Los diagnósticos de cáncer de páncreas se han ido incrementando en los últimos años en ambos sexos y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha calculado que en este año se producirán casi 10.000 nuevos casos. Si bien no es uno de los cánceres más diagnosticados, algunos de sus tipos sí que se encuentran entre los más agresivos que existen. El adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC) es uno de ellos: la tasa de supervivencia a cinco años sólo alcanza el 8% de los pacientes diagnosticados.
Sin embargo, la investigación en este campo avanza: un estudio dirigido el doctor Óscar Aguilera Martínez desde la Fundación Jiménez Díaz y cuyas autoras principales son Aiora Cenigaonandia-Campillo y Ana García Bautista ha identificado que la vitamina C puede mejorar la eficacia de la quimioterapia en la reducción del PDAC. Las opciones de tratamiento con las que contamos actualmente están basadas en sesiones estándar de quimioterapia, pero, dada la naturaleza quimiorresistente de este tipo de cáncer, se necesitan urgentemente terapias más efectivas que puedan alumbrar nuevos enfoques terapéuticos.
La quimioterapia, en este sentido, ha demostrado hasta ahora mejorar la supervivencia global de los pacientes en aproximadamente cinco meses. Ahora bien, este equipo de investigadores, coordinado por Jesús García-Foncillas, director del Departamento de Oncología Traslacional de la Fundación Jiménez Díaz, a través de su Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD) y grupos de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), coordinados por su vicerrectora de Investigación, Estrella Núñez Delicado, ha descubierto que ciertas dosis farmacológicas de vitamina C pueden inhibir el crecimiento de las células tumorales pancreáticas y hacerlas más sensibles a la quimioterapia estándar.
Quimioterapia potenciada
Este estudio se propuso explorar el potencial terapéutico de la conocida vitamina C, cuya deficiencia en el organismo ya se ha relacionado con múltiples enfermedades. Entre estas se encuentran el cáncer, las enfermedades autoinmunes, la arteriosclerosis o la depresión. En este caso, el equipo se centró en comprender cómo esta vitamina puede afectar al metabolismo oncológico, una huella molecular presente en la mayoría de los tumores, también en los de páncreas.
Para realizar este ensayo, se realizó una aproximación preclínica donde se injertaron células tumorales y muestras de tumores pancreáticos humanos portadores de la mutación KRAS en un modelo animal para después ser tratado con un tratamiento quimioterapéutico que combinaba gemcitabina y vitamina C. El estudio ha demostrado que la acción combinada de la vitamina C con la quimioterapia estándar produjo una inhibición tumoral de hasta un 85%, frente al tratamiento convencional que emplea sólo quimioterapia que logró retrasar el crecimiento de los tumores entre un 50% y un 60%.
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La vitamina C parece inducir la destrucción de células cancerosas impactando en dianas genéticas relacionadas con la síntesis de lípidos y la ruta molecular de producción de citrato, una molécula implicada en la metástasis del cáncer de páncreas. De esta manera, se potencia la eficacia del tratamiento convencional con quimioterapia. El hallazgo sugiere, por tanto, que la vitamina C puede ser una herramienta útil en el tratamiento del cáncer de páncreas y, especialmente, en aquellos casos en los que se produce resistencia a la quimioterapia.
El tratamiento combinado con vitamina C podría llegar a considerarse una opción clínica para mejorar la respuesta de los pacientes de esta enfermedad devastadora. Ahora bien, aunque sin duda se trata de un descubrimiento esperanzador, para verlo en la clínica todavía queda profundizar en la investigación.