El peligro de las bronquitis en verano: las muertes por enfermedad respiratoria se disparan con el calor
Pese a que la mayoría de ingresos se producen en invierno, el número de muertes por estas patologías se dispara con las altas temperaturas.
13 noviembre, 2023 02:08Si la Covid retó nuestra percepción sobre las enfermedades respiratorias más allá del invierno, el cambio climático la ha rematado por completo. Un estudio realizado en España que acaba de publicarse en The Lancet Regional Health – Europe advierte que el número de muertes por estas causas es mayor en verano que en invierno.
Los autores, liderados por Hicham Achebak, investigador del Instituto de Salud Global Barcelona, recogieron datos de admisiones diarias y mortalidad por enfermedad respiratoria en las provincias de Madrid y Barcelona entre 2006 y 2019 y los enfrentaron a los registros de temperatura ambiental, humedad relativa y presencia de partículas contaminantes.
Observaron que, si bien el número de ingresos fue mayor durante el invierno, con un pico en el mes de enero, la incidencia de la mortalidad alcanzó un máximo durante el verano y estaba fuertemente asociada a las altas temperaturas. "Vimos que los ingresos asociados a las altas temperaturas tenían mayor probabilidad de acabar en defunción", comenta Achebak a EL ESPAÑOL. "Esto explicaba parte del pico de la mortalidad en verano".
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Los investigadores de ISGlobal atribuyeron el 16% de las muertes por enfermedad respiratoria en Madrid y el 22,1% de las de Barcelona a las altas temperaturas.
El calor afectaría a la evolución en las bronquitis agudas, bronquiolitis, neumonías e insuficiencias respiratorias. Sin embargo, ni la humedad ni las partículas contaminantes tuvieron un impacto significativo.
Achebak ha declarado que estos resultados sugieren que el calor impacta más en el agravamiento de las enfermedades respiratorias crónicas e infecciosas que la propagación de las infecciones respiratorias, entre otras cosas, porque ese impacto de las altas temperaturas se da en los tres primeros días, mientras que el de las infecciones "toma varios días en causar síntomas".
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Otro de los investigadores de ISGlobal, Joan Ballester, incide en que las mujeres son más vulnerables que los hombres, "probablemente, por diferencias fisiológicas específicas en la termorregulación. Las mujeres tienen un umbral de temperatura más alto para activar el sudor, y sudan menos que los hombres, lo que resulta en menos pérdida de calor evaporativa y, por tanto, en mayor susceptibilidad a los efectos del calor".
En declaraciones al Science Media Cenre, el neumólogo del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona Marc Miravitlles destaca la "gran calidad" del estudio. "Utiliza una serie de datos muy robustos y emplea la más moderna y precisa metodología estadística para analizar estos datos".
Miravitlles señala que la conclusión del trabajo parece contradictoria, "ya que sabemos (y el estudio también lo demuestra) que hay muchos más ingresos en invierno, pero, en cambio, la proporción de los ingresados que fallecen es mayor en verano".
Hospitales sin aire acondicionado
Los resultados de este trabajo deben verse, según el neumólogo, como un llamamiento a proteger a personas con enfermedades respiratorias durante los periodos de altas temperaturas "y también alertar a las organizaciones hospitalarias sobre la necesidad de una adecuada climatización de sus instalaciones, ya que no es raro que ocurran fallos o averías en los sistemas de aire acondicionado".
Con todo, apunta que, al tratarse de un estudio observacional (donde los autores no pueden modificar y eliminar variables para evitar distorsiones en los resultados), podría ser probable que hayan influido otros factores en los resultados.
Por ejemplo, que las personas que se queden en Madrid y Barcelona durante los meses de verano sean las de un menor nivel socioeconómico, "que no pueden irse de vacaciones y permencen en la ciudad".
Debido a esto, Miravitlles considera que, "seguramente, las altas temperaturas tienen un papel importante, pero hay otros factores que pueden también colaborar en ese aumento relativo de la mortalidad en verano".
Achebak apunta que lo más eficaz es tomar medidas para evitar los ingresos. "Solo el 30% de las personas en España tiene aire acondicionado en su hogar y muchos de los que tienen no lo encienden por la factura de la luz".
El aire acondicionado es la principal medida para reducir el riesgo de agravamiento de la enfermedad, sobre todo en ancianos, pero también hay medidas de urbanismo que se pueden tomar para reducir el efecto de 'isla de calor' de las ciudades.
Al final, indica, se trata de un problema de desigualdad socioeconómica. Quien puede permitirse estar climatizado en verano tendrá muchas menos probabilidades de ser hospitalizado y morir. "La clave es mantener la temperatura óptima en el hogar".