Así es el síndrome de inhalación de humos, el gran peligro en incendios como el de Valencia
Aunque son tres tipos diferentes de gases según sus efectos, el más peligroso es el monóxido de carbono.
23 febrero, 2024 13:04La intoxicación por inhalación de humos y gases tóxicos es la principal causa de muerte en los incendios domésticos en España, como el que ha tenido lugar este jueves en el barrio del Campanar, en Valencia.
Los primeros síntomas son toses, ronquera, falta de aliento, dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas y cansancio o sensación de desmayo. Aunque hay más de 60 gases en una combustión completa, se pueden agrupar en tres conjuntos por sus graves efectos en la salud.
Según la estadística que elaboran anualmente la aseguradora Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos, en 2022 hubo 176 muertes por incendios en viviendas. De ellas, la inmensa mayoría (76,1%) se debieron a intoxicaciones por el humo.
[Incendio en un edificio de Valencia, en directo]
El primero de ellos es el de los gases que irritan la mucosa, como el óxido nitroso, el amoniaco o lo fenoles. Producen lagrimeo en los ojos, disfonía, ronquera y, si alcanzan las vías respiratorias inferiores, pueden causar neumonitis química y derivar en sobreinfecciones bacterianas.
"Además del efecto irritante del gas, hay un componente más: la alta temperatura que alcanzan, pudiendo producir quemaduras en la vía aérea", explica Tato Vázquez Lima, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), en un comunicado.
"Los profesionales de urgencias, cuando vemos que las vibrisas están quemadas, suponemos que el gas ha alcanzado grandes temperaturas y que ha ocasionado quemaduras, por lo que procedemos a un aislamiento de la vía aérea para impedir asfixia en consecuencia a este suceso".
El segundo grupo de sustancias tóxicas inhaladas son las materias en suspensión como el hollín, que son pequeñas moléculas que se van depositando por toda la vía aérea y que pueden producir posteriormente neumonitis o infecciones respiratorias.
Además, existe un tercer conjunto de sustancias: los gases no irritantes pero asfixiantes, que la SEMES indica que son los más peligrosos. Se trata del monóxido de carbono y el cianuro. El primero de ellos "produce una fijación: se absorbe muy rápido a través de la vía respiratoria, se fija a la hemoglobina e impide que ésta transporte oxígeno a los tejidos", con lo que las células mueren por falta de oxígeno, explica Vázquez Lima.
Los síntomas habituales por su inhalación son cefaleas y dolor torácico, pero también puede producir náuseas, vómitos o diarrea. "Además, es un gas extremadamente tóxico y no es detectable: es inoloro, insípido… el llamado asesino silencioso".
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El monóxido de carbono es protagonista en invierno con la utilización de braseros o calderas mal adaptadas a la combustión.
El cianuro se produce en la combustión de plásticos y es un gas que produce una absorción muy rápida, impidiendo la utilización de oxígeno por parte de las células.
"Bloquea el sistema citocromo e impide la fosforilación oxidativa de las células", señala el presidente de SEMES. "Lo que hacen las células como respuesta al no poder utilizar oxígeno es empezar un metabolismo anaeróbico que produce una acidosis láctica severa que conlleva la muerte".
En Valencia se ha activado el nivel 1 del Plan de Emergencias frente a un accidente de múltiples víctimas, que incluye la coordinación con unidades de cuidados críticos y, en especial, con la unidad de quemados.
El incendio de un edificio de 14 plantas y 131 viviendas en el barrio de Campanar, que se inició este jueves a las 17:30 horas, se ha cobrado hasta el momento cuatro víctimas mortales y todavía hay 14 personas desaparecidas.
En caso de incendio, SEMES recomienda permanecer agachado y gatear hacia un lugar seguro, mojar un trapo o una prenda de ropa y colocarlo sobre la boca y nariz, y permanecer en una ventana o balcón de la vivienda.
También recuerda que no hay que abrir puertas y se deben tapar las rendijas de las mismas por donde se cuela el humo con un trapo o toalla húmeda.