Las nuevas vacunas antitumorales son un enfoque tan innovador como prometedor para abordar el cáncer. Diseñadas de forma individualizada para cada caso, sensibilizan al sistema inmunitario de cada paciente para que identifiquen las proteínas alteradas de las células malignas y activen la respuesta inmune. Ahora, investigadores de los Centros Alemanes para la Investigación del Cáncer en Heidelberg y Mannheim han conseguido por primera vez tratar a enfermos de glioma difuso de línea media, un agresivo tumor cerebral, con una vacuna basada en péptidos.
Las células tumorales sufren mutaciones que producen estructuras de proteínas anómalas, que se pueden emplear como objetivo para 'enseñar' a los anticuerpos a diferenciarlas de las células sanas. La vacuna ensayada en este caso con ocho pacientes adultos ha imitado un cambio típico en una proteína en particular, la histona, que habitualmente se relaciona con este tipo de glioma. Además de resultar segura para los participantes, este nuevo fármaco logró activar la respuesta inmune y combatir el tumor cerebral.
Los gliomas difusos de basa media son considerados muy agresivos y difíciles de tratar. Tristemente, tienden a producirse en niños y adultos jóvenes, originándose cerca del tronco encefálico, lo que desaconseja la intervención quirúrgica. Además, a causa de la barrera hematoencefálica que protege al cerebro de las sustancias en el torrente sanguíneo, la quimioterapia y radioterapia son poco efectivas. Sin embargo, el tumor provoca una mutación reconocible en el gen que codifica la histona H3 (H3K27M). Este neoepítopo, como así se llama, puede ser empleado como diana.
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"Estas mutaciones idénticas para todos los pacientes no suelen producirse en los cánceres, y brindan literalmente la oportunidad de generar vacunas antitumorales, ya que están presentes en cada célula cancerosa. De hecho, la histona mutada es la causa del desarrollo del glioma difuso de línea media", explica Michael Platten, director del departamento de Neurología del Centro Médico Universitario de Mannheim. "Esto implica que vacunar contra la proteína mutante ataca el problema por la raíz".
Los investigadores reconstruyeron con proteínas sintéticas la estructura de la sección de la histona H3 que muta en el contexto de este glioma. Este péptido producido por la universidad de Tubinga fue probado en laboratorio con ratones modificados para padecer el tumor de células H3K27M, cuyo crecimiento lograron detener. Animados por este éxito, dieron luz verde a un ensayo curativo y limitado con ocho pacientes en colaboración con centros de Múnich, Berlín, Bonn y Münster. Todos ellos presentaban el neoepítopo y un glioma resistente al tratamiento.
Ninguno de los participantes sufrió efectos secundarios notables, y cinco de ellos desarrollaron una respuesta inmunitaria específica y mediada por linfocitos T CD4+ contra la secuencia proteínica mutada. El resultado más espectacular fue en una paciente cuya respuesta fue tan intensa que el glioma se redujo hasta desaparecer, manteniéndose libre de cáncer durante 31 meses.
Una de las dificultades de diseñar esta clase de vacunas es que una misma mutación puede manifestarse de forma diferente en la superficie de las células de cada individuo, ya que existen variantes genéticas. Sin embargo, el péptido sintético -compuesto por una cadena relativamente larga de 27 aminoácidos- funcionó con pacientes de distinto genotipo. Además, los investigadores comprobaron que la respuesta inmune disminuía con el tiempo, por lo que serían aconsejables dosis de refuerzo.
El siguiente paso será probar esta vacuna contra la mutación H3K27M para pacientes de glioma difuso de línea media recién diagnosticado. Un ensayo de tipo 1 ya está en marcha, y se espera evaluarlo en 2025. "No podemos concluir nada más por el momento sobre la eficacia de este tratamiento, pero nos ha dado información valiosa sobre cómo optimizar las vacunas contra los tumores cerebrales", concluye la coautora, la investigadora Katharina Sahm.