Radiografía de la España de Proyecto Hombre: así ha cambiado el perfil de la persona con adicción desde los 80

Proyecto Hombre nació en 1984 para ayudar a personas con problemas de adicción. En aquel entonces, los usuarios solían ser jóvenes de unos 25 años enganchados a la heroína. Cuatro décadas más tarde, el perfil medio ha cambiado en casi todos los aspectos. Sigue siendo hombre, pero ahora tiene unos 40 años, está soltero y es adicto a la cocaína (como sustancia principal).

Aun así, los profesionales de esta asociación consideran que el foco debería ponerse en otro grupo de población: los mayores de 50 años con problemas de adicción al alcohol, que representan un 18,5% de las personas tratadas en Proyecto Hombre. "Hay cierta invisibilización hacia estas personas y pese a que es un porcentaje significativo, cada vez más va en aumento", denuncia la directora general de Proyecto Hombre, Elena Presencio, en declaraciones a este periódico.

Presencio también lamenta que el alcohol esté absolutamente normalizado y sea accesible en nuestra sociedad. "Incluso para los menores", lamenta. Aunque según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), el porcentaje de adolescentes que han consumido alcohol en los últimos 30 días fue el 53,6% en 2021, la cifra más baja desde que se registra este dato.

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Sin embargo, el alcohol no es la sustancia que reúne más demandas de tratamiento. La cocaína, con un 38,3%, es la droga por la que más usuarios solicitan ayuda; seguida precisamente del alcohol (37,4%) y el cannabis (6%), según el Informe 2022 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento.

Por qué ha aumentado

El estudio, que se basa en datos de 3.596 usuarios de Proyecto Hombre, también muestra que las personas con problemas de adicción tardan cada vez más tiempo en pedir ayuda. Y es que la edad media del usuario atendido ha aumentando en los últimos 10 años, pasando de los 36 años en 2013 a los 39,9 en el pasado año. Por décadas, el mayor número de usuarios en el pasado año lo encontramos en la franja de edad que oscila entre los 34-41 años con un porcentaje del 29,1%.

La edad media de las mujeres en 2022 es unos dos años superior a la de los hombres: 41,8 frente a 39,4, respectivamente. Esta no es la única diferencia en cuanto al género, pues la tendencia desde hace 10 años es opuesta en ambos casos. Los varones, por un lado, representan el 81,4% de los usuarios (un 3,8% menos que en 2013), mientras que en el caso de las mujeres ha crecido un 4,8% durante el mismo período de tiempo.

En este sentido, Presencio descarta que el aumento porcentual sea sinónimo de un mayor número de mujeres con adicción. "Lo que sí es cierto es que la mujer tiene muchas más barreras que el hombre para acceder al tratamiento. Por ejemplo, el 11% de las usuarias vienen con hijos a su cargo, frente a un 1% en el caso de ellos", señala Presencio.

Desde la asociación consideran que el aumento de la edad media de los usuarios se debe a dos motivos principales. Por un lado, la cronicidad de la adicción que sufren tras años de consumo prevalente y, por otro, el envejecimiento general de la población. Como muestra de esto último, cuando surgió Proyecto Hombre la esperanza de vida en España era de 75,6 años, mientras que en 2021 alcanzó los 83,1.

Por sexos no se observan grandes diferencias en cuanto al orden en que se distribuyen las sustancias conforme a la edad media de inicio del consumo. Sí que destaca de manera especial el alcohol en grandes cantidades, que se inicia casi 5 años más tarde en las mujeres que en los hombres.

La brecha de género

En la población que acude a tratamiento, se observa una elevada comorbilidad entre la adicción y los trastornos psiquiátricos. El 43,4% de los usuarios han manifestado ideación suicida y un 26,3% ha realizado intentos de suicidio. Entre las mujeres, excepto en las conductas violentas y las alucinaciones, se da una mayor prevalencia en los problemas de índole psicológico-psiquiátrico.

"Las mujeres vienen con una situación más agravada en cuestiones de salud física y mental. Sin embargo, en lo que respecta al nivel educativo tienen un mejor nivel que los hombres", indica Presencio. La titulación obtenida por el mayor porcentaje de usuarios fue la educación secundaria, con un 42,6%. Aunque en el caso de los varones era menor: un 41,5% frente al 47,8% de las usuarias. Las mujeres también tienen más formación que los hombres en los niveles más altos de cualificación: un 17,1% de las mujeres cursó estudios universitarios (en los hombres sólo fue del 9,5%).

También existen diferencias por género en lo que se refiere a la sustancia principal. Los hombres reclaman más ayuda por el consumo de cocaína (40,7%), después por alcohol (35,3%) y por cannabis (6,5%). En cambio, las mujeres tienen más problemas de adicción por el alcohol (47,3), seguido de la cocaína (28,1%) y el cannabis (6,4%). "Aunque hay que decir que la mayoría de las personas que consumen son policonsumidoras; es decir, quien consume cocaína normalmente también consume alcohol", matiza la directora general de la Asociación Proyecto Hombre.

Las mujeres siguen constituyendo una minoría entre quienes consumen drogas en todo el mundo, tal y como revela el Informe Mundial sobre las Drogas que publica anualmente las Naciones Unidas. Sin embargo, la brecha en el acceso al tratamiento sigue siendo mayor para el género femenino. Aunque representan casi uno de cada dos consumidores de anfetaminas, sólo constituyen una de cada cinco personas en tratamiento por trastornos por su consumo. "Cada vez más estamos adaptando los programas de Proyecto Hombre con las necesidades de las mujeres. Aunque con casi el 19% de usuarias, estamos lejos todavía", concluye Presencio acerca de la situación nacional.