La pandemia de la Covid-19 provocó que el mundo se detuviera. Con ciertas excepciones, eso sí, como los centros hospitalarios, laboratorios y medios de comunicación, que centraron su actividad principal en torno al coronavirus. Sin embargo, el resto de enfermedades infecciosas no se pararon durante aquella época, pese a que el foco de atención no estuviera puesto en ellas. Así lo ha demostrado una reciente investigación en la que se advierte que a lo largo de la pandemia un hongo mortal se propagó "a un ritmo alarmante".
Las autoridades sanitarias en Estados Unidos esperaban contener este hongo resistente, conocido como Candida auris, desde que se reportara por primera vez en este país en 2016. Las últimas cifras muestran que, en realidad, se está produciendo la situación opuesta. Y es que durante 2021 los departamentos de salud estadounidenses informaron de un total de 1.474 casos clínicos, lo que supuso un aumento del 200% con respecto a 2019, año en el que se habían detectado casi 500 casos.
El informe en el que se revelan estos datos ha sido elaborado precisamente por investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y se ha publicado en la revista Annals of Internal Medicine. En él se habla de un "aumento dramático" de los casos, puesto que el hongo ya se ha detectado en la mitad de los 50 estados del país, con una mayor concentración en California, Nevada, Texas y Florida.
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Aunque en este trabajo no se han ofrecido las cifras del pasado año, en el seguimiento de propagación del hongo que realizan desde los CDC se registraron 2.377 infecciones, prácticamente 1.000 nuevos casos de un año a otro. "Este incremento tan llamativo que se ha producido en Estados Unidos no es igual a la situación que tenemos en España". Quien llama a la calma es el doctor Julio García, jefe de Microbiología del Hospital de la Paz y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Una sensación de tranquilidad que se contradice con lo expresado hasta la fecha por parte de los CDC, que consideran este hongo "es una grave amenaza para la salud mundial".
Una resistencia más que preocupante
La infección por este hongo, al igual que sucede con la Covid-19, puede resultar asintomática. En otros casos los síntomas se presentan en forma de picazón, enrojecimiento e hinchazón. Estos dependerán de la parte del cuerpo infectada. Por eso también podrá producir infecciones en el oído.
Algunas personas portan la Candida auris en su cuerpo sin que se enfermen. Esto se conoce como colonización, ya que los gérmenes se pueden diseminar sin saberlo. Aun así, las personas que están colonizadas con este hongo todavía están en riesgo de contraer la infección provocada por el hongo, tal y como señalan desde la revista MedlinePlus.
Este hongo resulta especialmente peligroso porque resiste al tratamiento con los medicamentos antimicóticos habituales. Además, al afectar sobre todo a personas mayores con sistemas inmunitarios debilitados, casi la mitad de los pacientes que contraen Candida auris mueren en un plazo de 90 días, según indican desde los CDC.
Sin embargo, una de los autores del citado estudio y médico de la rama de enfermedades micóticas de los CDC, la doctora Meghan Lyman, señaló que no eran capaces de indicar el número de fallecimientos que se le podía atribuir directamente al hongo. La razón que ofrecen es que las personas que se infectan tienen otras afecciones, por lo que puede que no sea la causa de muerte, sino un factor que empeore el ya deteriorado estado de salud de los pacientes.
Aun así, la peligrosidad de este hongo es tal que la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la Candida auris en la primera lista que elaboró el organismo con los 19 hongos infecciosos más peligrosos.
El hongo tiende a adherirse a las batas, guantes y demás equipo del personal sanitario. Por tanto, la falta de este tipo de recursos durante la pandemia ha podido ser uno de los motivos del incremento de casos. Es por ello por lo que Lyman ha definido la propagación como "preocupante pero no sorprendente".
En realidad, los expertos parecen estar más preocupados por la resistencia en aumento del hongo a los medicamentos antifúngicos. Así, el 86% de las muestras de gérmenes analizados eran resistentes a uno de los fármacos, conocido como azoles, que han analizado desde la Red de Laboratorios de Resistencia a los Antimicrobianos de los CDC.
Los azoles forman parte, junto con la Anfotericina B y las equinocandinas, de los tres únicos fármacos que existen para tratar esta infección. "También se pueden combinar los antifúngicos para reducir la resistencia", explica García. En este sentido, las autoridades se han mostrado más preocupadas por una resistencia que también se detectó en 2020. Los pacientes infectados por Candida auris este año fueron resistentes a las equinocandinas en un 1,2% de los casos. "Por eso el mejor tratamiento siempre será la prevención".
Al tratarse de un medicamento de primera línea, el tratamiento de la Candida auris podría convertirse en una infección extremadamente difícil de controlar. "Aunque ya per se este hongo es un peligro de salud pública", apunta el portavoz de la SEIMC, que denuncia que el conocimiento de las resistencias a los hongos es menos conocido que el de las resistencias antibióticas, pese a que la serie The Last of Us haya puesto de moda la infección por hongo en humanos.
Más de 35 países
La primera vez que se describió el Candida auris fue en Japón en el año 2009. "Este hongo surge de manera enigmática. Se encontró en el conducto auditivo externo de la paciente japonesa", expone García. Sin embargo, por el momento se desconoce la causa que haya podido provocar la aparición de este hongo. "Se especula con que el cambio climático ha influido, y que el hongo se ha podido acostumbrar a la temperatura de cuerpo humano", una barrera para muchos microorganismos.
Desde la paciente de Japón este hongo se ha detectado ya en más de 35 países de todo el mundo. No se salva ningún continente ni tampoco España. Así es, en nuestro país se produjo un brote de Candida auris en el Consorcio Hospital General Universitario de Valencia entre septiembre de 2017 y agosto de 2019.
En esta ocasión, como se indica en la descripción del brote, se detectaron un total de 203 pacientes infectados por Candida auris desde que se descubrió la presencia del hongo en el cultivo de orina de un paciente. El 70,4% de todos ellos fueron varones con una media de edad de 63 años.
Se desconoce, eso sí, la tasa de supervivencia de aquel brote cuyo final data de agosto de 2019. Pese a ello, los autores de la revisión señalan que se siguen detectando casos esporádicos, incluso después de haber instaurado medidas de prevención y control de la infección.
Por su parte, García asegura que el de Valencia no es el único hospital español en el que se han detectado brotes. "Se está extendiendo poco a poco, por lo que la única medida que se puede tomar es llevar un control estricto de las medidas de higiene, ya que sobrevive bastante en la superficie", concluye.