Desmurget, el sabio contra los 'cretinos digitales': "A un alumno español de secundaria en Japón lo mandarían a primaria"
"Dar un portátil a cada niño como hace Cataluña es una estafa intelectual" / "El nivel se hunde en ciencia y matemáticas en España. Es subdesarrollo intelectual" / "Si das tablets a los niños en la escuela, no las usan para aprender".
10 abril, 2024 02:25Michel Desmurget es doctor en neurociencia, formado en el MIT y la Universidad de California, y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia. Pero es conocido sobre todo como divulgador especializado en los efectos nocivos del uso de las pantallas en el rendimiento y el aprendizaje de los niños. Su obra La fábrica de cretinos digitales ganó el premio de ensayo Femina de las letras francesas, y ahora regresa con Más libros y menos pantallas: cómo acabar con los cretinos digitales.
Desmurget afirma que no viene a regañar a nadie, pero su locuacidad combativa tiene reproches para todos: "estafadores educativos" y "subdesarrollados intelectuales" se suman a los "cretinos digitales". La entrevista comienza con las disculpas del investigador por llegar una hora tarde a su cita con los periodistas. Desde su editorial se encogen de hombros: al parecer, no tenían modo alguno de calcular cuánto se tarda en atravesar el tráfico de Madrid un lunes por la mañana. El tecno-escepticismo también es esto: romanticismo en deuda con el tiempo y la paciencia de los demás.
¿Cómo definiríamos a un 'cretino digital'? Y más importante todavía: ¿cómo podemos saber si lo somos o no?
Elegí esa expresión para provocar, sacudir y despertar las conciencias. Un cretino digital es un niño al que le han quitado parte de lo que le hace humano: su lenguaje, su conocimiento, su capacidad de concentración, y buena parte de su inteligencia social y empatía.
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¿Se relaciona esta condición de 'cretinismo digital' con una pérdida de capacidades intelectuales y cognitivas?
Así es, y me parece absolumente indiscutible. La inteligencia está disminuyendo de forma notable desde hace 20 años. Y la sorpresa es que no descienda más. Me consta que han cambiado los tests de inteligencia para incluir cosas como la capacidad de reacción adiestrada por los videojuegos. ¡Pero yo preferiría que mi hija no fuera tan buena con 'Super Mario' y fuera en cambio capaz de reflexionar con palabras!
¿Cómo se está deteriorando esta relación entre inteligencia y lenguaje?
La inteligencia verbal depende del vocabulario y de los conocimientos generales que tenemos sobre el mundo. Nos dará la capacidad para sintetizar, gestionar y organizar nuestro cerebro. Pero es la pescadilla que se muerde la cola: a causa de las pantallas, los niños son menos aptos cuando llegan a la escuela, y por tanto se les exige menos. Además, esta inteligencia depende de las interacciones verbales, la lectura, la calidad del sueño, toda una serie de factores íntimamente alterados por las pantallas.
No obstante, también se han determinado ciertos beneficios neurocognitivos en el consumo de productos audiovisuales.
Sí, soy consciente de que se usa el concepto de "atención" en los videojuegos para confundirlo con el de "concentración". Una cosa es la percepción del mundo externo y otra la función interior. Y estamos viendo niños en los países europeos cuyas capacidades intelectuales se están deteriorando. El nivel en matemáticas y en ciencia en España, por ejemplo, se está desplomando. Entre 2018 y 2022 se ha perdido un año escolar: los chavales de 13 años tienen el nivel de los de 12 de hace seis años.
¿En qué medida ha impactado la pandemia, en la que las pantallas han ocupado un espacio predominante en la vida de los jóvenes?
Los últimos resultados de PISA se han desplomado, y hay quien culpa a la pandemia, pero los datos nos dicen que el hundimiento del nivel viene de antes. Y no hemos encontrado vínculos entre el cierre de las escuelas y la disminución de las competencias de los niños. En cambio, sí hemos visto una 'orgía' de pantallas que continúa pese al fin del confinamiento. Siempre pensamos que hemos tocado fondo, pero desde comienzos del 2.000 no ha hecho más que empeorar.
El problema, como explica, es que este aumento del tiempo de pantalla resta directamente tiempo a la lectura de los niños.
Eso también es interesante, porque la gente te dice: "depende de lo que hagan con las pantallas". Pero es evidente que no están leyendo Guerra y Paz o buscando tutoriales para resolver ecuaciones. El principal consumo de pantalla, fagocitando el 80-90% de la actividad, se hace a través de la televisión, a cualquier edad, incluyendo Netflix y Youtube. A continuación, los videojuegos. Y finalmente, las redes sociales, que llegan con la adolescencia. Un curso escolar en Francia suma entre 850 y 860 horas: si juntamos todo el tiempo de pantalla de los tres a los dieciocho años, sumarían el equivalente a 27 cursos escolares. Y los efectos son muy negativos.
¿La tendencia no es la misma en todo el mundo?
No. Hay una caída al final de la Primaria en todos los países de la OCDE que detecta PISA. Ocurre en Francia, en España, en Alemania, en EEUU... pero los países asiáticos la superan de un modo infinitamente mejor. Si un alumno español o francés de primer año de instituto fuera a estudiar a Singapur o Japón, lo mandarían de vuelta a Primaria por su nivel de lectura. Es una brecha absolutamente colosal.
¿Hay que prever por tanto un 'sorpasso' a nivel educativo de los países asiáticos sobre los occidentales?
