Las medidas restrictivas contra el tabaco consistentes en aumentar la carga fiscal a los cigarrillos tradicionales o imponer la cajetilla genérica a las marcas como ha aprobado recientemente España no son medidas efectivas por sí solas. Así lo afirma el psicólogo Peter Hajek, profesor de psicología clínica en la Universidad Queen Mary de Londres y director del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva.
Como experto en cesación del tabaquismo, Hajek ha participado en el 8º Congreso Mundial de la World Association of Dual Disorders (WADD) y del 26º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), que ha reunido en Mallorca a más de 2.000 expertos internacionales de la salud mental.
Ya en 2014, Hajek explicaba en la BBC que él también había recibido con escepticismo la llegada de las alternativas electrónicas al cigarrillo tradicional. Sin embargo, afirma, las evidencias científicas han terminado por convencerle de que el 'vapeo' es un aliado para acabar definitivamente con el tabaquismo.
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¿Qué razones le han llevado a concluir que el cigarrillo eléctrico es la alternativa preferible al tabaco de combustión?
Hay tres grandes razones que pueden llevar a la gente al escepticismo frente a los cigarrillos electrónicos. La primera es: ¿son realmente más seguros que fumar? Porque si presentasen la mitad del riesgo que los cigarrillos tradicionales pero los usasen el doble de personas, no habría ningún beneficio. Pero ahora sabemos tras más de un centenar de estudios, muchos de ellos centrados en la ingesta de toxinas durante el 'vapeo', que solo supone una ínfima fracción del riesgo que implica el tabaco de combustión.
El segundo factor, según explica, son las dudas sobre si realmente ayudan a dejar de fumar.
Se ha argumentado que podrían ser usados por los fumadores habituales para seguir consumiendo tabaco en circunstancias que no se lo permiten, o que reducirían su motivación para dejarlo de una vez por todas. Pero ahora disponemos de una evidencia muy fuerte que determina que no sólo les ayuda a dejarlo, sino que es mucho más efectivo que otros tratamientos de reemplazo como los chicles o parches de nicotina. Además, hay indicios de que ahí donde se permite el uso de cigarrillos electrónicos, la prevalencia del tabaquismo remite.
La tercera, nos dice, es el temor a que personas que no fumaban antes se 'enganchen' mediante el 'vapeo'.
Se temía que los jóvenes pudieran probar el 'vapeo' porque no es tan peligroso, y que de ahí pasaran a fumar. Pero no sólo no está pasando, sino que en realidad son una vía para dejarlo. Los jóvenes que normalmente se convertirían en fumadores -porque tienen genes que les hacen apreciar más la nicotina, o son más proclives a correr riesgos- evitan caer en el tabaquismo. La prevalencia entre los grupos de menor edad en los países que han autorizado estos dispositivos se reduce más rápido que en los adultos, pero en Australia, que los ha restringido, baja más lentamente. Podemos estar ante una revolución de salud pública en la prevención del cáncer y las enfermedades cardíacas causadas por el tabaquismo.
¿Cuál es su postura sobre las nuevas legislaciones en Reino Unido y la UE que buscan prohibir el tabaco a los nacidos a partir de determinado año?
Yo soy partidario de que los jóvenes no consuman nicotina de ninguna de las maneras. Pero la principal preocupación es que fumar mata, provoca cáncer y enfermedades cardiovasculares. Y los riesgos del 'vapeo' son mucho menores. Me parece una buena idea prohibir los cigarrillos de combustión, pero si quieres evitar el mercado negro y las redes criminales debes permitir a la gente que ya consume tabaco que tengan una alternativa menos peligrosa a mano.
¿Cree que se sobredimensiona la percepción del riesgo del 'vapeo'? ¿Quizás porque se menospreció durante décadas el peligro del tabaco de combustión?
Bueno, sin duda se ha exagerado el riesgo de los cigarrillos electrónicos. Hay estudios que muestran que si viertes nicotina en una placa Petri, dañas a las células que contiene. Pero si vertieses café también las dañarías. Hay mucha desinformación.
¿Qué cree que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a instar a una retirada mundial de estos dispositivos electrónicos?
Para mí, la posición de la OMS es un tanto incomprensible. Parece que están intentando suprimir las alternativas al tabaco, y sin quererlo, están protegiendo a los cigarrillos tradicionales, que es precisamente lo contrario de lo que quieren conseguir. Les hacen un favor quitándoles la competencia de en medio. Me resulta incomprensible.
¿Hay motivos para considerar al cigarrillo electrónico como elemento válido en los tratamientos para dejar de fumar?
Efectivamente, es una herramienta muy valiosa para que los fumadores abandonen el hábito. Y tiene potencial para reemplazar al tabaco por completo, ayudándonos a terminar definitivamente con ello.
¿Cuál será el paso final de la eliminación de toda forma de tabaco?
Bueno, el objetivo es ir reduciendo el riesgo hasta que lo consideremos aceptable, similar al que supondría ir a esquiar o hacer surf. En cualquier caso, sería un riesgo mucho menor que el que supone el alcohol, algo que ya toleramos, y dejaría de ser un problema de salud pública. Por supuesto, lo preferible es que los jóvenes no consuman ningún tipo de nicotina.
Otro factor importante desde el punto de la salud pública es la eliminación del tabaquismo pasivo: que quien no fume no se vea afectado.
Sí, y las emisiones del 'vapeo' son tan bajas que no llegan a dañar a los demás. Las toxinas responsables del daño asociado al tabaquismo se producen por la combustión en los cigarrillos tradicionales, y la mayoría de ellas no están presentes en los aerosoles de los cigarrillos electrónicos. Y los escasos compuestos químicos que ahí se encuentran están en niveles mucho menores, cien veces menos. Pueden producirse impurezas, casos de intoxicantes filtrados en el proceso de producción, pero se pueden corregir, y supondrán solo una fracción del riesgo que supone el tabaco para la salud.
¿Tienen sentido las normativas que prohíben el 'vapeo' en lugares públicos?
Es una pregunta difícil. No tengo una opinión definida. Pero mi preocupación es que, si equiparas los cigarrillos electrónicos a los tradicionales en la normativa, vas a mandar el mensaje de que son igual de peligrosos. Y no lo son, son dos productos que deberían regularse de forma muy diferente. Deberíamos animar a los fumadores a pasarse al 'vapeo' bajando los impuestos y abaratándolo, y promocionarlo como una alternativa mucho menos arriesgada.
¿Cree que los dispositivos electrónicos acabarán reemplazando al tabaco tradicional en un futuro cercano?
Yo tenía grandes esperanzas de ver declinar el tabaco muy rápido, y ahora veo que se está acelerando, pero no tanto como pensaba. La pregunta es: ¿hasta qué punto la percepción de que el cigarrillo electrónico es peligroso, tal y cómo difunden los medios, es responsable de que el producto no haya llegado a competir realmente con los cigarrillos tradicionales? Lo que nos depararán los próximos 10 años, si nadie fumará o en cambio nos habremos estancado en los niveles actuales, es difícil de decir.