No faltan a su cita de todas las navidades. No son Papá Noel ni los Reyes Magos, tampoco se trata de Ramón García o Cristina Pedroche dando las campanadas de fin de año, ni siquiera de los personajes anónimos que se vuelven famosos por un día al pasear sus trajes llenos de décimos de lotería el día del sorteo Navideño.
Si hay algo inamovible en las navidades españolas son los colapsos en los centros de salud y las urgencias hospitalarias producto de infecciones respiratorias masivas. Y no parece que vayan a prevenirse en el corto o medio plazo.
La incidencia de las infecciones respiratorias en los centros de atención primaria lleva creciendo durante semanas y ya se registran casi 800 casos por cada 100.000 habitantes en siete días, según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Algunas comunidades ya han superado la simbólica barrera de los mil casos: Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y la ciudad autónoma de Melilla ya registran cifras de entre 1.107 y 1.537 casos.
Hasta la semana finalizada el 10 de diciembre, la penúltima contabilizada por la Red, solo una comunidad había superado ese umbral de mil casos: Canarias.
Este aumento de los casos se ha traducido, de forma paralela, en un incremento imparable de las hospitalizaciones. En la última semana contabilizada se han registrado 18,2 por cada 100.000 personas, protagonizadas en gran parte por la gripe, que está alcanzando su pico anual.
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"Algunos hospitales ya están saturados", afirma Marino Barona, portavoz del sindicato de enfermería, Satse. El Hospital Insular de Gran Canaria y el Universitario de Canarias (Tenerife), en Canarias; el sevillano Nuestra Señora de Valme, en Andalucía; el Hospital de Txagorritxu de Vitoria y el Zumárraga de Guipúzcoa, en País Vasco; o los hospitales de Albacete y Guadalajara, en Castilla-La Mancha, son algunos de los centros que han notificado problemas.
"En la primaria, el colapso está siendo generalizado", continúa Barona. Satse ha reclamado el reforzamiento de los centros sanitarios para afrontar este pico epidémico anual pero reconocen que no es sencillo atajarlo.
"Estamos bajo mínimos", explica el enfermero. "Las plantillas enfermeras son totalmente insuficientes si nos comparamos con otros países europeos". En España hay 6,4 por cada 1.000 habitantes, mientras que la media europea es de 9,2. "Si a eso le sumamos que estamos en un periodo vacacional, en que los profesionales tienen derecho a coger sus vacaciones pero esas ausencias no se cubren..."
Sin medidas concretas ante el colapso
Barona recuerda que son las enfermeras las que hacen una primera valoración cuando la gente acude a las urgencias hospitalarias, pero también son quienes administran los tratamientos. La falta de estas profesionales genera un cuello de botella que no hace sino empeorar la situación.
Situación, por cierto, que a nadie ha sorprendido. "Es el día de la marmota", señala Víctor Pedrera, vicesecretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (y secretario general del sindicato en la Comunidad Valenciana), parafraseando a la película Atrapado en el tiempo, donde el mismo día se repetía una y otra vez.
"Tenemos un sistema sanitario que ha pasado por la Covid y sigue con las mismas deficiencias. Primaria está bajo mínimos, hay deficiencias estructurales y estamos esperando que se aplique un plan nacional porque medidas concretas, que hayan dado resultados, hoy por hoy no hay ninguna".
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Médicos y enfermeros coinciden en que es una situación previsible —"se repite de forma monótona"— frente a la que no se está haciendo nada y, además, poco se puede hacer para solventarla en el corto plazo.
Se juntan varios factores. El pico de infecciones respiratorias, por supuesto, y su aumento por las reuniones familiares durante las navidades. A ello se une el cierre de estos centros por las festividades, y las vacaciones del personal y las horas acumuladas que hay que cerrar antes de fin de año.
"Y no se pueden reforzar las plantillas por el simple hecho de que no hay contingente suficiente de médicos y pediatras", apunta Pedrera.
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A esto se une, denuncian ambos profesionales sanitarios, la pasividad con que las administraciones asumen ese incremento puntual de la demanda (que se extiende casi por dos meses entre diciembre y febrero). "No se ha diseñado, en ninguna comunidad, un plan de choque o abordaje de este pico de patología para hacer frente al colapso sanitario", lamenta Pedrera.
Es una situación dolorosamente similar a la de la pandemia de la Covid y "una situación que, a corto o medio plazo, no se va a solucionar. Este año, por supuesto, no va a ocurrir".
El vicesecretario de general de CESM explica que la única forma de afrontar en el corto plazo la situación es doblar turnos y pagar en consecuencia a los profesionales, un parche hasta que se elabora un plan de actuación sobre la atención primaria: si esta colapsa, el resto del sistema va detrás.
Mascarillas y ventilación
Marino Barona señala, por su parte, la necesidad de mejorar la contratación enfermera y combinar un aumento de las plazas en las universidades y un "plan retorno" para todas aquellas profesionales que se han marchado de España en busca de mejores condiciones.
La sensación de que nada ha cambiado desde la pandemia es generalizada, aunque tiene sus excepciones. "El uso de la mascarilla quirúrgica, en general, se hace bien entre los sanitarios", apunta Julián Domínguez, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria.
"Ha sido como los guantes tras el sida: no en todas las enfermedades es preciso usarlos pero se ha generalizado ante la ignorancia de qué pueda tener el paciente".
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El Ministerio de Sanidad recordaba hace unos días medidas útiles para evitar contagios: cubrirse boca y nariz al toser, usar pañuelos desechables, higiene de manos y, si hay síntomas, usar mascarilla y, en la medida de lo posible, teletrabajar.
Algunos médicos y expertos se han quejado en la red social X que otro tipo de medidas parecen haber caído en el olvido y que, sobre todo frente a la Covid, demostraron su eficacia, como la distancia de seguridad, filtros HEPA y purificadores de aire y, sobre todo, la ventilación.
"Las instalaciones se han mejorado en prácticamente todos los hospitales", apunta Domínguez, que es jefe de Medicina Preventiva del Área Sanitaria de Ceuta. "Los servicios de ingeniería hospitalaria han jugado para crear pequeños gradientes de presión que, forzosamente, se lleven los aerosoles, y se han instalado nuevos filtros".
Todos los profesionales consultados por EL ESPAÑOL coinciden en que las restricciones presupuestarias y "la tendencia de no sustituir a la gente más allá de lo imprescindible" sigue afectando al sistema sanitario.
Y esto no lo puede solventar la futura Agencia Española de Salud Pública, en barbecho tras el adelanto electoral. "Ayudaría a una labor coordinadora que el Consejo Interterritorial —la reunión sin periodicidad concreta entre Ministerio de Sanidad y comunidades autónomas— no siempre ha sido capaz de hacer", apunta Domínguez, "pero solo puede coordinar y dar directrices: los deberes los tienen que hacer las comunidades y muy pocas los han hecho".