Nuestro país debe prepararse para un fuerte envejecimiento de la población en las próximas décadas: se calcula que para el año 2050, uno de cada tres españoles serán mayores de 65 años. Si bien esto se debe a que cada vez conseguimos vivir más años, solemos llegar a edades avanzadas con enfermedades y más susceptibles a padecer soledad no deseada. Por si fuera poco, el impacto que tuvo la pandemia del coronavirus en las residencias de la tercera edad ha impulsado el debate de cómo transformar estos espacios.
"Durante la primera ola del coronavirus, se hablaba de una tormenta perfecta: las personas que viven en estas residencias suelen tener enfermedades, tienen un contacto muy estrecho con los cuidadores y comparten a estos. No sabemos si habrá otra pandemia y se está hablando mucho de cómo deberían transformarse estos espacios", explica Carmen Sánchez Castellano, adjunta de Geriatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Unos espacios en los que lo sanitario y lo social esté más integrado.
La adaptación a una residencia es clave en el desarrollo del envejecimiento de una persona mayor, pero no siempre en la misma dirección. En algunos casos, ingresar puede conllevar una pérdida de contacto con la red de apoyo de familia y amigos o menos movimiento, pero, en otros, puede ser estimulante y significar dejar atrás la soledad. "Sí se quiere centrar los cuidados en las personas, que su autonomía y sus preferencias tengan más importancia. Que tengan espacio para pasear, que se pueda socializar y que no estén tan afectados por horarios rígidos", enumera Sánchez Castellano.
Un proyecto español
En muchos países de nuestro entorno se están probando modelos nuevos de cuidado a las personas mayores, pero también en España. Aquí destaca el caso de Pescueza, un pueblo de Cáceres que cuenta con 150 habitantes y que ha puesto la atención a sus mayores en el centro con el proyecto Quédate con nosotros. "En 2010 detectamos que perdíamos población también entre las personas mayores, se habían quedado sin familias que podían cuidarles en el pueblo y tenían que ir a residencias de localidades mayores", recuerda José Vicente Granado, concejal de Servicios Sociales de Pescueza.
Granado también es voluntario dentro de Amigos de Pescueza, la asociación que hace posible el proyecto y de la que forman parte 120 de los 150 vecinos del pueblo. Esta asociación gestiona el Centro de día del pueblo, pero el cuidado de las personas mayores no se reduce a ese espacio. Han conseguido adaptar el pueblo a la movilidad de estos vecinos y prestan servicios en casa: "El objetivo es retrasar la institucionalización [o el ingreso en una residencia], fomentar la autonomía y que elijan cómo quieren vivir", explica Granado.
De esta manera, el pueblo también ha hecho frente a su pueblo demográfico. La cantidad de personas mayores que se van del pueblo ha descendido, se han atraído trabajadores que han tenido hijos —actualmente hay 17 niños, después de 17 años sin nacimientos— y han vuelto personas que habían migrado a las grandes ciudades para jubilarse en su pueblo. Granado cuenta que medios de comunicación y otros pueblos se han mostrado interesados en este modelo pionero y hay peticiones para comprar vivienda allí. "Tenemos capacidad para 300 vecinos, pero necesitamos el apoyo de la Administración", afirma.
Con el ayuntamiento, los vecinos de Pescueza han puesto barandillas y han reforzado medidas de seguridad "porque muchas personas mayores se quedan en casa por miedo a caerse", han mantenido el bar y una tienda abiertos, llevan comida a quienes no pueden hacérsela y acompañan a quien se siente solo. Tienen un coche eléctrico con el que llevar a estos vecinos y ofrecen terapia ocupacional y fisioterapia. "Somos conscientes de que podemos hacerlo porque es un pueblo muy pequeño. Se financia con plazas públicas y ayuda de la Junta de Extremadura, intentamos que el pago que hacen los vecinos sea bajo. La mayoría son pensionistas que han trabajado toda la vida en el campo", explica el concejal.
Aldeas para personas con demencia
"El 95% de las personas mayores prefiere evitar la residencia y quedarse en su casa, es lo que siempre contestan en las encuestas", asegura Sánchez Castellano, que señala que el punto de vista actual más frecuente es intentar evitar que las personas mayores lleguen a ingresar o retrasarlo lo máximo posible. "Los lugares como Pescueza pueden hacer un efecto llamada a estos pueblos de la España rural. Lo ideal es que cuenten siempre con profesionales de estos cuidados, que no les aleje de sus familias, pero me encaja como una idea muy factible para el futuro. Económicamente, puede ser hasta más barato adaptar estos pueblos que crear grandes residencias", razona la experta.
En este sentido, otros países como Países Bajos, Noruega, Estados Unidos o Australia también están pensando en nuevos modelos de residencias. De hecho, las aldeas para personas con demencias agudas se han popularizado en los últimos años, como recoge este artículo de The New York Times. En estos espacios, los pacientes tienen hogares en los que viven unos cuantos y los horarios no son tan rígidos. Cuentan con supermercados, restaurantes o locales de ocio donde se interactúa con dinero falso y la idea es atraer visitantes externos a la aldea.
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No se trata del mismo caso de Pescueza, sino de una aldea creada de cero para ser una residencia especializada. Sin embargo, este proyecto genera controversia. Sánchez Castellano, por su parte, opina que es un buen sistema para que quienes vivan ahí no estén obligados a seguir dinámicas demasiado rígidas y estén estimulados con las visitas a los restaurantes y tiendas de una manera muy parecida a la vida real. Por otra, Jesús Rodrigo, director ejecutivo de la Conferencia Española de Alzheimer y otras demencias (CEAFA), explica que los resultados no han sido buenos en varios casos.
"Cuando se ha consultado a personas con alzhéimer o demencias en fases tempranas, la respuesta no ha sido muy positiva. Además de considerar estas aldeas como una especie de gueto, la idea y el planteamiento es poder vivir la demencia en la sociedad de la que forman parte", explica Rodrigo. En la actualidad se está viviendo un momento de cambio y de aparición de nuevos modelos de cuidados a las personas mayores. Sánchez Castellano explica que la socialización y la autonomía son dos aspectos que hay que cuidar especialmente.