Alerta por el cólera: las reservas de vacunas se agotan mientras los brotes se multiplican sin cesar

En enero de 2023 la propia OMS calificó el cólera como una emergencia de grado 3, su nivel interno más alto para emergencias, y un año después sigue igual. En el último año se produjo un aumento de los países que solicitaban dosis urgentes para vacunar a su población y hacer frente a los brotes que surgían. 14 países pidieron 76 millones de viales, pero solo estaban disponibles 38 millones, la mitad. Normalmente se cuenta con unos 70 millones, detalla Rivas para hacer la comparativa. 

Las vacunas que se podían usar se aplicaron en una sola dosis, lo que reduce la capacidad de protección. La pauta completa incluye dos dosis y puede inmunizar a quien la recibe durante unos cuatro años. Reducida a la mitad, la duración es de entre seis meses y dos años.

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Uno de los problemas es que, actualmente, solo hay una empresa en el mundo que fabrique estas vacunas, que se inoculan por vía oral. Se trata de la farmacéutica surcoreana EuBiologics, que ha conseguido una precalificación de la OMS para poder fabricarla más rápido. Este trámite significa que los países no tendrán que aplicar sus propias evaluaciones regulatorias, por lo que el proceso será mucho más ágil. 

EuBiologics ha desarrollado una versión simplificada de fórmula que ya tenían para poder fabricar más cantidad, con menos coste y más rápido, explica Rivas. Se espera que esto permita producir unos 50 millones de vacunas en 2024. “Es una ayuda, pero probablemente se quede corto”, lamenta el microbiólogo teniendo en cuenta las previsiones.

El microbiólogo cuenta que se están viendo muchos brotes vinculados a conflictos bélicos y desastres naturales, como es el caso de Haití y Sudán. Eventos como las guerras, los terremotos o las inundaciones acaban destruyendo todas las infraestructuras necesarias para proteger contra la enfermedad. También provocan la movilización de la población y su hacinamiento, lo que aumenta las posibilidades de contagio. Para controlar la transmisión del cólera es importante contar con un sistema de agua potable y de tratamiento de aguas residuales, algo que se complica en situaciones como las anteriores.

El cólera es una enfermedad que provoca una deshidratación grave. Los pacientes sufren diarreas severas y vómitos, incluso calambres en el cuerpo por la pérdida de electrolitos. Su tratamiento no es excesivamente complicado ni costoso, se utilizan sueros para rehidratar y antibióticos para acabar con la bacteria Vibrio cholerae. Sin embargo, no es tan sencillo en todas partes, en los países en vías de desarrollo su mortalidad puede alcanzar el 60%, expone Rivas, frente al 1% de los pacientes que fallecen en los países desarrollados.

El Grupo Especial Mundial de Lucha contra el Cólera puso en marcha en octubre de 2017 una estrategia para poder atajar el problema que supone esta patología. Funciona a nivel global, pero la dirige cada país en su territorio. Sus objetivos son reducir las muertes por cólera en un 90% y eliminar la patología en hasta 20 países para 2030. 

Se sostiene en tres ejes estratégicos. El primero es la detección precoz y la respuesta rápida para contener los brotes. En segundo lugar, proponen un enfoque multisectorial específico para prevenir la recurrencia del cólera. La última propuesta es desarrollar un  mecanismo eficaz para coordinar el apoyo técnico, la promoción, la movilización de recursos y la colaboración a nivel local y mundial.

GAVI, una asociación entre el sector público y el privado a nivel mundial, ha puesto en marcha la distribución de 1,2 millones de test rápidos para detectar la enfermedad en 14 países con un riesgo alto. El primero en recibirlo fue Malawi el pasado 5 de abril. Según la OMS, esto mejorará la puntualidad y la precisión de la detección de brotes y la respuesta a los mismos. También puede ayudar a los países a monitorear las tendencias y a crear una base empírica para futuros programas preventivos.

Rivas, de la USAL, hace hincapié en que las vacunas no lo son todo. De hecho, dice, son más bien una solución a corto plazo. “Producir más vacunas sirve para dar respuesta a una situación crítica actual, pero el problema de raíz sigue estando ahí”. El microbiólogo insiste en que si no se actúa y se proporciona a estas poblaciones una serie de infraestructuras para que puedan consumir y utilizar el agua en condiciones salubres, la enfermedad se seguirá extendiendo sin remedio.