Hasta el 43% de la población mundial padecía una enfermedad del sistema nervioso en el año 2021, según asegura un estudio reciente de The Lancet Neurology. Entre ellas, una de las más repetidas era la migraña, que en España afecta al 12% de los habitantes. Esto se traduce en nada menos que cinco millones de españoles que viven con dolores de cabeza recurrentes, más o menos intensos. Las migrañas pueden ser episódicas, cuando la cabeza duele menos de quince días cada mes, o crónicas, cuando se supera esta frecuencia.
Pues bien, la Sociedad Española de Neurología (SEN) calculó que un millón y medio de estas personas convive con la forma crónica de la enfermedad y que cada año se suma a ellos un 3% de quienes padecen migraña episódica. "El dolor de cabeza de la migraña suele venir de un lado, lo llamamos semicraneal. Se describe como un latido o una pulsación y suele venir con náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al ruido", explica Pablo Irimia, coordinador del grupo de estudio de cefaleas de la SEN.
Aunque el dolor de cabeza es el rasgo más característico de esta enfermedad, casi el 70% manifiesta síntomas como el mareo, la fatiga o la dificultad para concentrarse, y el 30% tiene estas crisis de dolor con aura, que son trastornos visuales, falta de sensibilidad o dificultad para expresarse. "Además, las personas con una crisis de migraña experimentan un empeoramiento con la actividad física y les obliga a permanecer tumbados", describe Irimia. Por esta razón, la migraña es la primera causa de discapacidad en los menores de 50 años.
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Las crisis de migraña repercuten, por tanto, en la productividad de estos pacientes: las personas con la forma crónica de la enfermedad se ausentan del trabajo hasta 14,6 días al año y el 10% de los trabajadores con migraña reduce su jornada más de doce horas semanales. Los costes derivados de estas crisis han generado cierto estigma en los pacientes que padecen esta enfermedad. Estos datos proceden del Libro blanco de la migraña en España, que cuenta con el aval de hasta cinco sociedades médicas, y ha calculado la prevalencia de esta enfermedad por comunidades autónomas.
Diferencias territoriales
La comunidad autónoma con más prevalencia de migraña en España es Canarias, donde se ha registrado un 18%, seguida de Murcia (17,3%) y de Cantabria (17,3%). Por el contrario, la comunidad con una prevalencia menor es Navarra, que presenta un 7,6% de prevalencia. Las dos siguientes comunidades autónomas con menor prevalencia de migraña son Castilla-La Mancha (7,9%) y Aragón (9,2%). Pero, ¿a qué pueden deberse estas diferencias entre los diferentes territorios de nuestro país?
Tal y como explica Patricia Pozo-Rosich, jefa de sección de Neurología y responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, en esta entrevista para EL ESPAÑOL, "hay estudios que afirman que la migraña crónica es más frecuente en personas que viven en entornos con un nivel socioeconómico más bajo". En cualquier caso, Pozo-Rosich sostiene que el sistema público en España es bueno y atiende a todo el mundo, por lo que podría tener más que ver con la cultura que con el dinero.
La experta también explica que la migraña se ha relacionado con otros factores como la obesidad, la falta de sueño, los cambios hormonales y algunas edades. Además, hasta el 80% de las personas con migraña son mujeres, generalmente, entre los 20 y los 40 años. A pesar de estos datos, Irimia explica que las cifras por comunidades podrían no ajustarse a la realidad: "El estudio estaba pensado en origen para analizar la frecuencia de la migraña en la población española. Habría que hacer un estudio en cada comunidad autónoma para establecer la frecuencia real".
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Esto podría suponer todo un reto porque la migraña es una enfermedad infradiagnosticada en España. Irimia sostiene que hasta el 40% de las personas que viven con migraña no acuden al médico a consultar por esta dolencia. "Una de las razones se debe a que en su familia hay antecedentes de migraña y asumen que es un problema sin solución. Utilizan las mismas estrategias de sus familiares, pero el tratamiento de la migraña ha evolucionado positivamente. Ahora podemos dar medicamentos que hace cinco años no podíamos ofrecer", explica Irimia.
Medicamentos novedosos
Alrededor del año 2017 surgieron una serie de medicamentos en el mercado, conocidos como antagonistas del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP, por sus siglas en inglés). Este CGRP resultó ser una proteína que se encuentra elevada en los pacientes con migraña, uno de los pocos biomarcadores que existen para esta enfermedad. "Ahora tenemos anticuerpos monoclonales, que se unen a este CGRP o a su receptor y hacen que el dolor se reduzca progresivamente, y antagonistas de CGRP o gepantes, que disminuyen la frecuencia de las crisis de dolor de migraña", cuenta Irimia.
Estos nuevos medicamentos han demostrado servir a más pacientes y, además, se toleran mucho mejor que los tratamientos anteriores, por lo que las personas que tenían esos fármacos contraindicados ahora pueden tomar estos. "Por eso, pedimos que las personas que tienen migrañas, y que están tomando analgésicos con mucha frecuencia, vayan al médico porque necesitan una medicación preventiva. El alto consumo de estos analgésicos sin receta puede derivar en cefaleas por abuso de medicamentos", advierte Irimia.
Otro de los medicamentos que sigue teniendo mucho éxito en el tratamiento de la migraña crónica es el botox, pero Irimia reconoce que todavía no se sabe exactamente por qué resulta tan beneficioso. "Se piensa que, en parte, disminuye la liberación de este CGRP. Lo que sí está claro es que el dolor de cabeza no se reduce por el efecto relajante que tiene el botox en los músculos. Se probó para tratar las cefaleas tensionales, que son las más frecuentes en la población general y se producen porque se contracturan músculos. Sin embargo, en estos dolores de cabeza el botox no era tan efectivo", resume Irimia.
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En el futuro los científicos esperan encontrar más biomarcadores, moléculas cuya presencia en el cuerpo se asocia directamente con la enfermedad. Hasta ahora el diagnóstico de la enfermedad se produce a través de los síntomas que el paciente manifiesta tener: "Parece que se le resta credibilidad a lo que dice el paciente, se le hace menos caso del que debería", denuncia Irimia. Además, tanto Irimia como Pozo-Rosich en el artículo de EL ESPAÑOL que se cita más arriba, apuntan a la necesidad de que los pacientes acudan antes a la clínica para evitar que sus migrañas lleguen a estadíos más difíciles de tratar.