El mapa europeo de las muertes por abuso del alcohol: por qué España y el Mediterráneo se 'libran'
A pesar de que el factor protector del consumo social es un mítico, España es de los países con menos personas que beban en exceso.
6 julio, 2023 02:41Con frecuencia, una rápida interpretación de un gráfico o una infografía dice más de nosotros que del propio gráfico. Más si confirma ideas de las que nos sentimos orgullosos. Y a los españoles todo lo que lleve asociado el adjetivo 'mediterráneo' nos resulta especialmente atractivo, más si lo podemos restregar por la cara a nuestros vecinos europeos.
Es lo que ha pasado estos días con un inocente mapa colgado en Twitter por el experto en demografía Simon Kuestenmacher. Se refiere a las muertes por consumo de alcohol en el continente, con España, Italia y Grecia ostentando los valores más bajos: entre 0,6 y 0,9 fallecimientos ocasionados por trastornos derivados del alcohol por cada 100.000 habitantes.
Mientras que la región mediterránea aparece casi inmaculadamente blanca, el mapa comienza a tornarse más oscuro conforme nos dirigimos al norte y al este. Alemania (4,5 muertes), Dinamarca (8,7 muertes) o Bielorrusia (21,3) están en el lado opuesto al nuestro.
Las tasas de mortalidad, apunta Kuestenmacher, son "aparentemente muy bajas en culturas donde la embriaguez está mal vista y el alcohol solo se consume en compañía de otros y se sirve junto con las comidas. España e Italia, por ejemplo".
Este mito de consumo social está muy arraigado entre los propios españoles, muchos de ellos comentando o citando con orgullo el tuit. Pero, ¿cuánto hay de cierto en este mito?
Para el técnico de Proyecto Hombre experto en alcoholismo Julio Nuño, esta visión del consumo social como mito protector frente al abuso del alcohol es erróneo. El alcohol, como el tabaco, empieza en este consumo cuando somos adolescentes, "para integrarnos socialmente, pasarlo bien, disfrutar de la vida… y, de alguna manera, se entra en dinámicas de riesgo que no se valoran por las propias características de la adolescencia y la juventud".
A este mito se le une el de que los problemas por el abuso del alcohol solo se dan con las bebidas de lata graduación, principalmente los destilados, y no con la cerveza o el 'mediterranísimo' vino. "Muchas veces se cree que, porque una bebida alcohólica es de baja graduación, el problema es menor cuando, precisamente por ser de baja graduación, acabamos bebiendo más".
Este mapa tiene algo de "truco" ya que muestra la mortalidad asociada de forma directa con el consumo abusivo de alcohol. Pero el alcohol es un factor de riesgo para otras causas de mortalidad como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o los accidentes de tráfico. https://t.co/DpVqSbDw7A
— Mario Fontán Vela (@MFontanVela) July 3, 2023
De hecho, un informe elaborado por la sociedad científica Socidrogalcohol y la farmacéutica Lundbeck señala que el 31% de los españoles considera como admisible una cantidad de alcohol calificada en las guías internacionales como de riesgo: entre 5 y 6 unidades de bebida estándar al día (cada unidad de bebida equivale a una caña de cerveza).
Es más, el 17% de la población presentaría un consumo de riesgo, si bien solo el 1,3% percibe el propio como muy alto, y el 57% lo considera bajo o muy bajo. Según datos de la Encuesta sobre alcohol y otras drogas EDADES, de 2022, señalaba que, pese a que el consumo de alcohol ha disminuido en los últimos años, todavía hay un 9% de personas (entre 15 y 64 años) que bebe diariamente.
El mapa popularizado por Twitter se basa en los datos que refleja el Global Burden of Disease, un macroinforme sobre la prevalencia de patologías en todo el mundo que elabora el Instituto sobre Métricas y Evaluación de la Salud, basado en la Universidad de Washington, y se corresponden a 2019. Los datos apenas han variado en los últimos 30 años.
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Además, tiene truco. Los datos solo reflejan las muertes por trastornos de abuso del alcohol, no aquellas atribuibles a su consumo. Porque los trastornos se dan en personas que han desarrollado un consumo excesivo o una dependencia pero, como señalan los expertos en salud pública, cualquier tipo de consumo es dañino.
Un informe del Ministerio de Sanidad publicado el año pasado, referido a los patrones de mortalidad de 2019, atribuía al alcohol 1.518 muertes, "lo que supone cuatro defunciones menos que la mediana de los cinco años anteriores". En cambio, las muertes relacionadas con su consumo ascendían a 24.034
Este último dato contrasta con la media calculada entre 2010 y 2017, que se estimaba en 15.489 muertes, según una monografía sobre el alcohol del Ministerio de Sanidad publicada en 2021. De esa media, tres de cada cuatro eran de hombres.
Enfermedades asociadas al alcohol
La principal causa de muerte relacionada con el consumo de alcohol es el cáncer: 6.534 fallecimientos del total, el 42%. Enfermedades digestivas (3.984 defunciones) y circulatorias (2.727 muertes) son las siguentes patologías más frecuentes.
Sin embargo, al hablar de patologías directamente relacionadas con el alcohol se habla de trastornos mentales y del comportamiento, degeneración del sistema nervioso debida al alcohol, envenenamiento o enfermedad del hígado y pancreatitis crónica inducida por el alcohol. Todas ellas aparecen en la clasificación internacional de enfermedades, CIE-10, relacionadas con la bebida.
La complejidad del consumo del alcohol y sus efectos se comprueba cuando acudimos a los datos oficiales en el continente. Según el Eurostat, el portal estadístico europeo, el mediterráneo es la zona donde más se consume alcohol a diario: Portugal, España, Italia y Croacia superan el 10% de personas que lo hacen.
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Con todo, hay un indicador que sí parece correlacionar con las muertes por trastorno alcohólico. Chipre, Italia, España y Grecia son los países donde menos personas afirman vivir al menos un episodio mensual de consumo excesivo de alcohol. Todo lo contrario que Dinamarca, el país de la Unión Europea donde más gente reporta hacerlo: casi un 40%.
Julio Nuño no se atreve a aventurar las causas de estas diferencias en el consumo de alcohol y los trastornos asociados. "Hay factores que influyen pero son tan complejos que no dependen de uno u otro. Es un componente bio-psicosocial, el cóctel explosivo de la adicción".
Sí que piensa –"sin datos científicos, como opinión personal"– que el mayor número de lazos familiares y comunitarios puede ser beneficioso para poner coto a los trastornos por abuso del alcohol. "Cuando tienes contactos, es más fácil recuperarte. No es que las personas que no los tengan no pueden, pero sí es cierto que, si no están del todo perdidos, tienes mayores posibilidades de éxito".
Con todo, afirma que el problema es mayor y puede tener otras derivadas. Por ejemplo, relacionando el consumo de alcohol y el número de suicidios, tradicionalmente alto en los países del norte. Y, parafraseando al filósofo José Antonio Marina, recuerda: "La droga no es el problema, es la mala solución que le doy a mis problemas".