El 75,7% de las mujeres en edad fértil dice utilizar algún método anticonceptivo, frente al 22,4% de las que reconocen no usar ninguno (en este porcentaje también se incluyen todas aquellas mujeres que no mantienen relaciones sexuales en la actualidad). Así lo revela la encuesta que la Sociedad Española de Contracepción (SEC) realizó en 2022 a 1.800 mujeres de 15 a 49 años. Estos datos parecen demostrar que uno de los eslóganes más famosos de la historia de la publicidad en España fue todo un éxito.
Sin embargo, hay quienes creen que todavía es necesario seguir recordándolo. "Igual sí que hace falta seguir diciendo lo de 'póntelo, pónselo'", asegura José C. Quílez, presidente de la SEC. Y es que, como plantea este médico especialista en Ginecología y Obstetricia, si el porcentaje de uso de métodos anticonceptivos fuera 'honesto', lo normal sería que el número de infecciones de transmisión sexual (ITS) se hubiera reducido en los últimos años.
En cambio, no sólo no ha sido así, sino que incluso se han batido récords históricos. En 2021 se registraron 15.338 casos (tasa 32,41) de gonorrea en España, según el último informe de vigilancia epidemiológica de las ITS, elaborado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y el Instituto de Salud Carlos III. Esta cifra superó al máximo histórico que se dio en 1995, con 4.599 casos (tasa 11,69).
"Con todas las personas que dicen utilizar algún método anticonceptivo, pensamos que nos vamos a encontrar con muy pocas con ITS", apunta, "pero sucede justo lo contrario: están ascendiendo dramáticamente". Sospecha que si todo el mundo respondiera con franqueza el porcentaje de uso de anticonceptivos variaría. "Tú haces una encuesta y la gente contesta como quiere. Pero es verdad que muchas veces te da apuro reconocer ciertas cosas".
Despreocupados por las ITS
Quílez cree que hay individuos que usan un método anticonceptivo pero no lo hacen bien. "Mucha gente los está utilizando sin pensar en las ITS. Quizás las personas que inician una relación son más cuidadosas aunque luego se van relajando", sospecha, "también es probable que se dé el caso de personas con una cierta edad y con un método anticonceptivo más o menos definitivo que cambia de pareja y dejan de usarlos".
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Por otro lado, el presidente de la SEC se muestra preocupado por el porcentaje de encuestadas que sigue expuesta a un embarazo no deseado. "Es cierto que no es altísimo [representa 5,9% del total de mujeres en edad fértil]. Aunque ahí es donde está nuestro objetivo", sentencia. Para evitar que esta cifra aumente, Quílez incide en el doble método. Se trata de usar los anticonceptivos para la prevención de un embarazo no deseado y de ITS. "Es prácticamente desconocido en España, donde suspendemos en educación sexual".
Este médico también considera que llega un momento en el que la gente está preocupada por el embarazo, pero no así por tener una infección de transmisión sexual: "Piensan 'a mí esto no me va a pasar', lo ven como una cuestión ajena". Es por este motivo por el que entiende que debe existir una mayor concienciación sobre las ITS en España. "Tanto a nivel ministerial como desde las CC.AA. se hacen pocas campañas a favor de la anticoncepción en general, la mayor parte de ellas en los últimos años están ligadas a la prevención del SIDA", denuncia.
La edad en la que comienzan las relaciones sexuales se ha ido adelantado con el paso de las generaciones. Así, si bien la edad media se sitúa en los 19,7 años en las mujeres de 45 a 49 años, en las de 15 y 19 años se sitúa en los 16,2 años. En este sentido, Quílez valora que los mayores "anden detrás de los jóvenes que comienzan a tener sus primeras relaciones sexuales diciéndoles que usen algún método conceptivo". Lamenta, eso sí, que luego se vaya produciendo una relajación.
Expuestos al preservativo
El presidente de la SEC entiende que cada vez hay una mayor 'hormonofobia' en España: "No sé porqué, pero en las generaciones más jóvenes encuentro una reticencia mayor a métodos anticonceptivos como, por ejemplo, la píldora femenina. Parece que existe una peor visión o una demonización de las hormonas sexuales. Aunque no se investiga si tienen beneficios, que los tiene y muchos".
Una de las posibles causas que baraja es la corresponsabilidad —esto es, el reparto equilibrado de las responsabilidades familiares—. "Como las hormonas las toman las mujeres, pues ellas intentan que sus parejas aporten desde el punto de vista anticonceptivo. Eso nos deja un poco expuestos al preservativo, que protege poco de los embarazos", advierte Quílez. "Y no se está viendo que esos métodos que se dejan de usar se sustituyan por otro".
En lo que se refiere a los distintos métodos anticonceptivos, no hay duda de que el preservativo sigue siendo el más utilizado desde que se legalizara su venta en 1978. Así, en la última encuesta de la SEC el 35,7% de las mujeres en edad fértil reconoció que el preservativo era su principal método anticonceptivo, por delante de la píldora (17%).
"El preservativo, que es un método de antinconcepción masculino, es el más utilizado en España. Sin embargo, existe la teoría de que se han realizado pocos avances para los hombres", indica Quílez, quien descarta que esto sea cierto, ya que, a su juicio, se han realizado un gran número de investigaciones. "La complejidad en los varones es ser capaces de inhibir la espermatogenia sin afectar a la potencia sexual", explica en declaraciones a EL ESPAÑOL.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos presentaron el último hallazgo en este sentido a principios de este año. Se trataba de un prometedor anticonceptivo masculino oral que se podría usar inmediatamente antes de mantener relaciones sexuales sin afectar a la fertilidad.
Aunque se encuentra en la fase preclínica con ratones, Quílez cree que sí que tendría aceptación entre los hombres si se comprobara su efectividad. De hecho, la Male Contraceptive Initiative (MCI, por sus siglas en inglés), una entidad dedicada a sufragar con fondos privados proyectos de investigación en la píldora masculina, denuncia en su web que la anticoncepción masculina es un área de investigación científica con con fondos insuficientes, en gran parte, debido a la noción falsa y persistente de que la gente no está interesada en ellos.