España despide 2023 con un porcentaje de positivos por gripe que se ha quintuplicado en las últimas cuatro semanas del año, pasando del 8,3% al 46%, según los informes del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA) del Instituto de Salud Carlos III. Esta infección respiratoria, sin embargo, no está teniendo la misma incidencia en todas las comunidades autónomas.

Del 25 al 31 de diciembre, Castilla-La Mancha es la que presenta la tasa global de infección respiratoria aguda más alta, con 1.709,7 casos por 100.000 habitantes. Esta cifra conlleva un incremento del 30,8% en sólo una semana en la región castellanomanchega.

Le siguen la Comunidad Valenciana (1.501,4), Asturias (1.318,6) y Canarias (1.285,3). En total, hay siete comunidades superan la media nacional, que es de 952,9 casos por 100.000. Aunque en el citado informe no se han notificado los casos de hasta cuatro de ellas (Cantabria, Islas Baleares, La Rioja y la Región de Murcia).

A la cola se encuenta Andalucía, con 504,6 casos por 100.000 habitantes, Ceuta (550,6), y el País Vasco (553,8). ¿Cómo se explica que la combinación de las tres últimas no alcance siquiera a la tasa global de infección respiratoria aguda de la primera? Los expertos sospechan que tras esta disparidad de cifras se esconden varios motivos.

Baja tasa de vacunación

El primero al que señalan no es otro que la cobertura de la vacuna. "Si estamos viendo un incremento de infecciones virales es por la baja tasa de vacunación, especialmente en mayores de 60 años", asegura María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y microbióloga del Hospitalario Universitario de A Coruña a EL ESPAÑOL.

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Pese a que no existen datos oficiales sobre la presente campaña, una encuesta elaborada por Sanofi revela que sólo Navarra superaría el objetivo de cobertura de la vacuna de la gripe que se establece en el 75% de la población susceptible en los mayores de 65 años.

"Habría que felicitar a Navarra y procurar que aquellas en las que no se esté consiguiendo una buen cobertura vacunal se esmeren más", incide Joan Caylà, coordinador de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona y exjefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. Como recuerda este epidemiólogo, alcanzar el objetivo de vacunación no sólo beneficia a la salud de la población, sino que también evita los colapsos hospitalarios.

Algunas administraciones ya han tomado medidas ante la avalancha de casos en los hospitales. La última en hacerlo ha sido la Comunidad Valenciana, que administrará vacunas de gripe y Covid-19 sin cita previa a cualquier ciudadano a partir de este lunes. También se ha decretado, al igual que en Cataluña, el uso obligatorio de mascarilla en los centros sanitarios. Se trata de una medida que el Ministerio de Sanidad plantea llevar al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) que se celebrará ese lunes.

Tomás entiende que la ciudadanía esté cansada y que nos hayamos relajado después de la pandemia. Pero esto no quita que se deban seguir llevando a cabo las medidas de prevención que aprendimos a raíz de la misma: "Vacunación, lavado de manos, mascarilla y evitar el contacto social si tenemos síntomas", recuerda.

"Algunas personas llevan mascarilla, pero es un porcentaje muy bajo", añade Caylà. Éste cree también que deberíamos aprender de países como Japón o Corea del Sur, en los que el uso de mascarilla en esta época del año es habitual, incluso antes de la pandemia.

A su juicio, no existe una explicación clara para la diferencia entre comunidades: "Lo que sí nos dice el informe del ISCIII es que ahora coinciden simultáneamente tres epidemias: Covid, gripe y VRS". También destaca que hay personas que adquieren el test de antígenos en las farmacias o no acuden a su médico de cabecera pese a tener síntomas. "Ambas situaciones pueden llevarnos a que haya un subregistro de los datos", dilucida.

Otro motivo por el que unas comunidades se están viendo más afectadas que otras es, en opinión de la portavoz de la Seimc, las aglomeraciones que se dan en las grandes ciudades españolas durante la Navidad. No obstante, el ejemplo de la Comunidad de Madrid derriba esta causa. Y es que aun teniendo la ciudad con mayor población en España, la incidencia es prácticamente igual que la media nacional, con 951,9 casos por 100.000 habitantes.

Cómo evolucionará la incidencia

Como ya apuntó Pascual Piñera, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) a este periódico, actualmente predominan los casos de gripe A en las urgencias hospitalarias.

Una mujer en la sala de espera de urgencias del Hospital Lucus Augusti, en Lugo. Eliseo Trigo EFE

Además, la Covid se mantiene "fluctuante", como define Tomás, quien no descarta que llegue una nueva ola de esta última cuando la gripe experimente una caída. "Por eso cuanto mayor sea la tasa de vacunación frente a ambas infecciones, menor será el riesgo sanitario. Como ya se ha demostrado con la inmunización frente al virus respiratorio sincitial".

No hay duda de que para baje la incidencia deberá producirse el final de la denominada cresta de la ola. Para Tomás, estamos llegando al pico de la gripe: "En Galicia sí que se está viendo un descenso en el número de casos esta semana [del 1 al 7 de enero]". "Lo previsible es que la incidencia siga aumentando, teniendo en cuenta que esperamos una ola de frío", discrepa Caylà.

A falta de que se conozcan los primeros datos de 2024, una de las conclusiones de esta temporada de infecciones respiratorias es que el pico de contagios, que solía producirse a mediados de enero, se ha adelantado a principios de mes. "El perfil de los virus no es el que teníamos siquiera en época prepandémica", indica Tomás.

"Si se miran las tendencias de muchos años, hay una cierta variabilidad. No me llama la atención que ahora estemos con gripe", advierte, por su parte, Caylà. Ambos especialistas coinciden en que la llamada fatiga pandémica ha pasado factura en la población: "Se ha asumido, por ejemplo, que la Covid no es grave. Pero la incidencia desde marzo de 2020 nunca ha dejado de ser nada despreciable. Continuamos en pandemia", sentencia Caylà.