Las primeras pruebas en seres humanos de una vacuna de amplio espectro contra la gripe han sido un éxito. Los resultados del pequeño ensayo en fase 1, con 52 voluntarios, muestran que esta vacuna es segura y genera respuesta inmune.
Una buena noticia que, de acabar con éxito la fase de ensayos clínicos, supondrá una revolución en la prevención de esta enfermedad infecciosa, la más extendida hasta la llegada de la Covid. En España se estimaron más de 600.000 casos en la temporada previa a la pandemia de SARS-CoV-2, con 3.900 muertes atribuibles a la gripe, aunque se han dado picos de hasta 15.000 fallecimientos anuales.
Una de las causas de estos picos está en la previsión fallida de la cepa predominante cada temporada. La Organización Mundial de la Salud ofrece sus recomendaciones de las cepas a incluir en cada vacuna (tres o cuatro por pinchazo) basándose en las circulantes en el hemisferio opuesto.
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Así, si en Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica predominó, durante el invierno austral (el verano en nuestro hemisferio), un sublinaje específico de la gripe A, es el que incorporará la vacuna para el invierno boreal, y viceversa.
La nueva vacuna, bautizada de momento como H1ssF, solventaría ese problema: serviría para los sublinajes del tipo A indistintamente de la cepa, ya que se basa en una forma estabilizada del tallo de la hemaglutinina H1 del virus.
La hemaglutinina es una de las proteínas que definen al virus (la otra es la neuraminidasa). Es la H de los subtipos H1N1, H3N2, etc. El tallo de la proteína tiende a conservarse en los diferentes subtipos, por lo que los investigadores han buscado la forma de conservarlo para inocularlo posteriormente.
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Los 52 voluntarios tenían edades que iban desde los 18 a los 70 años. En 11 de ellos, las restricciones de la pandemia impidieron realizar el seguimiento, y a otros 35 se les dio un refuerzo a las 16 semanas.
En general, la vacuna fue bien tolerada. Los efectos secundarios más comunes fueron el dolor en el luegar del pinchazo (19% de los participantes lo reportó), dolor de cabeza (19%) y malestar (12%).
Potencial frente a la gripe aviar
Los ensayos de fase 1 suelen centrarse en la seguridad de la vacuna –por eso se prueban en unos pocos participantes sanos– pero aquí aprovecharon para medir la respuesta inmune y los resultados han sido muy positivos: los anticuerpos neutralizantes persistieron durante más de un año después de la vacunación.
La investigación ha sido liderada por Alicia T. Widge, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, y publicada este miércoles en la revista Science Translational Medicine.
En declaraciones al Science Media Centre, la directora del Grupo de Investigación de Virus Respiratorios y Gripe del Instituto de Salud Carlos III, Inmaculada Casas, explica el potencial que tiene para afrontar dos de los grandes problemas a que nos enfretamos con la gripe: la pérdida de inmunidad en las personas mayores y la amenaza de la gripe aviar.
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"El estudio es muy completo y de muy buena calidad", afirma. "En general, las vacunas de la gripe actualmente autorizadas son menos efectivas en adultos mayores, pero los autores demuestran que la vacuna H1ssF no presenta diferencias en las respuestas de anticuerpos en función de la edad, por lo que su uso supondría una ventaja en los mayores de 60 años".
Por otro lado, aunque el antígeno usado procede de un tallo "anterior a 2009, los autores observan respuestas adecuadas frente a tallos que divergen más del 20% en secuencia desde H1, incluidos H5 y H2". Por eso, "la aplicación para la prevención de gripe aviar podría ser inmediata".
El virólogo y profesor de Microbiología en la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, ha señalado al Science Media Centre que, además, al tratarse de una vacuna basada en proteínas, tiene otra ventaja: una "relativa facilidad de controles de calidad y reproducibilidad en la fabricación de lotes, lo que puede presentar problemas con otros tipos de vacunas".
Por otro lado, aunque no se presenten datos de inmunidad celular, Nistal cree que "el tipo de anticuerpos que se producen y su producción a lo largo de un año hace pensar que al menos se estimulan los linfocitos T CD4, que ayudan a los linfocitos B en su tarea de producción de anticuerpos".
Cabe destacar que la respuesta de la vacuna se consiguió sin la adición de adyuvantes, moléculas que estimulan la inmunidad del cuerpo y que se utilizan en las vacunas actuales de la gripe (además de la de Hipra contra la Covid).
Esto implicar que la adición de estos adyuvantes podría aumentar las respuestas inmunes, proporcionando una mayor protección a los receptores de vacunas de alto riesgo durante futuras epidemias o pandemias de gripe.