Los enfermos de obesidad mórbida son uno de los colectivos más castigados socialmente debido a la ya denominada 'gordofobia'. Durante las últimas décadas, la brecha se ha hecho aún más profunda debido a la aparición de las redes sociales, en las que miles de personas critican, insultan y muestran su desaprobación a diario desde perfiles anónimos.
Sin embargo, Internet no es el único ámbito en el que las personas que padecen esta condición se sienten discriminadas. Como ya han expresado algunas influencers que visibilizan este problema, las tallas de la ropa, los espacios públicos y los mismos estigmas sociales también son un problema para ellas.
El pasado mes de febrero el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León rechazó la incapacidad permanente absoluta a una empleada del hogar de 57 años con obesidad mórbida, alegando que podía desempeñar labores que no requieran esfuerzo físico. Esto ha abierto un nuevo debate: ¿Sufren las mujeres con obesidad mórbida discriminación laboral? ¿De qué manera afecta esta enfermedad a la forma de trabajar?
Las cifras no mienten
Desde el año 1990, la cantidad de personas obesas en el mundo se ha duplicado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, un 33,5% de mujeres tenían sobrepeso u obesidad en el año 1987, mientras que en 2020 la cifra aumentó hasta un 46,1%, como afirma la Encuesta Europea de la Salud en España (2020). Las comunidades autónomas con menor porcentaje de mujeres que padecen obesidad son Melilla y Castilla-La Mancha, según los datos del Ministerio de Sanidad.
Estas cifras se basan en el Índice de Masa Corporal (IMC) un dato obtenido de la siguiente fórmula: peso (kg) / [altura (m)]2
Si el resultado de la operación es superior a 30, el Ministerio de Sanidad considera que corresponde con un diagnóstico de obesidad.
[La obesidad y el sobrepeso se disparan en España: ya los sufren el 55% de los adultos españoles]
La obesidad: un problema de salud pública
"Esta enfermedad no entiende de países, ni de ricos o pobres. Dicen que es la gran pandemia del siglo XXI porque las cifras de obesidad han ido aumentando paulatinamente desde mediados del siglo pasado", explica Carmen Hernández Pérez, jefa del equipo de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital Ruber Internacional.
Una de las causas fundamentales del aumento de la obesidad fue la incorporación de la mujer al mundo laboral en Estados Unidos, porque los hábitos alimentarios cambiaron en las familias por la falta de tiempo para cocinar. Además, se deterioró a su vez la oferta alimentaria de los mercados a causa de las ventas de productos superprocesados.
Carmen Hernández: "Cada vez somos más sedentarios. Antes no había tantos coches ni mandos a distancia".
"La obesidad se puede prevenir, pero tiene que hacerse desde diferentes planos", explica la doctora Hernández. "Hay que combatir el sedentarismo y promover buenos hábitos desde el plano gubernamental. No puede ser que un menú completo de comida rápida cueste dos euros y un kilogramo de plátanos cueste dos y medio".
"Mala compañera de vida"
Las pacientes con obesidad mórbida tienen multitud de alteraciones. Carmen Hernández las enumera: "Diabetes, problemas digestivos y de fertilidad en las mujeres, trastornos respiratorios y cardiovasculares, problemas traumatológicos por soportar más peso del que el esqueleto puede, cáncer como el de mama, dificultades en la esfera emocional y afectiva…".
Carmen Hernández: "La obesidad es la segunda causa de muerte evitable después del tabaco".
Los motivos de obesidad son múltiples. Puede deberse a una predisposición genética, pero esta se verá agravada por los hábitos de vida. También hay otros muchos factores: "En mujeres, es habitual tras el embarazo o en deportistas profesionales, al dejar su disciplina y abandonar su vida activa", explica la doctora.
"Indudablemente, es una enfermedad que limita la productividad laboral. Las bajas son más comunes y el rendimiento es inferior, sobre todo en profesiones que requieren mayor esfuerzo físico. También tienen dificultades para encontrar un trabajo, mantener el que tienen o promocionarse dentro de la empresa", termina diciendo Carmen Hernández.
Discriminación laboral por padecer obesidad mórbida
"En principio sí puede ser un motivo de discriminación porque el empresario puede anticipar dificultades a la hora de trabajar", explica Alejandra Gutiez Sainz-Pardo, abogada laboralista y miembro de ASNALA (Asociación Nacional de Laboralistas). "El contratante asocia sus condiciones físicas con permisos por futuras pruebas médicas o incluso bajas laborales, y eso puede eliminar a esta persona de la ecuación a la hora de contratar".
La abogada Diana Santos apoya la opinión de Alejandra: "Un estudio del Instituto de Estudios Laborales afirma que las mujeres con obesidad mórbida cobran un 9% menos que las que no padecen esta enfermedad", añade. Esto se debe a que dichos perfiles no tiene acceso a altos cargos de trabajo y su remuneración es menor.
"En estos casos, la función del empresario puede ser decisiva a la hora de garantizar la igualdad de todos sus trabajadores. Hay puestos que son completamente accesibles para cualquier tipo de perfil; y si pueden adaptarse a una persona con problemas de espalda, también lo deberían hacer con una mujer con obesidad mórbida", comenta Alejandra Gutiez.
Una ley para luchar contra la discriminación de peso
Si eres mujer y padeces obesidad mórbida, la ley 15/2022 para la igualdad del trato y la no discriminación puede ser de gran ayuda para ti, como apunta Alejandra Gutiez. Esta ley contempla la discriminación por temas de sexo, raza, religión, opinión y, por supuesto, también engloba los casos de enfermedad.
"El Tribunal de Derechos de la Unión Europea sostiene que esta enfermedad es un motivo discriminatorio. Sin embargo, dictaminó el 16 de diciembre de 2014 que la obesidad mórbida no es considerada una discapacidad", comenta Diana Santos.
Sea como sea, la obesidad mórbida no debería ser tema de discriminación o, como diría Mara Jiménez, un motivo de odio. Pues, aunque algunas empresas ya trabajen en campañas de promoción de hábitos saludables o se hayan abierto a novedosas medidas como el abono de la cuota del gimnasio, todavía queda mucho camino por recorrer.