Creo que eso es lo que ha provocado un movimiento de reacción. Sabíamos que las pantallas eran perjudiciales, pero prevalecía una idea odiosa. "No necesitamos mucha gente inteligente, con que haya un 5-10% de listos para hacer funcionar la economía bastará. Que el resto trabaje en McDonalds". Pero ahora nos damos cuenta de que el nivel de desarrollo de un país depende del nivel de educación general de su población. Cuando Rusia lanzó el Sputnik, EEUU se asustó tanto que relanzó por completo su sistema educativo. Ahora, el descuelgue de España, de Francia, de Europa con respecto a Asia es tan enorme, estamos tan subdesarrollados intelectualmente, que se está convirtiendo en un problema para nuestras economías.
Me ha agradado encontrarme en el libro una cita del español Baltasar Gracián aplicada a la educación: "Lo que poco cuesta, poco vale".
Sí, y esa es la falacia de lo digital. Para comprobar si la plasticidad cerebral de un niño está estructurando su cerebro, mediremos su nivel de fatiga. Leer o practicar música cansa al cerebro porque lo restructura profundamente, crea vías que conducen a la maduración. Pero si ve series de Netflix durante ocho horas, se cansará la vista, no el cerebro. No nos damos cuenta del esfuerzo, pero hace falta 20 años para crear un lector. Aprender a leer es aprender un nuevo lenguaje, otra manera de descodificar. Un buen lector alcanza las 280 palabras por minuto y se alcanza ese nivel justo antes de entrar en la Universidad. La recompensa está al final del camino, y requiere más esfuerzo del que se emplea en jugar a Fortnite.
Usted subraya el papel de los padres: no podemos exigir a los niños que lean si nosotros mismos hemos dejado de leer.
El niño aprende por mimetismo: si separas a dos hermanos gemelos y uno se educa en un hogar lleno de libros, alcanzará tres años y medio más de educación que el otro hermano. Una familia con libros aprecia y trasmite la lectura como parte de su identidad. Yo no quiero culpabilizar a los padres, quiero informarles: un niño nunca será lector si no hacen su parte. A los 10 años, la diferencia entre un lector y uno que no lee será de 5.000 palabras. Y nos dicen, "pero es que hay desigualdades en España y Francia. ¡Somos muy malos!". De acuerdo, entre el 25% de los niños más desfavorecidos y el 25% de los más ricos hay una diferencia de 5 años de educación. Pero en los ghettos de Sudáfrica, con madres analfabetas, se realizó una campaña de libros con imágenes. Los leían con sus hijos, y tuvo enormes beneficios.
Usted pone el ejemplo del programa 'Un portátil por niño' de Cataluña, con un coste ingente que sin embargo no se traduce en una mejora del nivel.
Todos estos proyectos, desde el de Cataluña al One laptop per child, son una estafa intelectual odiosa. Los estudios son unánimes y demuestran que cuando das tablets a los niños para supuestamente desaturar la escuela, nunca las usan para aprender. Las usan para ver vídeos y jugar a videojuegos. Es dinero tirado a la basura. Incluso con equipos docentes extremadamente motivados y un programa sólido de desarrollo digital, el efecto es insignificante. Y lo peor es que se usan para reemplazar a los profesores que faltan, haciendo creer a los padres que es un beneficio educativo cuando es una catástrofe. Suecia está dando marcha atrás con su programa de digitalización después de desplomarse en PISA.
¿Pero no es una ventaja que los alumnos adquieran tempranamente competencias digitales?
Es que los 'nativos digitales' son un mito. Una leyenda urbana. Se supone que por haber usado dispositivos desde pequeños son 'cracks' de la informática. Pero los estudios en toda Europa demuestran que sus competencias al alcanzar la adolescencia son preocupantes. Las clases telemáticas durante la Covid fueron tan mal porque los chavales carecían de habilidades básicas: usar los buscadores, los sistemas operativos, los procesadores de texto... Saben usar cosas como Facebook o Instagram que han sido diseñadas para ser tan fáciles como un cepillo de dientes, en palabras de Silicon Valley. Por supuesto que deben aprender informática, pero sobre los 15 años.
¿Por qué es tan importante leer a los clásicos? ¿Y memorizar palabras y construcciones que quizás no emplearemos nunca en la vida diaria?
La complejidad del lenguaje es una riqueza a preservar. Y el niño encontrará en un libro frases más largas, más vocabulario y más tiempos verbales que en un cómic o un manga. Yo no tengo nada contra esos formatos, es cuestión de espacio: el texto sólo entra en los bocadillos con los que hablan los personajes. Los estudios demuestran que la lectura de libros tiene un efecto extremadamente positivo en el desarrollo del lenguaje, de la lectura y de los resultados escolares, pero el cómic y el manga no. Lo mismo pasa con Internet: lo que van a leer ahí es tan pobre que no va a tener ningún efecto en su desarrollo del lenguaje.
Sin embargo, nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido y desarrollar el hábito lector.
No, porque ahí hay una trampa: estamos subestimando los aspectos acumulativos. Como cuando empiezas a fumar a los 20 y te diagnostican cáncer a los 45. Hay estructuras que se forjan mediante neuroplasticidad con facilidad en la infancia y que serán muy útiles y fundamentales en la edad adulta. Y ayudan a desarrollar la creatividad, la inteligencia emocional... te meten "dentro de la cabeza" de los personajes de un modo que no alcanza el cine. No es casualidad que los niveles de empatía hayan caído y se hayan disparado las escalas de narcisismo desde los años 80, coincidiendo con el abandono de la lectura.