Actualmente, más de 55 millones de personas sufren algún tipo de demencia en todo el mundo. Sin embargo, en algo menos de 30 años las cifras podrían llegar a triplicarse. Así lo ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) en distintas ocasiones, que apunta que el número de pacientes llegará a los 152 millones en 2050. Los expertos no dudan en hablar, desde hace tiempo, de una "epidemia silenciosa".
Son muchas las investigaciones que se están realizando actualmente para poder avanzar en el diagnóstico temprano de enfermedades neurodegenerativas tan dramáticas como el alzhéimer. Si bien es cierto que aún no existe una terapia que modifique sustancialmente el curso de esta enfermedad, sí que están surgiendo nuevos tratamientos que enlentecen el deterioro cognitivo. Por eso, al igual que ocurre con el cáncer, el alzhéimer también es importante detectarlo cuanto antes.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology, apunta a un signo que podría vincularse con el desarrollo de alzhéimer. En concreto, el trabajo de investigación elaborado por científicos de la University College London (UCL) señala que las personas con enfermedad de Alzheimer temprana tienen dificultades para girar al caminar.
Los investigadores, dirigidos por el profesor Neil Burgess y sus colegas del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la UCL agruparon a los sujetos de estudio en tres grupos distintos. El primero lo componían los participantes más jóvenes y sanos (31 en total); el segundo, participantes ancianos sanos (36 sujetos); y el último, pacientes con deterioro cognitivo leve (43 sujetos).
Durante la prueba, los participantes recorrieron un circuito en el que tenían que seguir distintos conos numerados. Los conos formaban dos líneas rectas que estaban conectadas por una curva. Los participantes en el estudio, tras llegar al final, debían volver a la posición inicial.
Así, la tarea se realizó bajo tres condiciones ambientales diferentes destinadas a enfatizar las habilidades de navegación de los participantes: un entorno virtual sin cambios; con el terreno siendo reemplazo por una textura simple; y con la eliminación temporal de todos los puntos de referencia en la realidad virtual.
"Errores de navegación"
Los resultados del experimento son sorprendentes. Los investigadores descubrieron que las personas con alzhéimer temprano sobreestimaban constantemente los giros en la ruta y mostraban una mayor variabilidad en su sentido de la orientación. Sin embargo, esos fallos específicos no se observaron en los participantes mayores sanos ni en las personas con deterioro cognitivo leve, que no mostraban signos subyacentes de alzhéimer.
"Esto sugiere que estos errores de navegación son específicos de la enfermedad de alzhéimer (en lugar de una extensión del envejecimiento saludable o del deterioro cognitivo general) y podrían ayudar con el diagnóstico", escriben los investigadores en el estudio.
"Nuestros hallazgos ofrecen una nueva vía para el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer al centrarse en errores de navegación específicos. Sin embargo, sabemos que se necesitan más trabajos para confirmar estos primeros hallazgos", relata Andrea Castegnaro, autor principal del estudio.
La intención de los investigadores de la UCL es desarrollar pruebas prácticas que puedan integrarse fácilmente en "entornos clínicos", teniendo en cuenta limitaciones comunes como el espacio y el tiempo limitados. "Las pruebas de navegación tradicionales conllevan requisitos que resultan difíciles de cumplir en un entorno clínico. Nuestra investigación se centra en aspectos específicos de la navegación que se adaptan mejor a estas limitaciones", subraya Castegnaro, quien señala que están diseñando pruebas para que sean rápidas y completas y que puedan aportar datos suficientes para obtener un diagnóstico fiable.
Se estima que en España hay actualmente 800.000 personas que sufren alzhéimer. En nuestro país, esta enfermedad concentra el 60% de los casos de demencia y cerca del 30% no están diagnosticados, según la Sociedad Española de Neurología. En Estados Unidos, algunos estudios apuntan que el número de personas de 65 años o más que padecen alzhéimer podría duplicarse en poco más de 30 años. Estas proyecciones hablan bien de el tsunami de casos que podría llegar a los sistemas nacionales de salud en sólo unos años.
Por eso, el diagnóstico temprano emerge como herramienta crucial para un mejor manejo y tratamiento de la enfermedad. Si bien es cierto que los avances recientes en biomarcadores plasmáticos pueden detectar niveles de proteínas tau y amiloides pueden suponer una revolución en el diagnóstico temprano, los investigadores de la UCL apuntan que "estas pruebas por sí solas podrían no ser suficientes".
"Aún se necesitan evaluaciones cognitivas para comprender cuándo se desarrolla el primer deterioro cognitivo, y cuando se trata de pruebas de memoria espacial, a menudo se basan en la competencia verbal. Nuestras pruebas tienen como objetivo ofrecer una herramienta más práctica que no dependa del idioma o el origen cultural", zanja Castegnaro.