Emiliana Lima fue de pequeña a ver un partido de fútbol. Lo que iba a ser una tarde recreativa, terminó en desgracia. Un amigo de la familia cayó fulminado mientras jugaba. "Nunca más despertó. Oí que tenía Chagas", cuenta esta mujer de Mataral, Bolivia. Años después, en España, ella también fue diagnosticada de la enfermedad. "Tenía mucho miedo de aquella imagen que había visto. De quedarme dormida y no despertarme nunca más", cuenta desde el proyecto #VocesDelChagas de ISGlobal. Afortunadamente, esta mujer entró en tratamiento y consiguió no transmitir la enfermedad a su hijo.
El Chagas, románticamente conocida como la enfermedad del corazón partido, es una patología potencialmente mortal causada por el parásito Trypanosoma cruzi (T. cruzi). En último término y en los peores casos, lleva a la muerte súbita, como fue el caso del amigo de Emiliana. De ahí, su sobrenombre. Juega con la ventaja de que durante años permanece en fase silente, por lo que su detección es un verdadero problema incluso en países dotados de medios, como España.
Así lo ha confirmado una reciente investigación publicada en PLOS Neglected Tropical Diseases y que ha sido desarrollada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Según arrojan sus datos, de las casi 3.000 personas que han investigado, la mitad (el 47%) tenía la enfermedad.
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Todos los pacientes eran personas de países de América Latina, donde el Chagas es endémico. Así está declarado en 21 naciones: Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guayana Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay Venezuela.
A la cabeza de Europa
No obstante, ha aumentado su presencia en países de todo el mundo, siendo España la región con más carga de enfermedad de Europa. En base al documento Enfermedad de Chagas en personas procedentes de Latinoamerica residentes en España, elaborado por el Ministerio de Sanidad, en un escenario optimista se podría estimar una prevalencia de 29.485 adultos infectados por T. cruzi. En el pesimista, se hablaría de 98.030.
Según los resultados de esta nueva investigación y como cifró un estudio anterior -también de ISGlobal- Irene Losada, coordinadora de la Iniciativa de Chagas de la institución, se inclina por pensar que son unas 55.000 personas afectadas. Muchas de ellas, sin saberlo. "Por esto, se recomienda hacer pruebas a las personas latinoamericanas que llegan al país, para poder tratarlas si están infectadas", indica la experta, primera firmarte del estudio.
La principal vía de contagio del Chagas es a través de una chinche, llamada de una forma u otra según la región de Latinoamérica en la que se esté. Si bien, vinchuca es su apodo más popular. No es su mordedura lo que causa la enfermedad, como se suele pensar. Las personas se infectan porque este insecto defeca al lado de la picadura y, cuando la persona se rasca instintivamente, el parásito entra en el organismo.
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"No se puede decir que nunca jamás vayamos a tener a la vinchuca en España, pero el riesgo es muy remoto", tranquiliza al otro lado del teléfono Losada. La pregunta viene a colación de un trabajo alemán que advertía que debido a los efectos del cambio climático España se había convertido en un país idóneo para que se desarrollara en bicho.
La forma en la que se transmite el Chagas en España es a través de madre a hijo, como podía haber ocurrido en el caso de Emiliana Lima. "Lo ideal sería llegar a estas mujeres antes de que tengan el primer hijo, tratarlas en edad fértil previo embarazo, ya que estaríamos interrumpiendo la única vía de transmisión activa que tenemos en nuestro medio", desarrolla la investigadora.
Las otras dos vías son las transfusiones de sangre y la donación de órganos, pero ambas se controlan en España. Para la primera, desde 2005 existe la obligación de hacer cribados a los donantes. En la segunda, lo que hay es una recomendación, aunque lo ideal sería extender la norma a legislación.
"Creo que lo positivo del estudio es iniciar un cribado en pacientes que provienen de zonas endémicas de la enfermedad, ya que no sólo se transmite por el vector (no presente en territorio español) sino también por vía sanguínea", razona el director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, Jacob Lorenzo-Morales, que no ha participado en el estudio, en declaraciones a SMC España.
Un drama desatendido
El Chagas forma parte de las 20 enfermedades tropicales que la OMS considera desatendidas. El organismo encargado de velar por la salud mundial estima que hay entre seis y siete millones de infectados. Según Losada, alrededor del 30% de los casos acaba en desgracia si no recibe un tratamiento a tiempo. Esto significa que dos millones están en riesgo mortal. "Tenemos una evidencia muy sólida de que con el tratamiento hay una menor tasa de progresión", detalla la médico.
El problema es que las personas que vienen de estos países endémicos tienen miedo a la patología, lo que las aleja de los programas de cribado. Como confirma Losada, hay un estigma muy grande: "Hay una idea relativamente consolidada de que cuando se te diagnostica Chagas ya no se puede hacer nada por ti, creen que es una sentencia de muerte". Todo lo contrario. Cuanto antes se aplique el tratamiento, más probabilidades de éxito hay.
También está el tema de la pobreza. Se piensa que el mal del corazón partido está ligado a las regiones con menos recursos de Latinoamérica. No es así. Losada confirma que ha tratado casos de zonas más favorecidas económicamente, probablemente, causados por transmisión madre-hijo: "La gente piensa por qué a mí".