La carrera de los medicamentos contra la obesidad acaba de alcanzar un nuevo hito tras la publicación de los resultados en fase 2 de la retatrutida, un nuevo fármaco que promete dejar atrás el famoso Ozempic (nombre comercial de la semaglutida).
Se administra de forma similar, una inyección subcutánea semanal, pero sus resultados son más espectaculares de los del popular fármaco: donde Ozempic lograba reducir hasta un 15% el peso corporal, retatrutida llega al 24,2%, casi la cuarta parte del peso, en poco menos de un año.
"Nunca habíamos tenido estos resultados con ningún otro fármaco", afirma Cristóbal Morales, endocrino de los hospitales Virgen Macarena y Vithas de Sevilla. "Nos genera cierto miedo porque son tan potentes que van a tener que estar muy regulados, necesitan un manejo muy experto por parte de equipos multidisciplinares".
["El índice de masa corporal ha muerto": los médicos piden cambiar el diagnóstico de la obesidad]
Morales se refiere a la popularidad que han adquirido Ozempic y fármacos de la misma familia (los análogos de GLP-1) en redes sociales y una alta demanda que ha hecho peligrar el suministro para las personas a las que en principo iban dirigidas: pacientes de diabetes tipo 2. Por ello, aclara que estos medicamentos "no son algo frívolo de perder cinco kilos antes de una boda".
Retatrutida se ha probado directamente en personas con obesidad (índice de masa corporal mayor de 30, o de 27 si además tienen alguna condición de riesgo) pero que todavía no han desarrollado diabetes, una enfermedad altamente ligada al sobrepeso. De hecho, el endocrino considera que separar ambas cosas es "un error conceptual".
Los prometedores resultados del fármaco fueron presentados en el congreso de la Asociación Americana de Diabetes, a principios de junio, y acaban de ser publicados en la revista New England Journal of Medicine.
[Así es la berberina, el 'Ozempic natural' que se ha popularizado en TikTok para perder peso]
Se trata de un estudio en fase 2, donde se comprueba la eficacia y la dosis más adecuada para los pacientes, patrocinado por Eli Lilly, la farmacéutica que ha desarrollado el fármaco. Participaron 338 personas y la primera sorpresa llegó enseguida: a más dosis, mayor efecto del medicamento.
Así, a las 48 semanas (unos once meses), quienes tomaron 1 miligramo de retatrutida perdieron de media un 8,7% de su peso corporal. Los que tomaron 4 mg, perdieron un 17,8%. Los que tomaron la dosis más alta, 12 mg, perdieron un 24,2%. Frente a ellos, a quienes se les ofreció un placebo solo redujeron su peso un 2,1%.
Los autores observaron, además, que el efecto era generalizado –casi todos los participantes perdieron un mínimos del 5% de peso– y se prolongaba en el tiempo: al para el estudio en las 48 semanas no parecía que se hubiera alcanzado el límite del potencial de la retatrutida.
Comprobaron también que los individuos con mayor IMC lograban, proporcionalmente, perder más peso y que las mujeres lo hacían en mayor medida que los hombres. Los efectos adversos más frecuentes fueron gastrointestinales, esto es, náuseas, diarrea, vómitos o estreñimiento.
Triple acción
La disminución de peso lograda por retatrutida es la mayor hasta ahora entre los medicamentos de su misma familia: Ozempic llegaba al 15%, mientras que Mounjaro (tirzepatida, un medicamento todavía no aprobado en Europa) alcanzaba un 22% de reducción de peso corporal.
Esta reducción mayor, considera Morales, puede deberse a que retatrutida es un triple agonista: actúa sobre GLP-1 pero también sobre las hormonas GIP (polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa) y glucagón.
"Al ser una triple hormona, tiene un efecto sobre el control del apetito, a nivel cerebral, pero también sobre el tejido adiposo y sobre la velocidad del vaciado gástrico", explica el endocrino, que es vocal de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
[Las sombras de Ozempic y los novedosos fármacos para adelgazar que se agotan en las farmacias]
Esto es, no solo funciona aumentando la sensación de saciedad sino también sobre el "hambre cerebral". De hecho, observaron como retatrutida era capaz de actuar sobre el efecto adictivo de los ultraprocesados, "que están pensados para eso. A la gente, sin hablarle de nutrición, se inclinaba hacia los alimentos más saludables".
En septiembre da comienzo la fase 3 del ensayo clínico, la última antes de la comercialización del fármaco. A partir de aquí se definirán sus potenciales indicaciones. Lo más probable es que se apruebe para el tratamiento de la obesidad en personas con IMC mayor de 30, o mayor a 27 si la persona tiene una comorbilidad asociada, y en diabetes tipo 2.
El panorama de los medicamentos contra la obesidad ha vivido una revolución en los últimos años. Donde apenas había opciones y no se confiaba mucho en su eficacia, han ido apareciendo una serie de fármacos con cada vez mayor potencia. Tanta, que "están igualando o superando las técnicas endoscópicas para perder peso y se aproximan a la cirugía".
[El lado oscuro del ‘fármaco milagro’ para perder 10 kilos en tres meses: "Me da asco la comida"]
Para el experto, más allá de la espectacular pérdida de peso, el principal aliciente en el uso de estos fármacos es que lo más baja es la masa grasa, disminuye la grasa hepática y mejora el riesgo cardiovascular. Todavía está pendiente de publicar el efecto en diversas cardiopatías, pero ya adelanta que lo que están viendo es muy positivo.
En 2035, una cuarta parte de la población mundial sufrirá obesidad o sobrepeso. España no será ajena a esta pandemia. "La prevalencia de la obesidad infantil crece un 2,5% cada año", recuerda el médico, que se esfuerza por desestigmatizar la enfermedad: "No es culpa del individuo, está en la genética y un ambiente obeso-génico".
Por eso, el abordaje debe ir más allá del "estás gordo porque comes mucho y te mueves poco. Hay muchas causas y hace falta hacer un diagnóstico preciso". "Al paciente se le ha culpabilizado, pero la obesidad es social", apunta.