¿Cuál es el criterio que debe regir en las facultades de Medicina para seleccionar a los aspirantes admitidos al grado? La respuesta obvia parece la nota de la prueba de acceso y la calificación del expediente académico, pero estas no miden cualidades y atributos que son deseables en nuestros profesionales sanitarios.
Durante la jornada 'Proceso de Admisión en Medicina: ¿Algo más que las calificaciones?', organizada por HM Hospitales y la Universidad Camilo José Cela, se ha tratado de ir más allá de este método sencillo, eficaz y equitativo pero que puede cerrar la puerta, injustamente, a estudiantes con auténtica vocación y actitud para la Medicina.
Como lo ha expresado Juan Abarca, presidente del Grupo HM Hospitales, "no tenemos que ser los médicos más listos sino los mejores médicos". Y esto es fundamental empatía y disfrute de la profesión.
"Si la única manera de acceder a la profesión son las notas, nos dejamos por el camino gente que quizá no sea tan lista pero tiene mucha vocación. Hay que recuperarlos, pero no por ellos sino por la sociedad. Necesitamos médicos que vivan por y para su profesión".
Si la prueba de acceso a la universidad es competencia estatal, la admisión depende de cada universidad en particular. Entre los métodos para seleccionar los candidatos más adecuados está una ponderación que ciertas asignaturas (Química, Biología) tengan más peso en la valoración final, pero también pruebas específicas, entrevistas personales y tests para medir competencias.
Alicia de la Cuerda, vicedecana de a Facultad HM de Ciencias de la Salud de la Camilo José Cela, ha explicado la situación a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, en Italia existe una prueba específica, así como un test de cultura general y razonamiento.
En Alemania y Austria, donde hay que tener un "expediente académico altísimo" para entrar en el grado, existen además varias pruebas que miden la memoria, la capacidad de abstracción y aspectos psicosociales como el control de las emociones, "que creo que es algo francamente importante".
En Países Bajos realizan entrevistas personales, al igual que en Estados Unidos, donde se tienen en cuenta, además, las actividades extraescolares, las de voluntariado, etc. pero lo más importante es un test específico llamado MCAT, con 219 preguntas, al que el aspirante se puede presentar varias veces al año.
Por su parte, Eduardo Díaz Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, ha lamentado que en la formación del futuro médico no haya hueco para el aspecto humano. "Los jóvenes médicos no recuerdan las caras pero sí los casos".
Los valores que debe tener un médico
Más allá de la excelencia, ha descrito una serie de valores que son fundamentales, a su juicio, para el ejercicio de la profesión: "Un médico debe ser altruista, responsable, íntegro, honesto, humilde, discreto, comprometido, tener un espíritu de sacrificio humano y estar comprometido a estudiar toda la vida".
Fernando Caballero, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria, ha recordado que las universidades estadounidenses tienen una "misión", en la que explicitan lo que buscan, y crean los mecanismos para seleccionar los candidatos idóneos para perseguirla.
"Hay otras competencias más allá del conocimiento, como la actitud, el buen juicio y la habilidad, que pueden ser atendidas a través de complementos a los tests", ha expresado en su intervención.
La exigencia a los estudiantes de medicina y los criterios rígidos de selección tienen su lado oscuro. En un estudio catalán se observó que el 41% tiene depresión, el 16,4% habla de un muy alto grado de ansiedad, y el 11% ha pensado en quitarse la vida.
Esto también puede deberse al perfil de los alumnos, donde prima la autoexigencia y la rigidez cognitiva, ha advertido Marta Redondo, profesora del área de Psicología experta en Salud Mental en profesiones sanitarias.
A este respecto, "no existen asignaturas de regulación emocional y de estrés, de comunicarse con el paciente, etc. Suelen ser optativas pero entonces solo van los alumnos que ya están predispuestos".
Quizá la mejor imagen sobre el funcionamiento del proceso de selección más adecuada e impactante la ha ofrecido Domingo Antonio Sánchez Martínez, vocal de Médicos Jóvenes de la Organización Médica Colegial. "Es una quimioterapia, una estrategia poco selectiva de matar moscas a cañonazos".
Sin embargo, recuerda que los procesos de selección son caros, mientras que el actual es "bonito y barato". Con todo, la búsqueda de una medicina humanizada se enfrenta al pragmatismo de ver 40 pacientes diarios, algo que hace que, por mucha humanidad que se tenga, difícilmente va a aplicarse al paciente.