El uso inadecuado de medicamentos tiene muchas facetas: tomarlos sin seguir las instrucciones y ante la aparición de molestias inespecíficas puede acabar teniendo efectos contraproducentes. Antihistamínicos para la alergia que se toman para aliviar problemas respiratorios cuando no es su función; omeprazol y otros fármacos inhibidores de la bomba de protones que se usan como protectores de estómago, pero cuyo uso prolongado causa graves daños; los analgésicos y antiinflamatorios, cuyas presentaciones de mayor volumen ya no se prescriben por el consumo abusivo...
Sin embargo, los antibióticos son el verdadero rostro del drama provocado por una automedicación con mal criterio. El fenómeno de la resistencia bacteriana ha causado que algunas infecciones no se puedan eliminar ya con los antibióticos a nuestra disposición. Este problema "se acelera por el uso indebido y excesivo de los antibióticos, así como por la prevención y el control deficientes de las infecciones". Las autoridades sanitarias instaban a la responsabilidad de los pacientes para no consumir o reclamar fármacos de este tipo si su médico no lo recetaba expresamente.
Este es por lo tanto un problema extendido en las farmacias de España: clientes que acuden pensando que van a adquirir un medicamento de uso común y descubriendo que no pueden hacerlo, porque necesitan receta. Esto, según explica la farmacéutica Beatriz Díaz-Carrasco en su cuenta de Instagram, da lugar a situaciones entre la tensión y la picaresca, cuando los usuarios pretenden tener entre manos la medicina antes que la prescripción, algo que no está permitido. Estos son tres casos destacados de medicamentos que se están intentando comprar sin receta:
[Los tres populares medicamentos que han sido eliminados de las farmacias de España]
- Monurol: Se trata de un antibiótico a base del principio activo fosfomicina, y se emplea para tratar las infecciones de orina en adolescentes y mujeres, que son los grupos más afectados por esta patología. Más de la mitad de las mujeres premenopáusicas sufren una infección urinaria en algún momento, y para muchas de ellas es un problema recurrente, por lo que muchas se verán tentadas de pedir el tratamiento en la farmacia sin pasar por el médico porque ya les curó anteriormente.
Lo mismo tiende a ocurrir con la amoxicilina, el antibiótico pediátrico por excelencia que muchos padres podrían tratar de pedir sin receta ante la aparición de síntomas respiratorios en los pequeños. La popularidad de este fármaco le llevó a problemas de suministro el pasado invierno, y el argumento podría ser de nuevo que "ya curó al niño antes" o incluso a los propios padres de nuevo. Pero la visita al pediatra es indispensable porque la causa de la infección puede ser diferente en cada caso.
- Ibuprofeno de 600mg: Las presentaciones de 600 mg de este fármaco han desaparecido en la práctica, aunque desde 2019 se pueden adquirir si es con receta. Pero los médicos han sido cada vez más reticentes a administrar una dosis tan elevada y que puede llevar al paciente a "almacernarlo" para tomarlo cuando no debe. En los últimos años, se prioriza una dosis recomendada para el alivio sintomático de procesos dolorosos leves de 400 mg de ibuprofeno tres veces al día (1.200 mg diarios). Estas dosis no requieren pasar primero por la consulta del médico.
- Sildenafilo y tadalafilo: Estamos hablando de las pastillas contra la disfunción eréctil, y muchos consumidores pueden tener la idea equivocada de que sirven como afrodisíacos o potenciadores recreativos de la función sexual. Pero se trata de un principio activo para mejorar la circulación sanguínea, permitiendo la erección, y tomarlas sin prescripción médica se relaciona con graves efectos secundarios.
Su consumo se ha asociado a infarto agudo de miocardio, angina inestable, arritmia ventricular, palpitaciones, taquicardias, accidente cerebro vascular, e incluso muerte súbita cardiaca. Las frecuentes alertas sanitarias por 'complementos naturales' que en realidad ocultan sildenafilo son frecuentes, ya que apelan a hombres que no pueden tomar el medicamento al tener problemas cardiovasculares previos y que se están poniendo en peligro creyendo tomar una fórmula inocua.