"La física cuántica ha demostrado que todos somos vibración y permanentemente estamos vibrando aunque no podamos escucharlo o verlo". Estas palabras fueron pronunciadas por la "terapeuta musical" Clara Alfaro el pasado miércoles en El Hormiguero. Ante la atenta mirada de los más de dos millones de espectadores que tuvo de media la emisión, Alfaro golpeó un gong que pegó a la cara de Pablo Motos y de Ana Mena, la invitada de aquella noche, mientras les pedía que imaginaran que todas las células de su cuerpo eran agua.
"Que en un programa con esa audiencia se lleven a cabo prácticas pseudocientíficas es muy grave", denuncia Fernando Cervera, biólogo y vocal de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP). "Se está legitimando frente a un público amplio cuestiones que carecen de evidencia. Cualquier presentador que ofrezca esto en su programa es cómplice y viola el acuerdo entre emisor y espectador en el cual se presupone que lo que se está diciendo es veraz".
Basta con realizar una búsqueda en la base de datos de investigación biomédica PubMed para comprobar que el número de artículos acerca de esta técnica, conocida como baños de Gong, ni siquiera alcanzan los 400 resultados. En Google, en cambio, el número de resultados llega hasta los 640.000, al menos, en España. Y es que en nuestro país hay varios lugares en los que se realizan los baños de Gong. Uno de ellos define así esta técnica sin evidencia: "Es una práctica de sanación que utiliza la vibración y la frecuencia para ayudar a reducir el estrés, alterar la conciencia y crear una profunda sensación de paz y bienestar para una mejor salud".
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"Es cierto que la música puede generar bienestar. Pero no es una terapia que sirva para tratar ningún problema de salud", afirma en esta ocasión el profesor de Psicología de la Universidad Complutense y presidente de la fundación Psicología sin Fronteras, Guillermo Fouce, en declaraciones a EL ESPAÑOL. En la web de esta terapeuta asegura que la meditación sonora permite, entre otros beneficios, regular los niveles de estrés, reparar el sistema nervioso o liberar traumas del pasado.
Aprovecharse de lo desconocido
Como señala el catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Cano, "alguien que afirma todo esto, tiene que probarlo a través de una investigación". "El peso de la prueba recae sobre el que hace la afirmación", añade el psicólogo y divulgador científico Ramón Nogueras. La única 'prueba' que ofrece Alfaro es su propia historia: "Cuando me di mi primer baño de Gong en 2018 sentí que regresaba a casa", relata en su web.
También presume de su selecta formación: "A día de hoy sólo 40 hemos obtenido la certificación como facilitadora de Prana Nidra de mi maestro Sri Andrei Ram", quien afirma que el yoga "ayuda a mantenerse en el camino, limpiar y mejorar en plano físico y de la salud".
Fouce encuentra aquí un comportamiento que se suele repetir entre las distintas pseudociencias. "Como no conocemos lo oriental, pues yo te vendo lo oriental como algo que es mágico y que tiene un principio que no sabes; esto es, a partir de una realidad cierta (pues la música tiene un efecto positivo), te vendo toda una parafernalia en torno a lo desconocido".
Sin embargo, esta venta no se produce de forma directa, sino que se realiza a través de formaciones. La propia Alfaro, de hecho, oferta un curso de iniciación de cuencos tibetanos (otro de los instrumentos que se utiliza en su "meditación sonora") por 80 euros. "El problema es que la formación está liberalizada", apunta Fouce.
Nulo trabajo de los colegios
Esta terapeuta también reconoce que es "licenciada en psicología clínica en el año 2000" por la Universidad Complutense de Madrid. Pero, como apuntan tanto Fouce como Cano, no existe el grado en psicología clínica. Ambos ponen en duda que esté colegiada, puesto que entonces sí que se le podría denunciar de oficio.
Lo cierto es que el nombre de Clara Alfaro Brujo aparece en el registro de colegiados del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. En este sentido, Cervera reconoce que no es común el perfil del profesional sanitario reconvertido en pseudoterapeuta: "La mayoría de veces son practicadas desde centros que incumplen la ley del personal sanitario".
Este periódico no ha obtenido respuesta por parte de dicho organismo, mientras que desde el Consejo General de la Psicología de España han declinado la invitación ya que "no atienden este tipo de cuestiones". Para Nogueras, que Alfaro sea colegiada demuestra que los colegios hacen un trabajo nulo. Por su parte, Cano entiende que desde el colegio no quieren 'pringarse' hasta que haya una denuncia.
Como recordaba Nogueras en este artículo de EL ESPAÑOL, cuando un compañero ha intentando denunciar prácticas pseudocientíficas, ha sido el propio colegio el que ha apercibido al denunciante "por señalar, con nombre y apellidos, a un terapeuta de constelaciones familiares, práctica que está incluida en el listado de pseudoterapias del Ministerio de Sanidad".
Por tanto, ahora tampoco le extrañaría que desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid se tomara ninguna medida. "Cualquier terapia de música carece de evidencia", sentencia. Nogueras considera que el problema viene de raíz. "En muchos casos, en la universidad se enseña la Psicología olvidando que es una ciencia. Y no hay una técnica para una evidencia".