Del 'método Champix' a Todacitan: la nueva revolución de los fármacos para dejar de fumar
Tras casi tres años desaparecido del panorama, el mítico medicamento para abandonar el cigarrillo vuelve a las farmacias españolas.
30 enero, 2024 02:13Dejar de fumar no es tarea fácil. Según el informe Rompe con la nicotina, el 74% de los fumadores ha intentado dejarlo al menos una vez en su vida. La mayoría hace de media dos intentos antes de conseguirlo de manera definitiva. Los fármacos son un instrumento que facilita mucho esta empresa y, durante años, el mítico Champix fue considerado la panacea. Sin embargo, en 2021 desapareció de golpe y porrazo. Casi tres años después, regresa a las farmacias españolas. No es ni mucho menos el único fármaco que está revolucionando el tratamiento del tabaquismo en los últimos meses.
Champix es el nombre comercial que durante años se dio a la vareniclina, un medicamento que interfiere sobre los receptores de nicotina en el cerebro. Esto tiene dos efectos: disminuye la sensación de placer que la persona obtiene al fumar y reduce los síntomas provocados por el síndrome de abstinencia.
Desde 2006 fue el fármaco referencia para conseguir dejar a un lado los cigarrillos y, en enero de 2020, entró a formar parte de la lista de medicamentos financiados por Sanidad. Sin receta médica, un tratamiento de tres meses (el mínimo) podía superar los 300 euros, lo que dificultaba su acceso y su adhesión.
La buena nueva duró poco tiempo. Un año más tarde, la Aemps ordenaba la retirada de varios lotes del medicamento por la detección de niveles de impureza N-nitrosovareniclina —un potencial carcinógeno— superiores a lo recomendado. La farmacéutica que lo fabricaba aseguró estar en vías de resolver el problema y continuar con la fabricación, pero nunca más se supo de él. Hasta ahora, si bien será otra empresa la que retome la fabricación y el nombre pasará a ser Vareniclina.
Una buena acogida
"Siempre es una noticia positiva el que haya un nuevo fármaco para dejar de fumar. Cuántas más herramientas y más apoyos, más posibilidades hay de que un fumador abandone el hábito", valora a EL ESPAÑOL Carlos Rábade, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Según explica, tan sólo el 10% de los fumadores que intenta dejarlo por su cuenta, sin acudir a un profesional, consigue dejarlo. La cifra se multiplica por tres con ayuda médica, la cual no sólo incluye la vía farmacológica, también una parte psicológica.
Actualmente, el sistema de salud financia otros dos medicamentos para dejar de fumar: Todacitan y Recigarum. Ambos basan su funcionamiento en el mismo principio activo, la citisina. Al igual que la vareniclina, actúa sobre los receptores de nicotina del cerebro, disminuyendo las ganas de fumar y la sensación de abstinencia. Y, como concluyó una revisión Cochrane, es posible que funcione tan bien como la vareniclina, con menos efectos secundarios.
"Lo que sabemos de la citisina es que tiene una mejor tolerancia, por lo que se recomendaría como tratamiento de primera elección", confirma Rábade. En su opinión, la vareniclina debería quedar reservada para "grandes fumadores que hayan intentado dejar de fumar con otros fármacos y que no lo hayan conseguido". Empezar a aplicar medicina personalizada para abandonar el tabaco sería, para este experto, la siguiente clave del éxito de estos fármacos.
"La citisina puede que no sea tan eficaz, pero tiene menos efectos secundarios, como por ejemplo a nivel digestivo, algo que hace que el paciente lo retire antes o no lo quiera tomar. Eso también hace que los beneficios sean menores y es algo que se debe tener en cuenta", apostilla el médico.
Entre los efectos adversos más frecuentes de la vareniclina, destacan las náuseas, dolores de cabeza, sueños anormales e insomnio. También se advierte de vómitos, estreñimiento o diarrea, distensión abdominal y molestias estomacales.
Luces y sombras
La mayor polémica que acompañó a este fármaco fue la notificación en Europa de casos de síntomas depresivos que incluían ideación suicida. No obstante, no se pudo discernir al cien por cien que fuera consecuencia del medicamento o estar motivo, en cambio, por el hecho de dejar de fumar. Aun así, la Aemps consideró necesario hacer varias recomendaciones: que siempre se utilizara con prescripción médica y tener especial atención con pacientes con alteraciones psiquiátricas.
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Más allá de esto, expertos y estudios siempre han avalado su eficacia y seguridad. Según algunas investigaciones, hasta el 22% de los fumadores mantenía su abstinencia a la semana 52 de haber comenzado el tratamiento.
No hay que olvidar que el tabaco es uno de los principales enemigos de la salud pública. Está comprobado que aumenta las probabilidades de sufrir un infarto de forma prematura y facilita la aparición de 17 tipos de cáncer distintos. El de pulmón, evidentemente, se lleva la palma, pero también afecta sobremanera al de laringe, faringe, boca, vejiga e hígado. "Por eso, la conclusión de un nuevo fármaco es una buena noticia", incide el médico.