La pérdida de dientes y la necesidad de conseguir implantes para su reposición sigue siendo una cuestión que genera problemas sin resolver en el universo de la ciencia, de la salud y de la odontología. Un aporte que arrojaba una luz potente y clave fue la creación de un fármaco que debía hacer crecer estos dientes y que solucionaría el inconveniente de esos implantes.
El proyecto de este fármaco surgió alrededor de un nuevo estudio científico realizado de manera conjunta por la Universidad de Kioto y por la Universidad de Fukui. Estos descubrimientos pretendían encontrar la forma de regenerar los dientes sin necesidad de recurrir a nuevas piezas.
Sin embargo, el gran avance que se ha producido en este plano es que una start-up farmacéutica de Japón se ha tomado en serio este proyecto para desarrollar el que parece que será el primer fármaco que hace crecer nuevos dientes. El objetivo ahora es que su comercialización llegue antes de que finalice la presente década.
¿Un fármaco que es capaz de hacer crecer nuevos dientes?
Toregem Biopharma es una start-up farmacéutica de Japón que se ha puesto al frente de este revolucionario proyecto que sigue dando pasos hacia delante. Después de que la Universidad de Kioto haya corrido con la mayor parte de los gastos y con casi todo el peso de este estudio, la entrada de esta nueva empresa ha provocado avances importantes en esta cuestión.
El primero es la previsión de que los ensayos clínicos en adultos sanos puedan comenzar en menos de un año. Concretamente, en julio de 2024. La agencia que ha seguido de cerca la evolución de este estudio ya informó en el año 2018 que el equipo de científicos consiguió hacer crecer nuevos dientes en ratones.
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Sin embargo, los pasos que vendrán por delante son mucho más ambiciosos y podrían revolucionar el universo de la odontología y aliviar el estrés que sufre el mercado de los implantes. Según explica este equipo de expertos, la mayoría de las personas tienen en su boca "brotes dentales" que tienen potencial de convertirse en un diente nuevo además de los tradicionalmente conocidos como dientes de leche y de los permanentes.
Lo que sucede con estos brotes es que no llegan a desarrollarse y posteriormente desaparecen. La labor de este equipo ha sido crear un fármaco de anticuerpos que inhibe la proteína que suprime el crecimiento de los dientes. Por ello, actúa sobre esta especie de semillas y estimula su actividad.
Durante años, los equipos de la Universidad de Kioto y Fukui han realizado diversos procesos médicos con animales que han arrojado resultados muy positivos. Los más destacados se pudieron ver con una especie como los hurones, unos animales que tienen dientes muy similares a los humanos, con piezas de leche y también permanentes. Tras aplicarles estos fármacos, consiguieron que les crecieran estos nuevos dientes a partir de esos brotes.
¿Qué planes tiene esta empresa para el nuevo fármaco?
El equipo de científicos al cargo del estudio y que colabora de manera directa con la empresa Toregem Biopharm espera poder desarrollar un amplio proyecto de ensayo clínico entre 2024 y 2025, entrando en la franja de edad más pequeña dentro de un año y medio.
Concretamente, será a partir de 2025 cuando el fármaco se aplique a niños de entre 2 y 6 años con anodoncia, es decir, aquellos que nacen sin algunos o sin todos los dientes permanentes. El proceder que ya está pautado es inyectar una dosis de esta sustancia para inducir al crecimiento de sus dientes.
Katsu Takahashi, cofundador de Toregem Biopharma y jefe de odontología y cirugía bucal del Hospital Kitano de Osaka, ofrece así su visión sobre cómo se encuentra este proceso: "La falta de dientes en un niño puede afectar el desarrollo del hueso de la mandíbula".
"Esperamos que el fármaco sirva como clave para resolver esos problemas". Además, desde Toregem Biopharma esperan que en un futuro no muy lejano, este fármaco sirva también para tratar problemas de caries en adultos que han perdido todos o casi todos los dientes.
El objetivo final de la empresa y de los equipos de científicos de los diferentes centros universitarios al frente del proyecto es que el producto pueda llegar a ser comercializado en el año 2030. Esto supondría una primicia mundial.