Cuando buscamos alargar la vida sin dejar de lado calidad de vida, no podemos ignorar la dieta. Si bien existen múltiples factores de estilo de vida a tener en cuenta -incluyendo la actividad física, las relaciones sociales o el aire libre-, se sabe que la alimentación adecuada sería clave para superar los 100 años.
El célebre investigador Dan Buettner es el hombre que descubrió y popularizó las 'zonas azules', las zonas del planeta donde la esperanza de vida de sus residentes supera la esperanza de vida media. En estos lugares -desde la isla de Córcega en el Mediterráneo a la de Okinawa en Japón- sus habitantes a menudo superan los 90 o 100 años, incluso los 110 en algunos casos.
Además de hacer hincapié en los ya mencionados factores de estilo de vida, Buettner se percató de algunas decisiones dietéticas esenciales para los centenarios. De hecho, él mismo ha incluido cambios en su alimentación, notablemente en lo que desayuna.
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1. Comer en un plazo de 10 a 12 horas
Hace apenas unos años, la crononutrición era un término poco conocido e incluso denostado en la comunidad científica. Hoy en día sabemos que respetar los ritmos circadianos y el horario de las comidas también afecta a la salud. El consejo de "comer 5 veces al día" forma parte del pasado.
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Según explica Buettner, "las personas más longevas del mundo consumen la mayor parte de sus calorías en un periodo de aproximadamente 10 o 12 horas. Por eso normalmente solo hago dos comidas al día".
Buettner hace su primera comida alrededor de las 11:00h, y la segunda alrededor de las 19:00h. Según explica, su estilo de vida en Miami le obliga a hacer mucha vida de noche, motivo por el cual alarga el desayuno hasta las 11:00h. Sin embargo sería plausible realizar tres comidas y seguir respetando este mencionado periodo de 10-12 horas.
2. Desayunar y cenar judías
Según la investigación de Buettner, las personas que consumen unos 240 gramos de judías al día ("una taza" en la medida estadounidense) tienden a vivir hasta cuatro años más respecto a quienes no las consumen.
"Siempre compro judías y trato de incluirlas en ambas comidas. Empiezo el día con minestrone sardo, que contiene tres tipos de judías y cinco tipos de verduras".
Buettner también suele asociar pimiento rojo, rico en capsaicina, la cual ayuda a acelerar el metabolismo. También suele usar especias con potencial antiinflamatorio, como orégano y romero, las cuales también son ricas en antioxidantes.
3. Salir a comer a menudo
En este punto, Buettner reconoce que salir a cenar casi todas las noches no se alinea con una "dieta de longevidad", pero él siente que es una parte de su vida que no necesita cambiar. Así mismo, es consciente de que es difícil comer sano cuando come fuera, pero intenta comer productos de origen vegetal.
Según explica el investigador, cuando come en restaurantes suele buscar guarniciones de origen vegetal como espinacas o patatas asadas. También le gusta acudir a restaurantes de estilo indio, cuyos platos son a base de plantas, tofu o garbanzos, ingredientes de origen vegetal y libres de las grasas saturadas de la carne.
4. No comer carne
Para finalizar, Buettner aconseja comer muy poco o nada de carne. Según explica, "la gente de las zonas azules suele comer poca carne", en comparación al estadounidense promedio, que consume alrededor de 100 kg anuales. En las zonas azules, según explica el investigador, la media de consumo de carne se situaba alrededor de los 10 kg al año.
Aún así, y a pesar de sus propias convicciones y gustos, Buettner refiere que no es partidario de abandonar totalmente la carne. "Creo que una dieta de longevidad probablemente tenga espacio para la carne una vez a la semana aproximadamente, algo no demasiado dañino".