Del citalopram al Iniston: los 79 fármacos que causan más daños que beneficios y venden en las farmacias

La revista es dura de roer. El año pasado dejaron desierto su premio Píldora de Oro (Pilule d'Or) al considerar que no había habido ningún medicamento que representara un notable avance terapéutico en un área necesitada de ellos, y concedieron a Paxlovid, la píldora de Pfizer que reduce los ingresos por Covid en casi un 90% una distinción de honor, lo que indica que fue un claro avance "para algunos pacientes en comparación con las opciones terapéuticas existentes, aunque con limitaciones".

Su carácter insobornable es bien conocido por los profesionales sanitarios europeos. Es una referencia para los farmacéuticos de hospital a la hora de realizar evaluaciones de beneficio-riesgo de los medicamentos. Porque las agencias reguladoras solo se fijan en su eficacia frente a una indicación, pero no hacen comparativas con las opciones ya existentes para estimar el beneficio real del fármaco en cuestión.

De ahí que iniciativas como las de Prescrire sean tan apreciadas: proporcionan una guía para seleccionar el mejor tratamiento de entre las múltiples opciones que hay en el mercado.

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En la lista actual se incluyen fármacos que exponen a los pacientes a riesgos desproporcionados en comparación con los beneficios que aportan, así como otros cuya eficacia no ha sido contrastada y pueden exponerse a las personas a riesgos particularmente graves.

También se refieren medicamentos antiguos cuyo uso se ha quedado obsoleto tras la aparición de novedades con un mejor balance beneficio-riesgo, y otros recientes que no superan a fármacos que llevan años disponibles.

El listado de este año incorpora tres novedades, ninguna de las cuales está comercializada en España: Palforzia, basada en proteína de cacahuete para tratar la alergia a este fruto seco; Evrenzo, para la anemia asociada a enfermedad renal crónica, y Dropizol, un antidiarreico. Además reingresa nintedanib, un antiangiogénico –evita la creación de nuevos vasos sanguíneos– que se utiliza para el cáncer de pulmón y la fibrosis pulmonar idiopática.

Por otro lado, la lista ha dejado de incluir la idebenona y le teriflunomida. En el primer caso, se ha eliminado porque la revista está reevaluando su balance beneficio-riesgo en neuropatía óptica de Leber, mientras que en el segundo se está analizando la extensión la indicación (esclerosis múltiple) a niños mayores de 10 años.

El área más poblada es la de neumología y enfermedades respiratorias, donde se incluyen numerosos principios activos utilizados en medicamentos para catarros, resfriados y procesos gripales. Así, se incluye la bromhexina, presente en productos fáciles de encontrar en la farmacia como el Bisolvon mucolítico, la efedrina y la pseudoefedrina, usada para tratar la congestión nasal y que la Unión Europea está vigilando por su riesgo de desarrollar enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos del cerebro.

La revista explica que los principios activos utilizados para la descongestión nasal (efedrina,nafazolina, oximetazolina, fenilefrina, pseudoefedrina, tuaminoheptano y xilometazolina) son vasconstrictores y "exponen a las personas a trastornos cardiovasculares graves o incluso mortales", como "brotes hipertensivos, accidentes cerebrovasculares, trastornos del ritmo cardiaco, incluida la fibrilación auricular", efectos adversos "desproporcionados para los medicamentos destinados a aliviar trastornos benignos y una evolución favorable rápida como las del resfriado común".

Estos fármacos están presentes en productos como Iniston, Cinfatós, Termalgin o Vincigrip, medicamentos que combinan distintos principios activos para tratar los síntomas más comunes de los procesos catarrales.

Alzhéimer y depresión

También está nutrido el grupo de medicamentos neurológicos, donde se incluyen varios tratamientos de la esclerosis múltiple (alemtuzumab, natalizumab) y la enfermedad de Alzheimer (donepezilo, galantamina o memantina) y de Parkinson (tolcapona).

El listado de Prescrire incide especialmente en el campo de los antidepresivos. Figuran nada menos que siete medicamentos: agomelatina, citalopram, duloxetina, escitalopram, esketamina, tianeptina y venlafaxina.

"Entre los fármacos autorizados en la depresión, algunos exponen a riesgos más graves que otros, sin tener mayor eficacia", concluyen en la revista. "La elección debe hacerse entre los antidepresivos cuyo perfil de efectos indeseables se conoce por un seguimiento de uso más largo".

Las áreas de diabetes y enfermedades reumáticas están bien nutridas. En el primer caso, figuran alogliptina, linagliptina, pioglitazona, saxagliptina, sitagliptina y vidagliptina. Las gliptinas "tienen un perfil de efectos advesos intensos", entre los que se incluyen reacciones graves de hipersensibilidad, infecciones del tracto urinario y del tracto respiratorio superior, pancretitis u obstrucciones intestinales. Los efectos secundarios de la pioglitazona incluyen la insuficiencia cardíaca, el cáncer de vejiga y las fracturas óseas.

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En el segundo caso se incluyen celecoxib, diacereína, etoricoxib o glucosamina. Para el dolor, Prescrire recomienda evitar diclofecano y aceclofenaco, que pertenecen al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos. "Cuando el paracetamol no es suficiente, las opciones menos riesgosas son el ibuprofeno y el naproxeno", bien conocidos. Los que aparecen en la lista exponen innecesariamente a riesgos (hasta mortales) de origen cardiovascular en comparación con otros similares.

En comparación con estas áreas, las de cardiología y el cáncer salen bien paradas. No obstante, los expertos franceses recomiendan evitar fármacos famosos para la hipertensión (olmesartán), la angina de pecho (ivabradina, ranolazina, trimetazidina), el cáncer de tiroides (vandetanib) o el osteosarcoma (mifamurtida).

Sobre el resto de medicamentos destaca la finasterida para la alopecia androgenética (expone a trastornos sexuales), el tacrolimus para la dermatitis atópica (poco eficaz en comparación con otros corticoides) o la domperidona para las náuseas y vómitos del embarazo (exponen a trastornos cardíacos).