Hay aficiones que no se comprenden si no se conoce el entorno en el que uno se cría. A la cirujana Marta Pérez (Ávila, 1974), por ejemplo, su pasión por la tauromaquia le viene de sus padres, quienes la llevaban desde bien pequeña a las plazas. Parece que no existió nada antes en su vida, pero no fue así: "Mi interés por la Medicina fue previo al de los toros", cuenta a EL ESPAÑOL.
Desconoce cómo surgió su intención de ser médica, pues es la única que estudió Medicina en su familia. Lo hizo en la Universidad de Valladolid. Aunque cursó la especialidad en Barcelona, en el Hospital del Mar. En la ciudad condal se dio cuenta de lo 'cómoda' que se sentía bajo presión: "Me gusta mucho la cirugía de urgencias".
En el Hospital del Mar veía muchas heridas por arma blanca y de fuego. Por eso, cuando tuvo que trasladarse al Hospital de Zamora empezó a echar de menos las cirugías de urgencias. Era 2006 cuando un conocido, que sabía de su afición por los toros, le propuso trabajar en festejos taurinos. "Fue como matar dos pájaros de un tiro porque mezclaría sus dos aficiones: ir a los toros y la cirugía de urgencias".
La cirugía taurina no es considerada una especialidad en nuestro país. Como explica Pérez, se refiere a aquellas cirugías en las que se atienden los traumatismos que suceden durante un festejo taurino, tanto en la herida por asta de toro como por las contusiones que se producen.
No piensas, sólo actúas
Otra de las características de este tipo de operaciones es que no hay tiempo para pensar: "Puedes pensar después pero, en ese instante, sólo actúas. Haces lo que tienes que hacer, ya sea cortar una hemorragia, estabilizar la vía aérea o atender al traumatismo craneoencefálico". En resumen, cualquier intervención de urgencia con tal de salvar la vida al torero.
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Pérez ha perdido la cuenta del número de festejos taurinos a los que ha acudido como cirujana. Confiesa que, en estos casos, la sensación no es la misma: "No es que no sepas apreciar si están haciendo una buena faena. Pero lo disfrutas de forma diferente porque tienes otras preocupaciones".
Uno de sus casos más sonados se produjo en enero de 2022, cuando Pérez salvó la vida al diestro salmantino Manuel Diosleguarde en la plaza de toros de Cuéllar (Segovia). Consiguió recuperar el pulso del torero que llegaba moribundo después de perder litros de sangre por la femoral de su muslo derecho. "Cuando hay un traumatismo vascular importante o una herida por asta de toro, corre peligro la vida del torero", apunta.
El pasado año también tuvo que atender una urgencia muy similar. Fue durante el encierro del Toro de la Vega. "Un corredor sufrió una cornada en el suelo de la boca y en la ingle", recuerda, "en estos casos, tienes que decidir cuál atender primero".
Correr delante del toro
Pérez diferencia entre los toreros profesionales y quienes deciden correr delante de un toro en las fiestas de su pueblo. De los primeros valora la valentía que tienen incluso en la mesa de operaciones, "cuando ven la otra cara de la moneda". Hay veces en las que no comprende cómo vuelven a salir a torear tras la operación.
En las fiestas de los pueblos se encuentra con distintos tipos de corredores: "Los hay que están en perfectas facultades. Pero también los que tienen unas copas de más y se encuentran delate de un toro por casualidad". Otro perfil es el de "los abuelos": "Pueden tener 85 años y muchos patologías que, aunque veamos el peligro que supone, ellos lo hacen, porque es lo que han hecho toda su vida".
A ello se le suma que hay encierros que tienen kilómetros de distancia. "Si la enfermería la tenemos montada en un sitio y hay una cornada al otro lado del recorrido...", desliza Pérez, quien reclama una mejora en la seguridad de los festejos taurinos. Las corridas de toros, eso sí, están más protegidas que los festejos taurinos populares.
Quedan pocos cirujanos taurinos
Atrás han quedado las "operaciones con las carnes abiertas y sin anestesia": "Ahora todo es diferente". Aun así, cree que si hay pocos cirujanos taurinos es, entre otros motivos, porque trabajan en un medio que no es el suyo. "¿Para qué vas a querer ir a trabajar a un festejo taurino, donde no tienes un quirófano perfectamente preparado?".
Esto provoca, en su opinión, que la mayoría de sus compañeros prefieran decantarse por un hospital. También influye que para los médicos es un tipo de cirugía bastante desconocida, puesto que no les suelen formar en heridas por asta de toro en la carrera ni tampoco en la residencia (excepto si el residente está en un hospital cercano a un pueblo con un gran número de festejos taurinos).
En la actualidad, sólo hay un máster en Valencia con el que el sanitario se puede especializar en heridos por asta de toro. Pérez no necesitó de esta formación para adquirir "una amplia experiencia" en cientos de festejos taurinos. Éste ha sido el motivo, junto con "su entregada vocación", por el que ha recibido recientemente el Premio Castilla y León de Tauromaquia 2023.
Es la primera vez que este galardón se entrega a un médico. "Me hace mucho ilusión porque me lo da la gente de los toros, de mis pueblos, de las peñas taurinas", asegura. Además, nunca antes se había dado este premio a una mujer.
En este sentido, Pérez reconoce que el mundo de los toros es un mundo de hombres. Aunque cada vez menos: "Las mujeres tenemos cabida en el mundo de los toros. Hay veces que vamos a una corrida y todas somos mujeres, desde la cirujana hasta la que conduce la ambulancia".
Sin toros, menos fiesta
El actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, aseguró que hay una mayoría de españoles con cada vez más sensibilidad por los derechos de los animales y que no comparten el maltrato animal, tras ser preguntado en el pleno del Senado sobre si considera la tauromaquia parte de la cultura.
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"Creo que hay muchísima afición a los toros", espeta Pérez. "Cualquier fiesta de un pueblo en la que no hay toros, es menos fiesta". La cirujana abulense cree que no tienen por qué avergonzarse por su afición a la tauromaquia: "Debemos estar orgullosos de nuestras tradiciones".
Preguntada por una posible prohibición de las corridas de toros, Pérez se muestra tajante: "En un mundo en el que queremos ser cada vez más libres, debemos evitar prohibirlo todo. Puedes no ir si no te gusta. Pero prohibirlos me parece un retroceso, sinceramente", concluye.