Si hubieras nacido en la década de 1900, las estadísticas en España te habrían dado muy pocas posibilidades de llegar a viejo: por aquel entonces los niños tenían una esperanza de vida al nacer en torno a unos escasos 35 años. Sin embargo, los grandes avances del siglo XX han permitido que todavía queden algunos de esos niños entre nosotros: en nuestro país tenemos la suerte de tener a María Branyas que nació en 1907, cuando aquí reinaba Alfonso XIII y Antonio Maura ganó las elecciones a los liberales. ¡Anda que no ha llovido!
Tras el fallecimiento de la francesa Lucile Randon con 118 años el pasado mes de enero, Branyas se ha convertido en la persona más longeva del planeta y ahora tiene 116 años, que cumplió en marzo. Pero esta no es la única vez que esta mujer ha salido en los medios de comunicación: en mayo de 2020 se convertía en noticia por superar el coronavirus con nada menos que 113 años. La anciana reside en Olot, en la provincia catalana de Girona, en una residencia en la que vive desde hace 22 años.
Ahora mismo la esperanza de vida al nacer en España ronda los 82 años en el caso de los hombres y los 87, en el caso de las mujeres. ¿Podría llegar en poco tiempo a los 100? "Sí, pero será un proceso cada vez más lento, como los récords de atletismo, que cada vez se baten de forma más espaciada", explica José Alberto López, investigador postdoctoral del laboratorio de Plasticidad Celular y Enfermedad del IRB Barcelona, en este artículo de EL ESPAÑOL. Es decir, en unos años podríamos ver muchos más casos como el de Branyas.
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Cuando nos encontramos en presencia de un supercentenario —aquellas personas que han llegado a soplar más de 110 velas en un cumpleaños—, nadie puede resistirse a preguntarles qué piensan que han hecho para vivir tanto. Sin embargo, no solemos encontrar en ellos soluciones mágicas que esperamos. Hasta ahora, lo que recomienda la ciencia es que evitemos el tabaco, el alcohol, algunos alimentos como los ultraprocesados o las carnes rojas, que hagamos deporte y que respetemos las horas recomendadas de sueño nocturno.
En el caso de Branyas, su hija contó a El País que su madre no había fumado nunca en su vida, pero tampoco ha hecho más ejercicio que dar paseos por la Rambla de Girona con sus amigas. Esta hija de la supercentenaria también gestiona su cuenta de Twitter, llamada Super Àvia Catalana, donde ha recogido algunos de sus consejos para vivir tanto como ella. Todos ellos son hábitos de vida diaria que Branyas ha aplicado en su vida diaria:
No hacer dieta
La catalana de 116 años asegura que durante toda su vida ha comido pocas cantidades, pero que nunca se ha privado de ningún tipo de alimento. En su página de Twitter, destaca un plato que recuerda de su infancia en Estados Unidos —nació en este país, después de que su padre fuera a trabajar ahí como periodista—, el gumbo. Su versión de este plato lleva butifarra —que se considera una carne procesada y, por tanto, cancerígena—, además de los boniatos y un acompañamiento de mantequilla. Este puede ser un ejemplo de que no hay alimentos prohibidos si se toman con moderación y en el contexto de una dieta saludable.
Tomar un yogur al día
Eso sí, la supercentenaria asegura también en Twitter que todos los días se toma un yogur natural y no se salta esta costumbre: "Un consejo, si me lo permiten. En una época en la que surgen constantemente dietas y alimentos 'milagrosos' para el bienestar y la salud, vale la pena rescatar el yogur, un alimento de toda la vida con una infinidad de propiedades positivas para el organismo", escribe en su perfil. En este caso, es importante destacar que el único yogur saludable del supermercado es el natural —tanto griego como normal— porque el resto suele contener demasiada azúcar.
La tranquilidad
María Branyas también cita la tranquilidad como lo que más valora para haber llegado a su edad: el orden, la buena conexión con la familia y los amigos, el contacto con la naturaleza y la estabilidad emocional, sin preocupaciones ni resentimientos. En este sentido, la gestión del estrés es uno de los aspectos que cada vez más expertos se acuerdan en incorporar a los hábitos de vida saludable más conocidos como la dieta saludable o el ejercicio regular. Reducir los niveles de estrés impacta de manera positiva en la salud y en algunos aspectos como la salud mental, especialmente.
Huir de la gente tóxica
Por último, María Branyas ha subrayado la importancia de mantenerse positivo y, en este sentido, alejarse de las personas tóxicas. En cualquier caso, la supercentenaria también reserva una parte de su mensaje para recordar que la longevidad también es suerte y genética. Branyas explica que nunca ha tenido ninguna enfermedad importante y tampoco ha pasado por quirófano. Su hija en el artículo de El País también hace referencia a esto: "Ni siquiera se ha roto un hueso", destaca.