España se encuentra ante el peor brote de tosferina vivido en los últimos años. En las primeras seis semanas del presente año, de hecho, ya se han superado en más de 300 casos las cifras totales del año pasado. No obstante, en 2023 falleció un lactante en su primer mes de vida, sin condiciones de riesgo.
Así lo ha recogido el informe del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. El citado documento también apunta que la madre no se había vacunado durante la gestación. El pasado año se registraron un total de 2.560 casos de tosferina, aunque el porcentaje de casos hospitalizados apenas superó el 5%.
En España, la vacunación frente a tosferina se introdujo en la década de 1960 con la vacuna combinada DTP. Desde finales de la década de 1990 la vacuna celular frente a tosferina se sustituyó progresivamente por la vacuna acelular (DTPa). Desde 2005, la vacuna acelular es la que se administra en todas las dosis del calendario vacunal.
No fue hasta 2016 cuando se introdujo la vacunación de las embarazadas a partir de la semana 27. Un año antes se había alcanzado el pico de máxima incidencia, con 19,9 casos por 100.00 habitantes. Durante el periodo pandémico (que va desde 2020 a 2022), la incidencia de tosferina se redujo de forma drástica.
En 2023 la enfermedad ha experimentado un rápido crecimiento marcando el inicio de una nueva onda epidémica. También se ha producido una alteración en el patrón estacional: durante los años previos a la Covid-19, el mayor número de casos de tosferina se daba en primavera y verano, mientras que el pasado año el pico se ha retrasado hacia el segundo semestre.
Inmunizar a los gestantes
Con respecto a la vacunación, la primera dosis en niño se da entre los 2 y los 4 meses, por lo que inmunizar a los gestantes protege durante los tres primeros meses de vida del niño. Pese a este trágico suceso, lo cierto es que las coberturas de primovacunación se han mantenido por enncima del 90% en nuestro país.
Las muertes por tosferina en España no han superado los 10 casos en las dos últimas décadas. Los peores datos se dieron en 2015 y 2011; en ambos casos se produjeron un total de ocho defunciones.
La tosferina es una infección causada por la bacteria Bordetella pertussis o
Bordetella parapertussi. Su gravedad depende tanto de la edad como de los antecedentes de vacunación. Así, en adolescentes y adultos la enfermedad puede ser leve. Sin embargo, en los menores de seis meses, y en especial en los menores de tres (que aún no han recibido dos dosis de vacunación), la tosferina presenta riesgo de complicaciones y mortalidad.
De hecho, un informe epidemiológico sobre el impacto de la tosferina en España entre 2005 y 2020, elaborado también por el Instituto de Salud Carlos III, estima que el 91,7% de las hospitalizaciones ocurre en menores de 1 año. La tasa de hospitalización en esa edad es 100 veces mayor que en los niños de entre 1 y 4 años y 1.000 veces mayor que entre aquellos de 5 a 14 años.
Aunque, como ya han apuntado varios pediatras a EL ESPAÑOL, la tosferina no supone una enfermedad problemática desde el punto de vista epidémico, como puede ocurrir con el VRS. No obstante, los especialistas recuerdan la importancia que tiene la vacunación para evitar cualquier tipo de riesgo con esta enfermedad; sobre todo en los menores. Según el último Informe epidemiológico sobre la situación de la tosferina en España, el 45,1% de las hospitalizaciones en 2023 ocurrieron en niños menores de un año y 29 (26,1%) en mayores de 50.