da en Extremadura y Andalucía, porque son las comunidades con más hábito tabáquico", explica Alberto Ruano, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Santiago de Compostela y coordinador de epidemiología del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP).
Los datos del experto se respaldan con un análisis elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y que, tras analizar la mortalidad por varios tipos de cáncer en España y Portugal, entre el periodo 2003-2012, comprobaron cómo el riesgo se coloreaba más oscuro en estas zonas geográficas. Asturias, como se puede visualizar, también aparecía coloreada en el mapa.
Esto, ojo, sólo en hombres, que es el perfil predominante de paciente de cáncer principalmente porque el hábito tabáquico ha estado más asociado a este sexo. Así, para mujeres, el experto señala un dato muy interesante: sus puntos, aunque pocos, se concentran más en Asturias, pero también zonas del sur de Galicia. "Lo de Galicia, seguramente, está relacionado con el radón, ya que en ellas se ve mejor que en los hombres porque no se nota tanto el efecto del tabaco", indica.
El radón es un gas incoloro, inodoro e insípido que procede de varios elementos que se encuentran de forma natural en las rocas de la corteza terrestre. También es un importante carcinógeno humano. Ruano lo sabe muy bien, ya que es una gran autoridad investigadora en esta materia. Junto a varios expertos de la Universidad de Santiago de Compostela, el Ministerio de Sanidad y el Consejo de Seguridad Nuclear, realizó uno de los mayores estudios sobre mortalidad atribuible a la exposición a radón residencial en España.
El equipo concluyó que el radón causa el 7% de todos los cánceres pulmonares en Galicia y Extremadura, dos de los territorios con más presencia de este gas. Teniendo en cuenta que el tabaco desempeña aproximadamente el 85%, la cifra es importante.
"El radón se concentra más en Galicia, zonas que tocan con Portugal, como León, pero en Asturias no tanto". Quien habla es Jaume Galcerán, presidente de Redecan, la Red Española de Registros de Cáncer. Cierto es que León también tiene una tasa alta de mortalidad (62), así como Ourense (63) y Zamora (66) y Cáceres (60), todas ellas zonas tocadas por este gas.
Las cuencas mineras
"En Asturias hay zonas donde tradicionalmente estaban las cuencas mineras y que se traducía en una mayor incidencia de mortalidad por cáncer de pulmón", apunta Ruano respecto al caso asturiano, opinión que comparte Galcerán: "Es cierto que sabemos que Asturias es de las zonas donde hay más incidencia, pero no podemos decir exactamente por qué. Seguramente, entre las teorías entran más factores que el tabaco, que es el más importante, como las personas que han trabajado durante años en las minas".
La minería es una profesión muy asociada a este cáncer, por el peligro de inhalación de sustancias carcinógenas, como el asbesto, el níquel, el plomo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos y los productos de la combustión en los motores diésel. Además, un estudio del Centro Nacional de Epidemiología advirtió en 2012 que los pueblos situados a menos de cinco kilómetros de minas, tanto subterráneas como a cielo abierto, también desarrollaban más riesgo de padecer ciertos tipos de tumores. Quizá, por eso, el INE señalaba a este territorio como uno de los más afectados por cáncer de España, siendo el único territorio, junto a Cáceres, con una tasa de mortalidad superior a 240.
Hay que matizar que, a día de hoy, la minería apenas existe en Asturias, después de que en 2018 la Unión Europea decidiera poner freno a la explotación del carbón. Sin embargo, esto no quiere decir que sus efectos no se estén dejando notar con el tiempo.
Por ejemplo, el Instituto de la Silicosis, impulsado por el Principado, está más activo que nunca. Ésta es una enfermedad causada por la exposición prolongada al polvo de sílice, algo muy habitual en la minería. Como el propio Ruano aclara, este material también se considera un riesgo para el cáncer de pulmón. Las marmolerías, fundiciones, empresas cerámicas y los laboratorios protésicos dentales son otras de las actividades relacionadas con la exposición a este compuesto químico.
Bajando la mortalidad
Son varios los factores puestos sobre la mesa, pero como los expertos apuntan, a pesar de los datos, no hay nada en claro. Lo que sí se sabe es que el cáncer de pulmón es un tumor que tiene su principal origen en el tabaco. Chema Castanón, tristemente, así lo cuenta. Cuando le diagnosticaron la enfermedad, hacía dos años que había dejado de fumar. En su caso, no fue ni la minería ni el trabajo, aunque sí apunta que, durante años, regentó un negocio hostelero donde también respiraba el humo de otros. No hay que olvidar que la exposición al humo es otro factor de riesgo.
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"Con el cáncer de pulmón es muy importante la prevención y eso pasa por no fumar", aporta Carlos Camps, jefe del servicio de Oncología Médica en el Hospital General Universitario de Valencia y director de programas científicos de la Fundación ECO. "Creo que no se están destinando todos los esfuerzos a reducir el hábito tabáquico, algo que demuestra el hecho de que cada día fuman más jóvenes y mujeres", prosigue.
Si bien, aunque Camps observa con cierta impotencia la poca efectividad de las medidas para luchar contra el cáncer de pulmón, sí que aprecia los grandes avances en supervivencia. "Está aumentando la incidencia, pero está bajando la mortalidad", dice.
Su frase se puede ejemplificar con el caso de Chema Castanón, porque aunque las cifras dan miedo, esta es una historia con final feliz. Tras ofrecerle un tratamiento experimental con inmunoterapia, su cáncer remitió. "Hasta 2025 no puedo decir que estoy curado del todo", matiza con prudencia. Eso sí, ahora sabe que cualquiera puede estar en el foco. "Hasta que no te toca no te das cuenta". Se refiere, por un lado, a lo bueno, al apoyo que se recibe desde asociaciones como la Asociación Española Contra el Cáncer de Asturias, a la que pertenece. También, a lo malo, como el tabaco. Un cigarro, nunca más.